Acaban de presentar sus resultados de 2019, en los que facturación y EBITDA han aumentado un 26,09% y un 38,51%, respectivamente. ¿Cuáles han sido las claves de este crecimiento?
El crecimiento de 2019 está en línea con el Plan Estratégico y dentro de lo esperado. Desde hace 24 años Izertis crece a tasas anuales constantes, superior al 20%, con lo cual lo que hicimos el ejercicio pasado fue mantener esas tasas de crecimiento a pesar de ser un año con complicación interna por la carga de trabajo extra que suponía el proceso de salir al MAB. Nuestra estrategia de crecimiento aúna tanto la parte orgánica como inorgánica. El año pasado se hicieron una serio de operaciones inorgánicas que ayudaran en parte a esa progresión, pero el crecimiento orgánico también tuvo mucho que ver.
A pesar de ello, el resultado neto ha sido un 55,27% menor que el logrado en 2018. ¿Por qué esta caída?
Parte de nuestra progresión se basa en un crecimiento inorgánico y, en él, contablemente las adquisiciones generan un fondo de comercio y ese fondo de comercio se amortiza; el resultado final es que esas amortizaciones fuertes por las compras minoran el resultado neto. Si no tuviéramos en cuenta las amortizaciones que hemos hecho del fondo de comercio, el crecimiento del resultado neto estaría en línea con el crecimiento del EBITDA o de los ingresos. Por tanto, responde a una política de adquisiciones e inversiones de la compañía que tienen un beneficio fiscal que permiten no tributar. Lo que sí es relevante es que la generación de caja de la compañía ha aumentado de manera drástica, casi por 10, fruto precisamente de que esas amortizaciones no consumen caja.
¿Qué impacto prevé Izertis en sus cuentas por la crisis del Covid19? ¿Mantienen sus previsiones para 2020 que apuntan a que su facturación aumente un 15-20% y se mantenga un margen de EBITDA del 10% sobre la misma?
En este momento las previsiones son las dadas: seguir creciendo en el entorno de entre el 15 y 20% en nuestras magnitudes. El primer trimestre de Izertis ha estado en línea con lo esperado y no hemos tenido ningún manifestación negativa. Además, no esperamos una gran afectación, al menos en este segundo trimestre. En cualquier caso, en el momento actual es muy difícil que alguien pueda hacer una aseveración categórica acerca de cómo va a ser el impacto, porque nos estamos enfrentando a un escenario totalmente nuevo y lo único que se puede generar son hipótesis. Pero lo que sí es cierto es que hay una serie de sectores que van a estar muy penalizados por culpa de esta crisis sanitaria y económica, y otros que no van a estar tan afectados, entre ellos el nuestro sector, el tecnológico. Gran parte de lo que nosotros lo que hacemos son servicios tecnológicos para medianas y grandes empresa, y son unos servicios que están en el core de su actividad (gestionar su ciberseguridad, sus centro de procesos de datos, sus servicios de ecommerce, sistemas de comunicaciones, etc.)., y en una situación como esta difícilmente se puede prescindir al menos de la mayor parte de esos servicios. Es más, lo que estamos viendo es que la previsión de estas empresas, sea cual sea la evolución de la economía en los próximos meses, es aumentar los presupuestos destinados a tecnología y sobre todo a tecnología aplicable a la transformación digital. Si algo ha quedado manifiesto en esta crisis es que algunas empresas tienen una mayor capacidad de resistencia debido simplemente a cuales son sus modelos de negocio, que grado de digitalización existe en ellos y que capacidad tienen de poder trabajar de manera totalmente ubicua.
En bases a sus solicitudes de servicios, ¿son muchas las empresas que han llegado a esta crisis sin la implantación del teletrabajo lista?
Nuestra carga de trabajo en las primeras semanas de la crisis aumentó bastante en cuanto a peticiones de ayuda por parte de nuestros clientes para adaptarse a un entorno de teletrabajo, con lo cual la respuesta es parcialmente sí. Es cierto que muchos de nuestro clientes estaban ya preparados para un entorno distribuido, pero lo que nadie podía prever es que tuviéramos que pasar en 24 horas de no tener a nadie (o una proporción muy baja) teletrabajando a tener a todo el mundo. Los sistemas de casi ninguna compañía suelen estar dimensionados para un escenario que no aplica en ese momento ni que es previsible que aplique, por ello lo que sí hemos tenido que hacer en los primeros días es ir dimensionando adecuadamente algunos de esos servicios para permitir que un número muy superior a lo previsible pudiera trabajar en entornos seguro y estables.
Creo que la mayor parte de las empresas grandes de alguna manera sí tenían previsto el poder trabajar en un entorno remoto. Pero si nos fijamos en otras, sobre todo medianas y pequeñas, la realidad es que muchas no están acostumbradas a tener en sus planes de contingencia la posibilidad de trabajar de manera ubicua.
En nuestro caso concreto, tenemos unas 800 personas trabajando desde diferentes países -la mayor parte en España Portugal y México-, y también tuvimos que teletrabajar todos de un día para otro. Es cierto que a Izertis no le ha supuesto ningún problema, exceptuando la carga de trabajo de la adaptación para el departamento de sistemas. A día de hoy, solo hay un 4% de la plantilla trabajando de forma presencial y lo hace parcialmente.
Cuando podamos volver a la “normalidad”, ¿cree que volveremos a hacer las cosas como antes o se instalarán nuevas formas de trabajo y colaboración?
Como mínimo va a suponer un pequeño o gran salto en los escenarios de trabajo. España no ha destacado precisamente dentro de los países de su entorno por ser un país muy proclive al trabajo ubicuo. Y la realidad es que lo que necesitamos son sistemas que permitan que la gente pueda trabajar de una forma flexible desde distintos sitios. Creo que esto sí va a suponer un aumento de ese concepto, que en definitiva es bueno para mejorar la productividad de las empresas y la capacidad de conciliación de vida laboral y personal, además de un muchas otras ventajas añadidas como evitar contaminación, atascos e incluso costes en cuanto a lo que suponen los desplazamiento y uso de oficinas.
A día de hoy sólo 9 empresas en expansión del MAB tienen su acumulado en positivo y una es Izertis. ¿Qué expectativas de cotización tienen a medio plazo?
Es un año muy complejo para saber cómo va a evolucionar la cotización, porque no depende sólo de los fundamentales de la compañía sino de la reacción del mercado en cada momento en función de lo que vaya sucediendo. Si habláramos solo de los fundamentales de Izertis, dado que nosotros prevemos que sigan aumentando de manera muy importante, no solo este año sino en ejercicios posteriores, creemos que la evolución de la acción debería ser paulatinamente al alza siguiendo la tónica que ha llevado hasta ahora. Si nos basamos en cómo puede evolucionar teniendo en cuenta el mercado, dependerá. Evidentemente el corto plazo puede haber oscilaciones. En cualquier caso, la cotización de Izertis desde la última semana de febrero hasta hoy no ha sufrido, se ha mantenido, lo que significa que no hay una presión vendedora y que los accionistas que han entrado lo han hecho apostando por un proyecto de medio a largo plazo y sigue vigente en un momento como el actual. Sinceramente, creemos que vamos a seguir siendo una empresa de fuerte crecimiento y que durante los próximos años va a dar muchas alegrías a los inversores que confíen en ella.