Esta semana que comenzamos tenemos como datos más destacados el IPC mensual de febrero, el índice de precios al productor, las ventas minoristas y la producción industrial y manufacturera sin olvidar la confianza del consumidor…
Una semana muy relevante para todos aquellos que esperan más señales de lo que podría hacer la FED a futuro. Es clave porque el contexto más importante actualmente es la incertidumbre respecto a si la resiliencia de la economía americana podría realimentar los precios. En la medida en que los datos de inflación sigan mostrando una trayectoria a la baja y los de consumo muestren una ligera moderación, creemos que los mercados estarán algo más tranquilos porque vienen recortes de tipos pero no serán inmediatos.
También pendientes de la evolución de los mercados. La semana pasada tanto el Nasdaq como el S&P 500 tuvieron récords históricos aunque se desinflaron el viernes por el dato de desempleo de febrero. ¿qué significa esta cifra?
Irónicamente le viene muy bien a la Reserva Federal porque vimos indicadores mixtos. Vimos un repunte en el desempleo sin haber sido explicado por un movimiento en la tasa de participación, vimos un repunte en la nómina no agrícola, por encima de lo que esperaba el mercado, pero los meses previos – diciembre y enero – tuvieron revisiones a la baja. Creo que eso va en línea de que la economía está mostrando resiliencia pero se está desacelerando de forma paulatina. Este dato ayuda a dibujar mejor el softlanding.
A mediados de marzo se reúne el FOMC, ¿este dato de empleo les ayudará a tomar la decisión?
Sin duda suma para restarles incertidumbre. Sabemos mucho respecto a lo que hará la FED, sabemos que no subirán los tipos, sabemos que los bajará, que se quieren sentir más confiados a través de conocer más datos. No quieren conocer una caída más acelerada de la inflación o una caída más pronunciada de la economía sino simplemente se quieren seguir más seguros. Tampoco quieren esperar a que la inflación converja al 2%. Creo que es cuestión de esperar 2-3 meses más. Este contexto apoya la expectativa de que en junio veremos un primer recorte.
También es importante la relación política –economía. La semana pasada vimos quiénes serán los candidatos. Biden y Trump se vuelven a enfrentar en noviembre.
Hay una regularidad en estas elecciones porque dominan las condiciones macro a lo largo del año. Y eso lo determinan los efectos retrasados de la política monetaria, la política fiscal y todo el contexto alrededor dela demanda externa e interna que poco tienen que ver con alguna declaración política. ¿Qué esperar de la economía? Después de las elecciones, los agentes económicos se moverán de acuerdo a los movimientos de política que ese candidato dibujó en la campaña En la pate de mercados, hay evidencia histórica para decir que hemos visto efectos, quizás mayor incertidumbre en los momentos previos a las elecciones y un rally relief tras las elecciones por la confirmación del candidato pero los años electorales no destacan en términos de pérdidas y ganancias con respecto a otros años que no son electorales.
Biden en su discurso parece que hace campaña porque volvió a decir otra vez más que pedirá más impuestos a los más ricos. ¿estamos ya en campaña electoral?
No es algo nuevo y la relevancia en esta campaña está en la elección porque ni los candidatos ni sus propuestas han cambiado. El escenario base no ha cambiado demasiado, quizás haya más incertidumbre en caso de que haya empate o qué pasará cuando haya una diferencia mínima porque dificultará la aprobación de cualquier medida económica.