En el contexto actual, marcado por la incertidumbre y el miedo a un empeoramiento económico que ha puesto la palabra recesión en boca de muchos analistas, ¿cuál es la estrategia de Nextil?

A nivel de negocio tenemos una estrategia muy clara. Empezando por la parte financiera, el año pasado salimos de pérdidas y lo hicimos a pesar de que nuestra fábrica de producción en Guatemala —donde elaboramos tejido elástico premium para clientes estadounidenses— aún no estaba operativa al 100%. Es decir, conseguimos cerrar en positivo gracias a otros pilares del grupo Nextil, especialmente con nuestro negocio europeo de confección de prendas para marcas de lujo. La fábrica de Guatemala comenzó su actividad a finales del año pasado y será este año cuando desarrolle plenamente su potencial, especialmente en el contexto del nuevo mapa arancelario, que lo cierto es que nos favorece considerablemente: Guatemala es uno de los países con un arancel del 10%, el más bajo que aplica Estados Unidos a nivel global. Además, los costes de producción en Guatemala son muy competitivos -aproximadamente una octava parte de los de EE.UU.- lo que nos coloca en una posición única. A esto se suma que muchos de nuestros competidores naturales -como China, Sri Lanka, Laos, Malasia o Indonesia- están actualmente penalizados con aranceles. Por tanto, con nuestra producción en Guatemala disfrutamos de tres grandes ventajas: costes bajos, protección arancelaria y un tratamiento fiscal muy favorable. Todo esto nos permite acceder al mercado estadounidense con una propuesta imbatible en términos de precio y calidad.

Por todo ello, nuestra planta en Guatemala, que arrancó con una capacidad productiva de 35 millones de dólares anuales y en la que contamos con un socio local, está siendo ampliada. Esperamos terminar esta ampliación a finales del verano, alcanzando así una capacidad de producción de hasta 80 millones de dólares al año. Esa es nuestra estrategia en Guatemala, crecer porque nos dirigimos a un mercado objetivo muy amplio: 120.000 millones de dólares anuales en el segmento de deporte y “athleisure”, 3.000 millones en el sector médico y 20.000 millones en ropa íntima y deportiva. En total, hablamos de un mercado elástico de aproximadamente 180.000 millones de dólares. Conocemos bien a estos clientes, sabemos trabajar sus tejidos y ya tenemos referencias previas con ellos, ya que desarrollamos esta actividad anteriormente en una fábrica en EE.UU. Por eso, nuestro principal reto no es la demanda, sino la capacidad productiva, y en eso estamos centrados este año.

Por otro lado, en nuestro negocio en Portugal también apostamos por el crecimiento, pero en este caso de forma inorgánica. Nuestro plan es adquirir al menos una empresa en los primeros 8 o 9 meses del año, en el marco de un proceso de consolidación del mercado de proveedores para el sector del lujo en el norte de Portugal. Nuestros clientes de este segmento valoran especialmente el sello Made in Europe, y nuestra estrategia pasa por reforzar esa posición.

Finalmente, estamos impulsando también nuestra línea de tintado sostenible “Green Dice”, una solución natural sin derivados petroquímicos ni materiales tóxicos. Aunque el año pasado no tuvo impacto en nuestra cuenta de resultados -su facturación fue cero- este año sí estamos realizando inversiones para su desarrollo comercial.

A nivel de negocio, ¿cuáles son las principales palancas de crecimiento? ¿Cuáles son los drivers de mejora de rentabilidad a corto y medio plazo?

Nuestras principales palancas de mejora han estado ligadas a una profunda reestructuración financiera. Recibimos una compañía que venía arrastrando una deuda significativa en años anteriores. Con la llegada del nuevo equipo directivo, esa situación ha cambiado de forma sustancial: entre el cierre de 2023 y el cierre proyectado para 2024, hemos conseguido reducir la deuda a la mitad. Además, a finales de 2024 llevamos a cabo una ampliación de capital por más de 20 millones de euros. Estas dos palancas -la reducción de deuda y el refuerzo de fondos propios- nos han permitido financiar nuestro crecimiento de forma sólida. Este crecimiento se está materializando principalmente en dos líneas. Por un lado, en Guatemala, donde estamos ampliando capacidad productiva para servir al mercado estadounidense. Las inversiones en capex están centradas en maquinaria y mejoras operativas porque nuestro reto no está en captar clientes, sino en poder atender la demanda que ya tenemos. Y, por otro lado, en Portugal, donde en 2024 hemos renovado completamente nuestro equipo comercial; ahora estamos desarrollando una estrategia enfocada en captar marcas de lujo más pequeñas -no los grandes nombres que todos conocen, sino firmas que venden a precios elevados, pero con menos visibilidad mediática y volúmenes más ajustados-. Al mismo tiempo, seguimos impulsando un proceso de crecimiento inorgánico con el objetivo de adquirir otros proveedores en el norte de Portugal, consolidando así nuestra posición en el mercado del lujo europeo.

A nivel de mercado, nuestro negocio está muy basado en economías de escala. Contamos con una estructura de costes fijos que, una vez cubierta, nos permite alcanzar el punto de equilibrio. A partir de ahí, trabajamos con márgenes del 35% al 38%, por lo que el crecimiento adicional se traduce directamente en rentabilidad. Nuestro proceso productivo está altamente automatizado, basado en maquinaria que permite escalar con eficiencia. Si a eso sumamos el contexto arancelario e impositivo favorable en Guatemala, especialmente en relación con las exportaciones a Estados Unidos, creemos que nuestro camino hacia una rentabilidad sostenida está bien trazado y respaldado.

¿Cómo veis Nextil como oportunidad de inversión? Principales bondades para invertir en la compañía

Creemos que, a día de hoy, Nextil se presenta como una oportunidad de inversión especialmente atractiva. ¿Por qué? Porque permite entrar en una compañía que ha atravesado un proceso de transformación muy profundo en los últimos años y cuyo verdadero potencial de crecimiento está aún por desplegarse. No es frecuente encontrarse con la posibilidad de invertir en una empresa justo en esa fase inicial de expansión, con un plan estratégico claro y bien definido. Por un lado, en la división de tejidos, se ha llevado a cabo una reestructuración completa, concentrando toda la actividad productiva en Guatemala; y no solo eso: actualmente se está ejecutando una segunda fase de expansión, lo que nos indica que el recorrido de crecimiento en esta unidad sigue siendo elevado. Por otro lado, en la división de prenda también queda recorrido, tanto desde un punto de vista orgánico como inorgánico. A eso se suma una tercera línea de negocio: la de tintado sostenible; se trata de un proyecto todavía en fase inicial —el año pasado no tuvo facturación— pero con un gran potencial, alineado con las tendencias globales hacia procesos más responsables y sostenibles.

Desde nuestro punto de vista, este conjunto de factores configura una oportunidad clara: estamos ante una compañía con un plan estratégico sólido, con una estructura financiera saneada -la deuda se redujo prácticamente a la mitad en el último ejercicio- y con una capacidad de crecimiento tangible. Pocas veces se da la combinación de estar en una fase temprana con una base tan bien construida.

Además, todo esto se produce en un contexto muy favorable desde el punto de vista arancelario y fiscal, especialmente en lo que respecta a la producción en Guatemala para el mercado estadounidense. Esto convierte a la compañía en un actor resiliente, bien posicionado para crecer en un entorno global complejo.

Así que, desde nuestra perspectiva, esta es una oportunidad de inversión muy interesante, que cumple con los criterios de solidez, potencial de crecimiento y alineación con las grandes tendencias del mercado.