Debutó en el MAB en octubre de 2015, pero la historia del grupo se remonta a 1995. ¿Cómo valora su experiencia como empresa cotizada?
Para la típica empresa española ser cotizada no es demasiado fácil inicialmente, porque aquí todo lo que es el mercado financiero no ayuda para que haya una distinción entre lo que es el patrimonio de los fundadores y el de la propia empresa, y es algo que tiene que quedar muy claro cuando quieres salir a Bolsa: cuáles son los activos de la compañía, si tú eres realmente un activo para ella, y a su vez los propios activos que puedan tener los fundadores, que son diferentes. Ese suele ser uno de los grandes problemas que suele haber cuando se quiere cotizar.
Pero si realmente tienes claro que necesitas nuevas vías de inversión para crecer, tienes buenos productos, buenos servicios, salir a Bolsa es una experiencia que yo repetiría. Ha sido y es una experiencia francamente gratificante porque estamos aprendiendo cómo hacer (y cómo no hacer las cosas). Te ayuda a saber cómo hacer las cosas mejor, sobre todo en lo que respecta a la transparencia, la profesionalidad de gestión, saber gestionar la empresa mejor, considerar a los socios y accionistas como compañeros de viaje no como antagonistas. Es un proceso de maduración, que a la compañía le ha ido, y le está yendo, francamente bien, y le seguirá yendo bien.
Operador de telecomunicaciones especializado en certificados digitales: “20 años convirtiendo los procesos analógicos en digitales”. ¿Cómo explicaría su negocio al pequeño inversor?
Nosotros nacimos como una operadora de telecomunicaciones, pero estamos transitando a una empresa de software como servicio. Y, en este caso, en la certificación.
Cada vez vivimos en un mundo más online, y muchas veces en este mundo tienes que demostrar qué es lo que has enviado, lo que has recibido, has contratado o te han contratado… Ahí es donde entra Lleida.net, que podemos demostrar todo esto. Así, en este avance hacia el mundo online nuestros servicios tienen cada vez más entrada, más mercado y estamos creciendo más.
De hecho, en la parte de los servicios certificados tuvo un crecimiento el año pasado del 150%. Y es donde están enfocados todos los crecimientos de la compañía, y los mayores esfuerzos, porque, en definitiva, es donde vemos que tenemos, evidentemente, mayores márgenes y potencialidades.
Y, además, la Red lo que está consiguiendo es que el mundo se vea, y sea realmente, más pequeño. Pero, a su vez, las empresas que dan servicio a este mundo, cada vez son menos pero cada vez más grandes, y a compañías como nosotros estar en Bolsa nos permite crecer a la misma rapidez que ellas, y no vernos condenados a la subcontratación, sino ser uno de los protagonistas.
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Cerrar 2017 con beneficios es una de sus principales metas. ¿Cómo avanzan en la consecución de la misma?
De momento, bien. Ya llevamos tres trimestres consecutivos con Ebitda positivo. Este último trimestre no salimos en números verdes por poco y prevemos que este año podamos cerrar con beneficios.
Recientemente han conseguido 10 nuevas patentes de derechos de propiedad intelectual. ¿Hacia dónde están orientados sus planes de crecimiento?
Una de las claves es tener derechos de propiedad intelectual, patentes. Lo que pasa es que el proceso de patentar cosas es muy arduo y muy largo. A nosotros nos está costando cerca de cinco años patentar, desde que se presenta la patente, otra cosa es el tiempo que has invertido en desarrollar aquello que quieres patentar.
Sin embargo, supone un activo muy importante para la compañía. Y no todas las empresas están dispuestas a sacrificar el importe, el esfuerzo, necesario para poder hacerlo, pero es una inversión cara a futuro. Realmente, en el MAB hay pocas empresas, no biotecnológicas, que tiene patentes, que nos dedicamos a las telecomunicaciones creo recordar que nosotros somos la única.
Es, por tanto, un activo importante. Ahora mismo nos han concedido 10, están a punto de concedernos unas cuantas más y tenemos unas 85 en camino. Es un esfuerzo importante, pero que veremos los frutos rápidamente y, de hecho, ya los estamos viendo, porque cuando publicamos la concesión de nuestra patente del correo electrónico en Estados Unidos, la verdad es que nuestra cotización subió.
En lo que respecta al sector tecnológico, ¿cuál es su visión de la industria en España? ¿Qué deberes ha hecho y debe hacer?
Toda tecnológica que se precie debe estar mirando no solo el mercado español, sino más generalista. Está habiendo un boom de nuevas empresas que yo creo que, en un futuro próximo, permitirán, dentro del propio MAB, que podamos disfrutar de más compañeros.
El hecho de estar cotizando en un mercado permite que los otros que sufren tanto como tú, digamos que nos prestemos apoyo y, a su vez, se puedan crear sinergias mucho mejores.
Y, en cuanto a las pequeñas y medianas empresas en general, ¿qué retos cree que deben aún afrontar?
Sobre todo darse a conocer. Es una de las grandes carencias que tenemos cuando hemos llegado por ejemplo a Bolsa, pensar que por cotizar ya está hecho todo, pues no.
Cuando nosotros vinimos al Medcap el año pasado aprovechamos para preguntar a los inversores qué podíamos mejorar y nos dieron bastantes buenos consejos, que hemos seguido, como publicar resultados trimestralmente (más transparencia), o reunirnos con ellos y explicarles nuestra situación, y sobre todo, comunicar mucho más.
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