Al mismo tiempo, aunque los estímulos presupuestarios generalizados podrían empujar a la economía mundial hacia una etapa de mayor inflación, la historia demuestra que las estrategias de inversión orientadas a los dividendos pueden generar rentas sostenibles en un entorno reflacionista.
En el punto álgido de la incertidumbre bursátil provocada por la pandemia el año pasado, muchas empresas sufrieron presiones económicas o políticas para recortar o suspender los dividendos. Así, éstos descendieron alrededor de un 3% en el índice S&P 500 en EE.UU. y cayeron aún más en Europa.
Para responder ante la pandemia, los responsables económicos han recortado los tipos de interés y articulado ingentes programas de estímulos presupuestarios, incluido un histórico paquete de gasto de 1,9 billones de dólares sólo en EE.UU., al que podrían seguir otros. Esta respuesta tan grande y coordinada por parte de las autoridades ha alimentado las expectativas de que la economía entrará en un periodo de inflación más alta.
En el gráfico de más abajo, Fidelity se fija en la relación a largo plazo entre los dividendos y la inflación. Los periodos de inflación pueden ser complicados para los inversores que buscan rentas, ya que las alzas de los precios erosionan el poder adquisitivo real de los cupones de los bonos, que suelen ser fijos. Por el contrario, los dividendos son un porcentaje del conjunto de beneficios de las empresas, así que pueden aumentar si los beneficios también lo hacen.
Este crecimiento significa que pueden incrementarse a un ritmo igual o superior al de la inflación, protegiendo así el poder adquisitivo real de estos flujos de rentas. Desde 1900, el crecimiento anualizado a diez años de los dividendos en el S&P 500 ha superado la subida del IPC casi tres cuartas partes (73%) de las veces.
El énfasis reciente del mercado en temáticas como el “quedarse en casa” y, en fechas más recientes, la “reapertura” y la reflación, ha provocado que se dejen de lado muchos valores que no encajan en estos grupos.
Desde Fidelity International, piensan que este es el caso especialmente de sectores defensivos como el consumo básico, los servicios públicos y la atención sanitaria, donde algunas empresas de alta calidad con buenas perspectivas de dividendo parecen infravaloradas en estos momentos. Para los inversores que buscan rentas, eso significa que nos encontramos en un excelente momento para adoptar una perspectiva a largo plazo.