- Cobas AM ha realizado un estudio de investigación de psicología financiera a 2.220 inversores, ¿qué conclusiones sacan de este informe?
Hemos visto que los inversores, en general, tienen una tendencia a invertir en renta variable normalmente el 55% de los usuarios que tenemos en nuestra plataforma, que ya son cerca de 2.500 tienen esa tendencia a invertir en fondos de inversión de renta variable, por el otro lado hay un 23% aproximadamente que se están fijando en fondos mixtos y luego nos quedaría el restante porcentaje en torno a un 15% o 14% en fondos indexados. Esa es la primera conclusión que hemos alcanzado.
También nos hemos dado cuenta que normalmente el 70% de los inversores digamos de alguna manera lo que es el riesgo lo asumen como una oportunidad, es decir que ven que las caídas que en el mercado cuando se producen pues de hecho hemos visto cómo el 72% de las personas han contestado que estarían dispuestas a meter más dinero ante una caída importante del mercado y eso también es interesante de cara a lo que todos conocemos por riesgo y oportunidad y la volatilidad que suelen vivir los mercados.
Hemos sacado otra conclusión en cuanto a lo que es el porcentaje del dinero que destinan los inversores a invertir, es decir, del patrimonio total que tienen pues hemos visto que aproximadamente el 44% de los usuarios de Brainvestor invierten más del 50% de su patrimonio financiero en bolsa, en renta variable y en algunos vehículos similares. En definitiva, lo que nos hemos dado cuenta es, que es algo que yo creo que todo el mundo conoce, que las emociones son fundamentales a la hora de tomar decisiones de inversión. Lo que vemos claramente en el estudio es que los inversores se ven afectados por sus emociones ya puede ser alegría, miedo… En ese sentido a la hora de tomar decisiones es fundamental y para eso contamos con una herramienta como Brainvestor, que creemos que es clave en ayudar a los inversores a tomar mejores decisiones y combatir sus sesgos.
- ¿Qué influencia tienen las emociones en los sesgos de los inversores?
Mira, por ejemplo, hemos visto que los inversores que les ponderaba más la parte del miedo a la hora de invertir pues toman decisiones de inversión normalmente peores, suelen además tener inversiones no tan a largo plazo sino que normalmente como máximo tres años de posibles inversiones en función de los movimientos que tenga el mercado. Hemos visto también que los inversores que no tienen ese miedo sino que tienen más confianza o se sienten más seguros, sí que tienen una tendencia a invertir de forma más precisa a largo plazo, toman decisiones mucho más controladas y se ve bastante bien en las respuestas que nos dan. Normalmente los inversores que tienen miedo lo que vemos también es que preponderan sesgos como el de la aversión a la pérdida, también vemos el efecto rebaño, es decir, se dejan llevar mucho también por lo que hacen los demás y sin embargo los inversores que tienen más seguridad normalmente lo que más destacas es el exceso de confianza, que también hay que tener cuidado con él porque llega un momento en el que a lo mejor puedes pecar de ser demasiado optimista y no tomar decisiones de inversión correctas.
- El conocimiento que tenga el inversor es clave a la hora de posicionarse en el mercado e invertir, ¿a más conocimientos más riesgos se asumen?
Es fundamental el conocimiento, de hecho es algo que en Cobas desde el minuto uno, cuando empezamos en el año 2017, teníamos claro que un buen conocimiento financiero ayuda a una mejor inversión, eso es evidente, de ahí que tengamos dentro de nuestra actividad no solo Cobas AM sino del grupo pues tenemos Value School, tenemos otras iniciativas dedicadas a la cultura financiera porque creemos que el conocimiento es clave a la hora de tomar buenas decisiones. Lo que hemos visto en la aplicación en el estudio es que los inversores que tenían mayor conocimiento tenían unos sesgos mucho más controlados. Por ejemplo, antes comentaba el de exceso de confianza pero también tenían menor sesgo de ilusión de control y sin embargo aquellos inversores que tienen menos conocimientos vuelven un poco a los sesgos que comentaba antes les pondera más el sesgo de la aversión a la pérdida, el efecto halo, la ilusión de control… De alguna manera el conocimiento es clave para obtener buenas rentabilidades porque si tú al final decides cuál es su estrategia inversora es clave tener claro qué tipo de inversiones estás haciendo. Es decir si tú eres un inversor que va a largo plazo, que entiende lo que es la renta variable, que dentro de la renta variable pues has buceado un poco y conoces los distintos estilos, value investing, crecimiento… pues todo eso te va a ayudar a tomar mejores decisiones y sin duda a la larga tendrás mejores rentabilidades. De hecho, los inversores que tienen más conocimiento al final lo que hacen es en los momentos de caídas son capaces de invertir digamos a la contra de lo que es el mercado o de las emociones que te puede haber en el mercado y normalmente en esos periodos que hay caídas en el mercado es cuando mejores rentabilidades puedes obtener a posteriori.
- El factor tiempo también es clave a la hora de invertir. ¿Largo plazo es sinónimo de más conocimientos?
Para nosotros el tiempo es clave, es decir la paciencia es la clave del éxito en el mundo de las inversiones, especialmente cuando haces estrategias digamos de inversión en renta variable no tan a corto plazo sino más a medio y largo plazo, ¿no? De ahí pues también lo que vemos en todas las respuestas de los usuarios es que normalmente esos inversores que tienen mayor tiempo de inversión o que pueden invertir a más largo plazo y que llevan más tiempo también invirtiendo en gestoras independientes o en vehículos de inversión como pueden ser los fondos de inversión suelen obtener mejores rentabilidades ¿Por qué? Bueno pues básicamente porque al final en los mercados si cogemos los últimos 200 años de evolución del S&P 500, por ejemplo, pues vemos como la rentabilidad media anualizada que ha obtenido el índice es de un 6,6% si nos trasladamos a carteras pues, por ejemplo, como las de Cobas AM y las del equipo de Francisco García Paramés desde hace 30 años estamos hablando de rentabilidades cercanas o superiores al 11% anualizado, ¿no? Realmente el largo plazo acaba pagando. Por el camino puedes tener momentos en los que la volatilidad del mercado te haga tener rentabilidades no tan buenas pero que si tienes paciencia al final la rentabilidad llega.
- ¿Cree que es interesante para aquellos perfiles más adversos al riesgo que la renta fija ofrezca retorno?
Desde luego es una alternativa. Hay muchos inversores que no están preparados a nivel emocional, a nivel incluso de conocimientos para invertir en renta variable y dentro de la renta variable en distintos nichos de sectores, mercados… Tipos de fondos más agresivos como pueden ser fondos de inversión libre… Es clave tener una alternativa porque hasta hace muy poquito la renta fija no ha sido alternativa por las rentabilidades tan pobres que estaba dando y evidentemente ahora la subida de tipos de interés hace que sea más interesante algunos productos de renta fija tanto privada como pública. Quizá en la parte de obligaciones privadas hay más oportunidades de rentabilidad y sin duda para un inversor que puede tener cierto miedo a la inversión el hecho de tener esta alternativa en renta fija le va a ser favorable.
En el estudio que hemos hecho de los datos que hemos recogido lo que nos damos cuenta es que los inversores de renta fija son más cortoplacistas. Tienen digamos un objetivo temporal de su inversión más a corto plazo y también suele ir ligado a inversores que tienen un sesgo de aversión a la pérdida, en muchos casos suele ir con el efecto manada, es decir cuando hay un movimiento de la bolsa a la baja y hay un trasvase de capitales de renta variable a renta fija van un poco detrás. Suele ser un inversor que tiene menos conocimiento en el sentido amplio de lo que es la inversión en renta variable y que suele tener ese perfil, ese sesgo más de aversión a la pérdida, un poquito de miedo a perder capital y que le cuesta un poco lo que es la volatilidad de los mercados.