¿Qué destacarías de la temporada de presentación de resultados del primer semestre o segundo trimestre tanto en Europa, como en Estados Unidos?
Ha cumplido con las expectativas, pero no ha servido para provocar mayores subidas, tampoco han sido para tirar cohetes.
Si nos fijamos en el sector bancario, en Estados Unidos, la única entidad que reaccionó con subidas a sus cuentas fue Morgan Stanley. Y aquí en Europa se han recogido con bastante indiferencia.
Se han cumplido las previsiones, pero nada destacable más allá de eso.
¿Y en el Ibex?
Había bastante atención en dos compañías en las que siempre se están esperando los resultados para ver la evolución de su deuda: Telefónica y Repsol, y el mercado ha acogido con bastante optimismo sus cuentas.
En el caso de la teleco, premió sobre todo que revisara al alza las previsiones de ingresos. Y para la petrolera se ha valorado positivamente la reducción de deuda, en concreto, un 36% respecto al primer semestre de 2016.
Para Repsol puede llegar el momento en el que, si bien en los últimos años el objetivo primordial ha sido preservar el grado de inversión en su rating, ahora las agencias de calificación están valorando esas cuentas, y quizá llegue el momento de mimar más al accionista, más allá del bonista, igual a finales de este año o con la presentación de su balance anual anuncien que el reparto de dividendo se produzca íntegramente en efectivo.
Tras esta primera mitad del año tan buena para las Bolsas, ¿crees que aún queda potencial en la renta variable? ¿Qué mercado llama tu atención?
En Estados Unidos, que yo era el primero que al estar en máximos señalaba que daba cierto vértigo, lo cierto es que es un mercado muy interesante en cuanto al efecto positivo que va a tener la caída del dólar que venimos viendo desde principios de año. Luego el hecho de que sigan creciendo los beneficios, en concreto, en el segundo trimestre han subido un 9,1% de media para el S&P 500.
Es un mercado interesante, que sí que es verdad que cotiza un poco caro, ahora mismo el PER está en 17,1, pero las perspectivas de mejorar resultados son positivas. Por tanto, en cuanto se cumplan y también, teniendo en cuenta los bajos niveles del dólar, para un inversor español es interesante ahora mismo tener posiciones en Estados Unidos en dólares, esperando que se revaloricen las acciones, y un segundo efecto de subida del dólar, que esperamos que se revalorice pues ha caído ya bastante.
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¿Y algún valor en concreto ya sea fuera o dentro de nuestras fronteras?
De España, por ejemplo, yo creo que en las compañías turísticas hay cierta burbuja, se ha registrado un boom muy importante justificado por la llegada de turistas a nuestro país, pero en la medida en la que el euro está subiendo mucho respecto a otras divisas, yo creo que se va a frenar un poco y quizá podrían pasarlo mal las hoteleras, Amadeus o Aena…
También están en el foco las televisiones. Veíamos en las cuentas de Mediaset España que, si bien había habido una subida importante del beneficio, ésta se ha producido sobre todo por el recorte de costes, que es positivo, pero llegará un momento en que no se pueda recortar más y habrá que fijarse en los ingresos. Y, en este lado vemos que, a pesar del buen momento del mercado publicitario, los ingresos han caído, un poco por la amenaza de los nuevos canales de pago, como Netflix o HBO que van a hacer que las televisiones tengan que cambiar un poco su modelo de negocio y vigilarles muy de cerca.
¿Esperas alguna novedad de los bancos centrales en Jackson Hole? ¿Y a la vuelta de las vacaciones: nueva subida de tipos de la Reserva Federal (Fed) o tapering (reducción del programa de compra de activos o QE) del Banco Central Europeo (BCE)?
Si miramos lo que ha sucedido en años anteriores en este encuentro de banqueros centrales, la Fed, al estar en su territorio, si ha dejado algún titular, pero no así el BCE. En su caso, tendremos noticias más bien a partir de otoño.
Si bien el mercado sitúa la fecha clave para la autoridad monetaria de la Zona Euro en la reunión del 7 de septiembre, yo creo que se están enfriando un poco las expectativas respecto a ese encuentro. Así, el consenso apuesta porque en esta reunión será cuando el presidente, Mario Draghi, admita que los miembros del BCE están debatiendo una posible retirada de estímulos, pero no será hasta octubre cuando conozcamos cifras concretas o el proceso que quiere llevar a cabo de reducción de estímulos. Recordemos que se descuenta que a principios de enero de 2018 comiencen a reducir el QE.
En este contexto, ¿dónde ves al euro/dólar?
Las divisas normalmente suelen moverse por las expectativas de política monetaria, pero vemos como este movimiento del euro/dólar ha dejado en un segundo plano a los bancos centrales y está fijándose más en la macro y la política.
Así, se ha recogido con mucho optimismo, y esto ha reforzado mucho al euro, el hecho de que los populismos hayan perdido fuerza en Europa. Mientras, en Estados Unidos, por el contrario, tenemos las dudas que generan las reformas que finalmente pueda llevar a cabo Donald Trump, en las cuales hay muchas esperanzas, pero pocos avances, como está pasando con el Obamacare.
Por lo tanto, muy atentos a la política y a la macro, que en Europa también está siendo muy positiva, con caídas de las tasas de paro, y sobre todo niveles de confianzas muy elevados.
¿Crees que hay algún riesgo que pueda sorprendernos este agosto como sucedió con el yuan en 2015?
Es difícil de prever, es lo que tienen los cisnes negros que es complicado verlos venir. Pero una lección de aquel batacazo que se dio la Bolsa china en agosto de 2015, o también el desplome tras el Brexit, es que, finalmente, las Bolsas acaban recuperándose, por lo general.
Si hay algún suceso de estos, la recomendación para los inversores es que no entren en pánico y que sepan aguantar porque ya se saldrá de esa situación.
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