Después de haberse confirmado el proceso de desinflación, lo que nos llega ahora es la "prueba de algodón". Estamos buscando pistas en los mercados para ver los resultados empresariales. Y el mercado lo que nos está diciendo es que hemos cotizado hasta la parte más alta del rango que llevábamos desde principios de febrero y es normal que se cuestione si los resultados empresariales van a ser tan buenos como en el primer trimestre (cuando sorprendieron a los analistas). En este sentido, nuestra visión ahora es un poquito más comedida. Es decir, el segundo trimestre va a ser un poco más flojo, pero sobre todo las expectativas para el segundo semestre pueden ser incluso peores. Eso sí destacando el buen hacer bancario, con los márgenes de intermediación y ROE que deben seguir siendo buenos, y también del sector tecnológico. No obstante, las tendencias de consumo pueden empezar a resentirse como ya hemos visto en algunos sectores como el químico.
En definitiva, después de haber llegado a los rangos altos del IBEX 35 o del EURO STOXX 50, por ejemplo, las expectativas son que los resultados sean brillantes, pero esa es la duda. El mercado no cotiza si los resultados son buenos o malos, sino si son mejores o peores de lo previsto. Ahí está el quid de la cuestión. Y podríamos tener alguna sorpresa negativa debido a los ratios elevados. Mantener una cotización por ejemplo de doble o triple dígito en muchos valores solo está justificado si hay un crecimiento de beneficios extraordinarios.