Entrevista realizada por Manuel López Torrents y Silvia Morcillo.
En 1956 su padre, Gabriel Escarrer Juliá, funda Meliá cuando ve el potencial que tenía España y concretamente Islas Baleares y Mallorca como mercado receptor de todo el turismo europeo. “Nuestro modelo y el del turismo vacacional en España se asienta sobre una clase media que en los años 50-60 e incluso 70, lo primero que hacía era comprarse una casa, luego un coche y su tercera opción era irse de viaje”. En ese momento España, por clima, cultura, gastronomía…era el destino natural para acoger a toda esa gente que venía del centro de Europa”.
La historia de Meliá, ligada a la ilusión y a la constancia, la aprendió Grabiel Escarrer (hijo) desde jóven, acompañando a su padre y logrando empaparse de su pasión y la vocación que en ello tenía. “Mi padre fue un visionario pensando que el modelo de Meliá se podría trasladar a otros continentes. Fue en 1982 a Bali (Indonesia) y construyó lo que fue el primer cinco estrellas del país. En ese momento, con un socio local con el 51% del capital pero que fue un éxito y se dio cuenta de la importancia de poner en valor la cultura, el patrimonio y ser extremadamente respetuoso con los pueblos donde te asientas. Meliá Bali fue un éxito desde el principio, el retorno fue inferior a los 3 años y se hizo con un socio que 35 años después sigue permanente en la misma sociedad, con la que ya han abierto 9 hoteles en la región”. Al final es el proyecto de dos empresas familiares con visión de largo plazo y que comparten un proyecto común, con reflejo en la cuenta de resultados, y de valores. Esto se ha ido extrapolando a otros lugares y fuimos la primera cadena en instalarnos en Cuba, México, Costa Rica, República Dominicana, en la Cuenca Mediterranea,...y hemos contribuido al desarrollo de muchas comunidades y muchos países”.
Esto hasta convertirse en la primera compañía española, la tercera en Europa y que está entre las 17 más grandes del mundo. Pero algo que nos hace únicos es que entre las 30 compañías hoteleras a nivel mundial la única que comenzó como compañía vacacional es Meliá, el resto comenzaron como urbanas y eso nos diferencia de nuestros competidores.
Y tras eso llega la salida a bolsa, también primera hotelera en salir a la Bolsa española. Escarrer llama la atención sobre la poca representación que tiene en bolsa un sector tan importante en la economía española. El sector turismo, representada, al menos antes de la pandemia, entre el 15-15% del PIB con un volúmen muy similar en puestos de trabajo. “Lo que necesita nuestro sector para ser competitivo es transparencia en economías de escala y ese reflejo en bolsa de lo que representa para la economía del país. Y eso también ha supuesto una profesionalización y acelerar los órganos de gobierno”.
En 2009, Gabriel Escarrer ocupa el cargo que hasta entonces había ejercido su padre en una sucesión “muy bonita pero con una carga de responsabilidad tremenda. Yo había trabajado muchos años fuera formándome, creo que es bueno aprender de los errores y las oportunidades fuera del ámbito de la empresa familiar y en otros sectores para, esos conocimientos, intentarlos extrapolar”. Pero, desde 2009, cuando se le nombra Consejero Delegado, “ha sido una historia de mucha pasión, rigor, ir acompañado de un gran equipo directivo y me ha tocado vivir las dos crisis más importantes que ha sufrido el sector turístico: en 2009, la crisis más importante que tuvo Meliá en su historia y, diez años más tarde, la crisis más importante que ha padecido el sector turístico y, al igual que salimos de la anterior, saldremos reforzados de esta”. En este sentido, Meliá ha aprovechado para poner en valor el plan estratégico donde hay tres vectores fundamentales: digitalización, apuesta por el ESG y apuesta por la gestión de talento. “Y eso hace que, con una estrategia muy clara y el compromiso de nuestros 49.000 empleados, hayamos salido reforzados y que se convierta en los próximos meses en una estrategia de crecimiento muy importante”.
Sobre si le preocupa que las nuevas variantes puedan hacer daño a las cifras del sector, Escarrer reconoce que “lo que me preocupa es la salud y el personal de la empresa pero lo otro me ocupa mucho tiempo. Venimos de un tsunami que ha pesado en el sector turístico y hay demasiado alarmismo. Tenemos que aprender a convivir con el virus, tomando todo tipo de precauciones, pero tenemos que empezar a hacer cierta vida normal. El alarmismo no es bueno, el cierre de fronteras no es bueno - hay que tomar precauciones, PCR, Pasaporte Covid, mascarilla… - pero por el bien de la economía, sociedad y empleo tenemos que aprender a convivir con el virus”.
Este experto pone de relieve la necesidad de regulación nacional o supranacional que genere unas reglas del juego válidas y comunes para todos. “Creo que una ley de pandemias ayudaría a aclarar la situación, sobre todo en España donde cada Comunidad Autónoma tiene unas medidas, porque en el último año nuestra central de reservas ha sido una central de información para saber qué restricciones tenían los usuarios en caso de viajar a otras comunidades”. Ha habido una descoordinación y falta de conocimiento que ha hecho que el turismo haya sido el que más ha sufrido porque la gente ha optado por la postura de no viajar hasta que pase la pandemia. Y eso tiene un efecto devastador en la economía, porque el 13% del PIB y el 14% del empleo está ligado al sector turístico”.
“El gran reto que tenemos es asegurarnos que el sector turístico sea competitivo en los próximos 20 años”.
Sobre la menor dependencia del turista extranjero, este experto no cree que sea bueno porque es lo que ha permitido que en anteriores crisis haya sido el sector que antes ha salido y en 2019 el sector que más creció por encima del PIB nacional fue el turístico, sobre todo por su dependencia delos mercados internacionales. Está claro que en 2021 nos ha salvado el mercado nacional pero tenemos un mercado extremadamente competitivo que en los últimos años (salvo en 2020-2021) ha crecido por encima del PIB y ha creado más empleo que cualquier otro sector. “Lo importante es que a ese enfermo, por un tema coyuntural como es el covid, le dotemos de la medicina necesaria para que se recupere y aprovechemos unos fondos next generation para asegurarnos que siga siendo competitivo en los próximos 20 años”.
Lo que no ha cambiado son las ganas de viajar y eso es extremadamente positivo pero los hábitos han cambiado. El cliente quiere ante todo seguridad, flexibilidad en las reservas, sensibilidad por el medio ambiente…En este escenario, “aquellas empresas que han sido más justas con sus accionistas, empezando por sus empleados, clientes, accionistas, proveedores..son aquellas que saldrán más reforzadas porque en líneas generales los accionistas tienen sensibilidad para primar aquellas empresas que han puesto al stakeholder en valor”.
Si quiere saber cómo serán los viajes del futuro o cómo afectará un tema como el envejecimiento de la población al sector turístico vea la entrevista completa.