Los bonos verdes llevan un par de años ganando protagonismo, este año incluso se ha sumado el Tesoro Público español incluso. ¿Qué ventajas le ven a estos activos y por qué creen que son vitales para la transición energética?
(Bruno) Lo que estamos viendo es que cada vez hay más emisiones en bonos verdes, es un mercado que está creciendo y es ventajoso para el que emite -porque emite un poco más barato- y por el lado del inversor está contribuyendo de forma positiva con el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, con lo que es una situación ganadora para ambas partes. En Eurizon estimábamos unos 450 millones de dólares de emisiones para este año y ya está en 500.000 a finales de noviembre, entonces claramente hay un gran interés en el nivel de emisión. Hemos visto que España ha emitido un bono verde, también lo ha hecho Reino unido, y para el próximo año Austria y Grecia han anunciado su intención. Además, vemos una regulación, como en el caso de la europea, que se está materializando. En el caso del Banco de Inglaterra ha publicado oficialmente sus intenciones de favorecer emisores de bonos que están cumpliendo y además van a examinarlo de muy cerca. El nuevo gobierno de Alemania tiene un tinte ecologista y ha anunciado que para 2038 quieren llegar a cero producción de carbono. En definitiva, muchos objetivos muy ambiciosos y muy positivos para esta clase de activos. En definitiva, ventajas más emisores, más regulación y sentirse bien sabiendo que la inversión está contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
(Salomé) La notica del Tesoro Español estrenándose en el mercado de los bonos verdes hace una semanas con una emisión de 5.000 millones de euros y un vencimiento de 20 años, y con mucho interés porque ha estado sobresuscrita en 12 veces, ha sido importante pero también hay que decir que en España ya tenemos cierta tradición en el mercado de bonos verdes y, antes que el Tesoro, entidades locales como la Comunicad de Madrid, Andalucía, País Vasco o Galicia habían hecho emisiones de bonos verdes y a nivel corporativo compañías de la talla de BBVA, Telefonica o Iberdrola también, con lo que vemos que en España hay cierta profundidad de este mercado y de hecho representamos el 3% de los índices mundiales. En cuanto a ventajas de las emisiones verdes, para nosotros no creemos que la mayor ventaja sea financiera, que también existe, sino el compromiso explicito por parte del emisor de destinar esos fondos a proyectos verdes o que tienen un impacto en términos de sostenibilidad bastante positivo, para nosotros esa es quizás el mayor beneficio que encontramos a este tipo de emisiones. Los Acuerdos de París y el compromiso del cambio climático de llegar a un límite de 2 grados sobre niveles preindustriales creo que son objetivos bastante ambiciosos para los que este tipo de emisiones nos va a ayudar a que se comprometan, porque es un vínculo no solo de intenciones sino que a nivel legal lo tienen que lograr para llegar a cumplir esos objetivos tan ambiciosos y que entre todos tenemos que contribuir a alcanzar.
(Bruno) Hace poco se celebraba la COP26 en Glasgow y la realidad es que 200 países han firmado un compromiso para reducir la utilización de hidrocarburos, con lo que claramente es un compromiso e incluso es verdad que los 2 grados es muy ambicioso pero están barajando bajarlo a 1,5 por encima del nivel preindustrial. Claramente hay importantes ambiciones y objetivos claros, y en la COP26 muchos países han reafirmado su interés.
Su uso compromete al emisor a destinar los fondos a proyectos medioambientales o relacionados con el cambio climático, pero, ¿cómo son las rentabilidades medias que están ofreciendo? ¿Ofrecen menor riesgo que las emisiones tradicionales?
(Bruno) Lo que estamos viendo es que a 3 años, mirando una cartera de bonos verdes, la rentabilidad anualizada está entre 3,5 y 4% lo que es una buen rentabilidad en renta fija. En 2021 la estrategia en bonos verdes no ha sido muy rentable por varias razones: porque ahora mismo hay mayor interés en el tema de emisiones a corto plazo, por tema de inflación.. pero si miramos a 3 años estamos hablando de rentabilidades bastante atractivas. En el nivel de riesgo, los emisores suelen tener una buena nota de media entre A y A+ o en algunas son triple B, es decir, se trata de buenos rating para emisores que son empresas bastante consolidadas e inclusos los mismos gobiernos, con lo que podríamos decir que el riesgo es menor. Dicho eso, puede que en ciertos momentos no sea la emisión más rentable pero viendo toda la regulación y todos los inversores institucionales que quieren incrementar su peso claramente creemos que es un activo que tiene el viento en popa y con mucho futuro.
(Salomé) La realidad es que las calidades crediticias de un índice general y uno de bonos verdes son muy parecidas. Ahora mismo estamos en un punto en el que la estructura de ambos índices es bastante parecida. En cuanto a emisores corporativos y públicos, sí que es verdad que todavía hay un poco más de emisores privados en el caso de los bonos verdes, pero nosotros lo que encontramos en general en todas la inversiones sostenibles es que no podemos decir que mejoren la rentabilidad o volatilidad pero sí que en este tipo de estrategias hay un requerimiento de información tan recurrente y transparente que al final eso siempre lleva a posibilitar al gestor a hacer un mejor análisis, con lo que solo el hecho de haya una mayor información por parte del emisor posibilita que tengamos un mejor control de riesgos. En cuanto a rentabilidad, sí que es verdad que a día de hoy tenemos un poquito más de yield, lo cual se agradece mucho en un mercado de renta fija, en parte fruto de esta mayor presencia de emisores corporativos y en parte también de que hay los índices de bonos verdes tienen una duración un poquito mayor. Además, con los flujos de entrada ya estamos viendo con el potencial que tiene este tipo de estrategias y a lo que nos empuja la regulación en términos de sostenibilidad va a ser cada vez recibir más flujos; veremos si extra de rentabilidad lo podemos seguir manteniendo o no, pero la realidad a día de hoy es que existe y dado el entorno actual de la renta fija se agradece mucho.
(Bruno) En el sentido de la regulación, destacar que la UE y el Banco de Inglaterra insisten en la importancia de informar y ser transparente e incluso el Banco de Inglaterra ha comunicado que venderá bonos de empresas que no estén comunicando y no estén siendo transparentes, algo que liga con el greenwashing o "eco-postureo". A nivel de información y requisitos las autoridades lo toman muy en serio y está reflejado en la regulación.
En los próximos años entiendo que los bonos verdes van a ir a más. ¿En qué se fijan los gestores de Eurizon para seleccionar las emisiones?
(Bruno) Obviamente tenemos que mirar cada proyecto con lupa, ver quién lo está emitiendo, buscar si hay auditoría externa y mirar otras fuentes de información y la mayor cantidad posible para saber más de la entidad que emite. Además, hay que mirar el proyecto en sí para saber en qué va a consistir y qué nivel de auditoría va a tener y de control. Eso es la base. Luego tenemos que hacer un exhaustivo seguimiento e intercambio de información y si no recibimos respuestas a preguntas o vemos que falta algo esto podría implicar una decisión de vender; en algunos casos (no recientemente) hemos tenido bonos en cartera y nos hemos dado cuenta de que los fondos no se estaban utilizando para lo que se decía y se ha vendido. Con ello, se manda un mensaje fuerte que sirve para que los emisores se den cuenta de la seriedad de la situación. Recapitulando: mirar el emisor, cada proyecto y asegurarnos que los fondos sirven para lo que dicen y luego viene el seguimiento e intercambio de información. También miramos la liquidez del bono, porque no queremos estar metidos en emisiones muy pequeñas.
Desde Tressis, ¿creen que los fondos de bonos verdes son interesantes para carteras moderadas y conservadoras?
(Salomé) Creemos que son interesantes para cualquier tipo de cartera que incluya renta fija en su composición. Al final las carteras hay que mirarlas un poco a nivel agregado, no solo activo a activo, pero el hecho de que podamos encontrar un poco más de rentabilidad asumiendo duraciones largas y bastantes similares a los indices generalistas es algo que al menos hay que mirar. La realidad es que la correlación entre los índices de bonos verdes y los índices generales cada vez es más similar; el de bonos verdes en un mercado que está creciendo mucho y a nivel global hemos alcanzado un trillón de dólares ya de emisiones en bonos verdes, con lo cual es hora de perder un poco ese miedo a que sea un mercado más nicho o institucional, ya que aunque lo sigue siendo ya es lo suficientemente profundo para que podamos incluirlo en nuestras carteras con total tranquilidad. En términos de volatilidad-rentabilidad, tiene mucha correlación con los indices generales y encontramos un poquito más de yield. Y eso sin olvidar la alineación en términos de sostenibilidad, ya que lo que estamos haciendo con los bonos verdes es contribuir a proyectos verdes con nuestras inversiones, el aspecto extrafinanciero y de generar un impacto en la sociedad y alienarnos con los Acuerdos de París es algo que también hay que valorar a la hora de incluir este tipo de estrategias en cartera cuando tienen sentido financiero también, ya que como gestores de carteras nuestra primera responsabilidad fiduciaria con nuestros clientes es mantener sus objetivos financieros.
Eurizon tiene un fondo como el Eurizon Fund Absolute Green Bonds... ¿qué destacaría del fondo?
(Bruno) Tiene algunas particularidad que explican porqué es el mayor fondo de bonos verdes de Europa, ya que tiene ya unos 2.300 millones de euros bajos gestión. Su particularidad está en gestionar activamente los posibles riesgos como, por ejemplo, la duración, de tal forma a estar menos expuestos en entornos de subidas de tipos; también puede haber riesgos de divisas porque nuestro fondo es un cartera global y tenemos bonos emitidos en China, Sucia, EEUU e incluso en Perú o Indonesia, por lo que gestionamos activamente la exposición a esas divisas para analizar el posible impacto y eso nos permite también tener menos volatilidad en el fondo; y finalmente podemos actuar en caso de que veamos un posible riesgo crediticio, por ejemplo pensando en un producto derivado líquido para proteger en caso. La idea es tener una cartera de bonos verdes pero gestionando activamente los riesgos. Lo bueno de este fondo es que podemos medir el impacto positivo que tiene y estos son algunos datos: por cada millón de euros de patrimonio en el fondo estamos consiguiendo producir 779 megavatios por hora de energía renovable limpia, también conseguimos ahorrar 187.000 litros de agua y reducir la producción de dióxido de carbono (CO2) en 662 toneladas por cada millón, con lo cual el impacto es muy positivo. El dinero de los inversores está contribuyendo a un impacto positivo frente a desafíos medioambientales y al cambio climático.