¿En qué consiste este estudio? ¿Cómo se ha elaborado?
El estudio se enfoca en analizar las diferencias que puede haber en el tratamiento informativo de hombres y mujeres y lo hace aplicando la inteligencia artificial y las técnicas de procesamiento de lenguaje natural para poder evaluar y procesar más de 14 millones de noticias.
Todas las noticias que hemos podido identificar que tienen alguna referencia al género, bien porque la protagonista o el protagonista se ha identificado como tal, bien porque tratan de hombres o mujeres, de un deporte masculino o femenino, etc. con mención explícita al género. Son noticias de los 12 países donde opera LLYC, que son España, Portugal, Brasil, los países de Latinoamérica donde tenemos oficinas y Estados Unidos.
Con ese volumen de información y gracias a la tecnología podemos extraer algunas conclusiones, por ejemplo, que la mujer está absolutamente infrarrepresentada en los medios de comunicación. Hay dos noticias y media, casi tres noticias de las protagonizadas por hombres por cada noticia que hay sobre mujeres. Si un extraterrestre intentara conocer nuestro planeta a través de nuestras noticias diría que hay tres hombres por cada mujer. Por tanto, ahí hay un primer dato de cómo de desigual es la percepción que de nuestra sociedad se tiene con respecto a la realidad.
¿Cuáles han sido los principales hallazgos del estudio?
Además de salir mucho menos, tres noticias por hombres, una noticia por mujeres, salimos de manera mucho más anónima. Como se utiliza mucho más la referencia al género de manera genérica, por ejemplo, se habla de "las mujeres emprendedoras" o "una mujer llegará a ser presidenta", se habla mucho menos de "Hillary Clinton llegará a ser presidenta" o se equipara mucho menos hombres y mujeres como iguales en determinadas situaciones.
Esa visibilidad colectiva del liderazgo femenino, el emprendimiento femenino, el cine hecho por mujeres... es sin duda muy importante, pero ahora se está convirtiendo en una barrera para que las mujeres con nombre propio estén en los medios de comunicación al mismo nivel que sus contrapartes masculinas.
En el estudio habéis analizado el papel de la mujer en los titulares de los medios, ¿qué os habéis encontrado?
El único ámbito donde hay más presencia femenina es en las secciones de sucesos, cuando se asocia a la mujer a violencia o acoso. Esto contradice lo que recomiendan los expertos en violencia de género que dicen que lo que hay que dar es visibilidad a la violencia machista para conseguir derrotarla, pero donde hay que poner el foco es en el agresor, no en la víctima.
Por tanto, cuando las mujeres protagonizan estas informaciones se enfrentan a un proceso de doble victimización, el de víctimas de la violencia y además el ser reconocidas como tales, juzgadas por el eco que se hace de un hecho en el que el protagonista debería haber sido el criminal.
En cuanto al tema del apellido ¿cómo influyen los “apellidos femeninos” a diferencia de los “apellidos masculinos”?
No es tanto que influyan los apellidos femeninos o masculinos. Utilizamos ese eufemismo para hablar de cómo a las mujeres se nos pone el "apellido femenino". Luisa García deja de ser Luisa García para convertirse en "una empresaria mujer" o en lugar de entrevistar a Luisa García sobre sus experiencias como líder empresarial se le entrevista para hablar del liderazgo femenino. A eso nos referimos con que muchas veces se nos tacha nuestro apellido de verdad, García Navarrete en mi caso, y se nos cambia por el femenino.
Esto puede ser muy relevante en determinadas circunstancias, más aún en las noticias en castellano donde el genérico es masculino por defecto, pero sin embargo puede convertirse en una barrera si no lo complementamos con este esfuerzo para que no se invisibilice a las mujeres, para que haya espacios donde hablemos de emprendimiento femenino o de empresas lideradas por mujeres o del comportamiento de las mujeres como inversoras. Sin embargo, también tenemos que dar el mismo espacio que damos a los hombres para hablar en nombre propio como directivos y directivas, como inversores e inversoras y no por su calidad de hombres o mujeres.
¿En qué áreas temáticas habéis detectado que es más notable esa diferenciación entre hombres y mujeres?
Sucede mucho en el mundo de la empresa, donde también sucede un fenómeno complementario y es que a las mujeres se nos asocia muchísimo más con nuestras relaciones familiares. En el mundo de las noticias vinculadas a la empresa y economía hasta un 400% más. El ejercicio es cuando se habla, por ejemplo, de alguien que lidera una empresa familiar y constantemente se hace referencia que es "la hija de", algo que no sucede cuando ellos lideran una empresa familiar en segunda o tercera generación o no sucede con tanta frecuencia.
Tampoco se hace mención a con quién están casados los hombres cuando protagonizan noticias empresariales o económicas o cuántos hijos tienen y se confirma, por tanto, esa intuición que teníamos de cuando se nos entrevista a las mujeres, que se nos pregunta con más frecuencia, por ejemplo, sobre cómo hacemos para conciliar. Si la conciliación es una co-responsabilidad por qué no les preguntamos a ellos también.
Todo eso se refleja en el análisis y es lo fantástico de los avances de estas tecnologías aplicadas a nuestro campo, que nos permite ver si esas intuiciones realmente se confirman y, por tanto, tener datos para basar las estrategias, para medir los resultados y que la comunicación, los asuntos públicos, pero en definitiva la estrategia empresarial, este debate tiene todos sus ámbitos.
En el mundo del emprendimiento, ¿qué papel ocupan las mujeres?
Hay una relación clarísima dentro del espacio de economía y negocios en los medios cuándo aparecen hombres y cuándo aparecen mujeres. Las mujeres aparecen más que los hombres para hablar de emprendimiento, las mujeres salen en las noticias en su carácter de emprendedoras, sin embargo, todas las noticias que tienen que ver con análisis macroeconómico, microeconómico, financiero, evolución de los mercados, desempleo, etc. Lo que hace la inteligencia artificial para este tipo de análisis es encontrar relaciones entre millones de palabras, qué palabras son más frecuentes en esas 14 millones de noticias cuando hablan de mujeres o de hombres.
Todas esas palabras, bolsa, desempleo, economía, inflación... todo lo que es el análisis económico o financiero todavía se asocia a las noticias protagonizadas por hombres. Esto quiere decir que los medios de comunicación todavía necesitan hacer un esfuerzo adicional para tener fuentes de información expertas, analistas, mujeres que compensen la visibilidad que están dando en esas profesiones.
¿Cómo se puede poner freno a esta problemática?
Estamos convencidos de que la visibilidad es un acelerador de la igualdad y de que los datos son el primer paso para poder hacer un cambio, para poder tener un punto de partida y medir avances.
De hecho, desde la perspectiva de los medios de comunicación es un buen paso hacer un análisis propio de en qué secciones, en qué tipo de informaciones, etc. ya hay un balance porque se ha avanzado mucho, pero en qué otras queda mucho por hacer y por qué para poder ayudar a los equipos de periodistas si necesitan acceder a más fuentes femeninas o asegurar la manera de que esas fuentes femeninas estén dispuestas a participar, que también es otro ángulo importante en el que trabajar.
De manera que marcarse un punto de partida con buenos datos, establecer el compromiso y a partir de ahí, trabajar desde todos los puntos de vista. No solamente es una labor de los medios de comunicación, también es una labor de las compañías, por ejemplo, ayudando a que nuestras directivas y ejecutivas tengan el tiempo para atender a los medios de comunicación porque eso sea parte de la jornada laboral, no sea una actividad extraordinaria, o darles formación para que se sientan más cómodas y preparadas a la hora de hacer una presentación, dar una conferencia o responder a las preguntas de un periodista.
Puede acceder al informe "Mujeres sin nombre. Avances en la presencia de la mujer en medios de comunicación y el desafío pendiente" en este enlace