Impuesto especial sobre la mitad del beneficio Ibex: billete directo a Venezuela

¡Toma ‘impuesto especial! ’A saco y a tumba abierta. Esto lo han dicho los socios de Gobierno, con la beligerante (por decir algo) Montero, que, indignada por los 40.000 millones de euros que reparten las Ibex en dividendo, propone desde su formación “un impuesto extraordinario del 50% de los beneficios del Ibex”.

Una animalada, una cafrería de tal calibre que casi nadie se la toma en serio. Consultada alguna fuente política, afirmaban no darle mayor importancia ya que era algo que parecía una ocurrencia del momento y, en cualquier caso, muy lejano.

Sorprende la calma, tibieza o no sé cómo calificar la reacción ante los ataques políticos a la economía y los mercados. De todos los flancos: la oposición, las empresas, las asociaciones, los inversores y la sociedad. Esa sociedad que se queja luego de poco empleo, bajos salarios, inflación, etcétera.

La falta de conocimientos citada antes es la que lleva a actuar como se está haciendo. ¿Hay salarios bajos que impiden la compra de vivienda? Súbanse los salarios y congélese el precio de los inmuebles por ley. ¿Las empresas ganan dinero? Exprópiese

Eran locuras de agorero las de quienes se alarmaban cuando se daba crédito a aquello del “impuesto a las grandes fortunas”, el “impuesto especial a la banca” o que había que renacionalizar “las antiguas empresas públicas”. 

Por fin han liquidado las sicav, y de paso han caído los planes de pensiones. El tipo sobre plusvalías para más de 300.000 euros está en el 30% (y lo que te rondaré). A las socimis ya se les ha metido un viaje, pero eso no es suficiente.

El político confiscador, como el mafioso que ofrece su protección (quiera o no) a la población de su territorio, nunca tiene suficiente. Siempre vuelve a por más. Se considera dueño de su destino y debe disponer de su renta. Al final, de toda.

El dividendo de la Bolsa española es un elemento diferenciador de nuestro mercado. Casi el único que le queda, porque recordemos que nuestra plataforma de valores negocia una cifra media diaria de finales del pasado siglo (si se deflacta inflación, mucho peor aún). Es alrededor del doble que el de la Bolsa americana.

Es un dinero que no sólo llega a Blackrock o Goldman Sachs, llega a ahorradores particulares, fondos de inversión españoles, planes de pensiones (los que van quedando), y colectivos que, por encima de todo, han puesto su dinero, para que llegue ahora un politicastro y diga que lo quiere él.

¿Es algo lejano? Ya sabemos cómo son estas cosas: pasado mañana, el Gobierno necesitará cualquier tipo de acuerdo y los socios del Ejecutivo aprovecharán para aprobarlo colando cada uno sus cositas. Hay una facción que considera que tiene gran rédito político para ellos colocar este tipo de decisiones de corte soviético y un presidente que no tiene el menor problema en aprobarlas.

Ahora mismo, no sólo la negociación de la Bolsa española está depauperada, lo están las colocaciones, muchas de ellas suspendidas o realizándose en otros mercados (Europa o EEUU). Ferrovial se ha ido de España, Corporación Financiera Alba se ha excluido, Prosegur ha reducido free float

Conviene diferenciar entre dividendo y beneficio. Esto último es la ganancia declarada por una compañía, lo primero es el beneficio distribuido al accionista (el dueño real de la empresa), cosa que parece que no tienen del todo clara en algunas instancias políticas.

Pero ¿alguien acierta a vislumbrar las consecuencias de la confiscación del beneficio? Yo se las digo: es la imposición definitiva de Venezuela en España. La Argentina kirchnerista tenía bloqueada la repatriación de utilidades a las empresas. Esto es peor.