Día crucial para los mercados financieros, ya que podría ofrecer una mayor claridad frente a la discordancia de amenazas arancelarias de Donald Trump, mientras las dudas empiezan a surgir también en Europa. Es cierto que en el año todos los índices europeos suben a doble dígito, pero también lo es que en las últimas jornadas las ventas han empezado a imponerse ligeramente. ¿Se ha roto algo en Europa?

En mi opinión, aún no se ha roto nada de forma estructural. Si acaso, podríamos hablar de cierta debilidad en el corto plazo, particularmente en el Euro Stoxx 50. Pero poco más.

Tomemos como ejemplo el IBEX 35: actualmente en la zona de los 13.300 puntos, se encuentra apenas a un 2% de los máximos alcanzados en muchos años, y también a un 2% de sus máximos históricos si consideramos gráficos con dividendos; en este caso, desde luego, no hay señales de ruptura. Tiene sentido si consideramos que el Ibex es el índice europeo que mejor se está comportando en el corto plazo, en gran parte gracias al escaso peso del sector tecnológico en su composición -un sector que sí está lastrando a otros mercados-.

En cuanto al DAX, a pesar de que su comportamiento ha sido más débil, aún mantiene los mínimos que dieron origen al último tramo alcista, el cual lo llevó a máximos históricos en febrero de 2025, apenas hace un mes. La zona clave a vigilar en precios de cierre en el DAX se sitúa en los 22.200 puntos. La pérdida de ese nivel podría empezar a activar señales de alerta, abriendo la puerta a una corrección más profunda respecto al impulso iniciado a finales del año pasado. De hecho, hace dos jornadas el DAX se detuvo justo en el retroceso de Fibonacci del 38,2% en los 22.060 puntos. Si el DAX perforase los 21.150, ya estaríamos hablando de una corrección no solo del tramo iniciado en diciembre, sino incluso del que comenzó en agosto de 2024, lo que tendría implicaciones más relevantes para el medio y largo plazo.

Mientras tanto, el índice sectorial bancario europeo muestra una fortaleza relativa notable: ni siquiera ha perdido los primeros soportes de muy corto plazo.

Por su parte, el Euro Stoxx 50 transmite una sensación de incomodidad similar a la del DAX. Curiosamente, hace dos sesiones también se detuvo en el retroceso del 38,2% de Fibonacci del impulso que comenzó a finales de 2024, exactamente en los 5.230 puntos.

Por tanto, los niveles clave a vigilar son los 5.200 puntos en el Euro Stoxx y los 22.000 puntos en el DAX. Mientras estos soportes se mantengan, no podemos hablar aún de una ruptura significativa en los mercados europeos.

La incertidumbre actual no deja una tendencia clara en Wall Street, ni siquiera en el más ajustado corto plazo, a pesar de que en las dos últimas jornadas han recuperado ligeramente. ¿Estamos ante una recuperación efímera o crees que la tarifas de hoy podrían suponer el inicio de un ascenso más duradero?

La respuesta depende directamente de lo que Donald Trump diga (o no) en las próximas horas. Hace poco deslizó la posibilidad de aplicar los aranceles de forma más selectiva, apuntando a determinados países e incluso sugiriendo que podrían suspenderse durante un mes o dos. En resumen: total incertidumbre. Lo que sí está claro, al menos desde el análisis técnico, es que en los índices estadounidenses hay niveles clave cuya perforación a la baja sí implicaría que algo importante se ha roto, y no hablo solo del corto plazo, sino de estructuras que comprometerían también el medio e incluso el largo plazo.

En el caso del S&P 500, el nivel a vigilar son los 5.500 puntos, muy cerca del nivel actual. Para el Nasdaq 100, la referencia crítica está en los 19.200 puntos, apenas un 1% por debajo. Si esos dos soportes ceden, no estaríamos hablando de una corrección puntual del tramo alcista iniciado en agosto de 2024, sino probablemente de un retroceso más profundo, que se remontaría al movimiento que comenzó en octubre de 2023. Eso sí sería preocupante. Así que mucho cuidado con esos niveles.

Y todo en una jornada especialmente volátil, con un VIX que podría caer un 12%… o subir ese mismo porcentaje. La verdad es que nada es seguro hasta que hable Trump, momento en el que sabremos qué dirección tomará el mercado

A nivel sectorial, los aranceles de hoy podrían afectar seriamente a algunos sectores, como los fabricantes de automóviles. Estrategia para los inversores que estén dentro de este tipo de compañías europeas. Valores a vigilar

Sin duda, la industria automotriz es una de las más vulnerables ante medidas proteccionistas como las que están sobre la mesa. El sector ya venía mostrando un comportamiento técnico frágil, y la incertidumbre actual no hace más que acentuar esa tendencia. En definitiva, el sector automovilístico europeo está claramente tocado y técnicamente deteriorado. Si miramos por ejemplo BMW, su gráfico técnico refleja un deterioro evidente: la acción ha perdido el soporte marcado en febrero del año pasado y ahora se dirige, aparentemente con decisión, hacia los mínimos de noviembre, en la zona de los 65 euros; su aspecto técnico sigue sin invitar al optimismo. Situación similar para Daimler, que ya hace tiempo rompió a la baja los mínimos de enero en precios de cierre. La debilidad es generalizada en el sector, con muy pocas excepciones; una de ellas podría ser Ferrari, que se mueve en otra lógica completamente distinta, más vinculada al ciclo económico global (y particularmente al de China), y mucho menos expuesta al impacto directo de posibles aranceles.

Mientras, en Estados Unidos, la situación tampoco es halagüeña; por ejemplo, General Motors volvió ayer a tocar los mínimos del pasado 13 de marzo, en torno a los 45 dólares. Pero hay muchos sectores así. Ahora mismo, en el mercado americano tampoco no hay claro sector que podamos considerar refugio. Y es que si la narrativa dominante acaba siendo la de recesión o la de subidas de tipos prolongadas, todos los sectores -en mayor o menor medida- saldrán perjudicados y no se va a librar absotutamente nada ni nadie.

Los inversores siguen apostando por el oro, uno de los activos considerado refugio en tiempos de incertidumbre. El metal precioso ya ha subido un 19% este año. En estos momentos, el oro al contado cotiza en los 3.120 dólares. Muchos inversores se preguntan si aún están a tiempo de entrar o si el tren ya ha pasado.

La respuesta no es sencilla, sobre todo porque estamos hablando de un oro en máximos históricos. Pero eso no significa que no pueda seguir subiendo. De hecho, si la volatilidad continúa elevada y persisten las decisiones erráticas por parte de los responsables de política económica en Estados Unidos, perfectamente podríamos ver al oro alcanzar nuevos niveles, con un siguiente objetivo técnico en la zona de los 3.400 dólares. Aun así, más allá del momento actual, el oro es un activo que -personalmente- nunca me ha defraudado y me ha parecido una buena opción de inversión, ya sea en su forma financiera o física. Y lo sigo considerando así.

Es cierto que durante episodios de alta tensión -como la guerra en Ucrania o las fases más turbulentas del mercado- no siempre cumplió su papel tradicional de refugio con la contundencia esperada. Pero también es verdad que, en perspectiva, su capacidad de preservación de valor a largo plazo es incuestionable. Por eso, más allá de si este es el mejor punto de entrada o no, el oro sigue teniendo sentido como parte estructural de una cartera diversificada. La clave, como siempre, está en la gestión del peso que se le asigna y en mantener una visión de medio y largo plazo.

Estrategia de trading clara (en bolsa, commodities, divisas, renta fija... )

El sector eléctrico en España, con Iberdrola a la cabeza, podría seguir teniendo tirón y funcionar muy bien, actuando como valor refugio dentro del mercado nacional, sobre todo si persiste este entorno volátil.

Otro sector a destacar es el asegurador europeo. Aunque no está brillando con grandes subidas, está aguantando maravillosamente estos dislates. Nombres como Allianz, AXA o Munich Re están aguantando muy bien las turbulencias actuales. Para los inversores que prefieran diversificar, puede tener sentido acceder a este sector a través de un ETF, evitando la exposición individual y reduciendo riesgos específicos.

También está emergiendo cierta fortaleza en las grandes telecos europeas. Aunque Telefónica sigue atascada bajo su resistencia clave, KPN, Deutsche Telekom y Orange ya han roto niveles importantes al alza. En menor medida, también hay movimientos positivos en algunas compañías del sector en EEUU, como AT&T.

Ahora bien, todo esto tiene sentido solo para aquellos inversores que no puedan resistirse a operar activamente. Para el resto, la recomendación más sensata, al menos hoy, es mantenerse expectantes y prudentes. Todo está pendiente de lo que pueda anunciar Donald Trump, y este tipo de jornadas pueden traer movimientos bruscos que exijan rapidez... pero también templanza.