Las llegadas de turistas internacionales cayó con fuerza ya en el mes de marzo: 2.018 miles de personas, el peor registro en un mes de marzo en la serie disponible desde el año 2000, lo que supone un descenso del 64% interanual. El mal dato de marzo más que compensa las llegadas de enero y febrero, de tal manera que las llegadas acumuladas en el primer trimestre se queda en unos 10,1 millones de turistas, frente a 14,2 millones en el mismo periodo de 2019. El desplome en las llegadas ha provocado una caída similar en el gasto de los turistas: 2.215 millones de € en marzo, lo que supone (i) el peor registro de la serie; (ii) menos de la mitad del gasto en un mes de marzo (una caída del 63% interanual); y (iii) un 24% de descenso en lo que llevamos de año.
Entre los principales países emisores del sector turístico español, el deterioro ha sido bastante generalizado en el mes de marzo. Por el lado de las llegadas, destaca negativamente el caso de Italia (las llegadas caen cerca de un 80% interanual), lo que no sorprende, teniendo en cuenta que fue el primer foco identificado del COVID-19 en Europa y de los primeros países en imponer medidas de confinamiento a la población. También caen más que la media los emisores de centro Europa (Alemania, países nórdicos, Suiza e Irlanda) y EEUU, donde el COVID-19 tuvo una incidencia más tardía que en nuestro país. En lo que respecta al gasto, la lectura es muy similar: la mayor caída corresponde a los turistas italianos, que se diferencia muy negativamente respecto al resto de principales orígenes (ver gráfico). Suavizando el impacto de la crisis sanitaria y considerando la evolución de lo que llevamos de año (enero-marzo), se observa alguna lectura interesante: por el lado de las llegadas, sorprende cómo EEUU es el país donde más han caído las visitas (-34%); mientras que los turistas de R. Unido continúan reduciendo su gasto de forma significativa (-27%, como efecto indirecto del proceso de Brexit).
Entre CCAA, el deterioro también es generalizado entre las regiones que más turistas reciben, no necesariamente según ha sido la incidencia de la crisis sanitaria: tanto en términos de número de llegadas como de gasto total de los turistas, las CCAA insulares y Cataluña experimentan las mayores caídas interanuales (ver gráfico); mientras que Madrid y C. Valenciana, dos de las regiones más afectadas (en el caso de C. Valenciana, al menos, al principio) caen menos que la media nacional. Tomando el balance de lo que llevamos de año, las caídas son menos abultadas, pero la lectura por CCAA es similar a la anterior: las islas y Cataluña son las regiones que más se están viendo afectadas.
El registro de marzo no sorprende, teniendo en cuenta que el sector turístico español destaca como uno de los más perjudicados por las consecuencias de la pandemia por COVID-19: el cierre obligado de los establecimientos hoteleros y del canal HORECA desde el comienzo del estado de alarma decretado por el Gobierno el 14 de marzo ha supuesto la paralización del total de la actividad desde la última semana de marzo y durante todo el mes de abril. Además, el cierre de fronteras, no solo en España, sino también entre los principales países emisores, supone un deterioro sin precedentes para el sector de las aerolíneas, los operadores de aeropuertos y para el sector turístico, que el año pasado recibió la visita de más de 80 millones de turistas procedentes del extranjero.
Por el momento, el Plan de Transición del Gobierno no contempla la reapertura de las fronteras españolas al tráfico de pasajeros internacionales, lo que sugiere que las fronteras no volverán a abrirse hasta, al menos, finales de junio (fin del Plan). Actualmente, la fecha tentativa que se plantea el Gobierno para esa reapertura sería el mes de octubre; es decir, no se producirá antes del 4T20. Tampoco el resto de principales países emisores del sector turístico español se están planteando permitir a sus ciudadanos circular libremente, sino que están sujetos a sus propias restricciones. Además, hay que considerar que algunos países podrían impedir a sus ciudadanos acudir a las zonas que han sido de más riesgo o bien implantar medidas de control como pasaporte sanitario o confinamientos forzosos de varias semanas a todo el que regrese de zonas consideradas de riesgo, lo que supondría una potente disuasión.
La demanda del turista extranjero se verá tremendamente mermada en el corto y medio plazo por las múltiples restricciones a la movilidad (dentro de país y entre países), con recomendaciones explícitas de los gobiernos de no viajar y una fuerte caída de la renta de los ciudadanos por la parálisis económica en marzomayo. De hecho, se teme que se produzca cierto 'vacío turístico' desde los países de centro Europa respecto a los países mediterráneos, donde la incidencia de la crisis pandémica ha sido algo mayor. Sin embargo, no se están produciendo prohibiciones directas o un boicot abierto, sino que se pide extremar las medidas de control o limitar los vuelos directos durante varios meses.
