La banca española ha arrancado en positivo este 2023 en el Ibex 35. ¿Cuáles son las perspectivas que manejáis desde iBroker para el resto del año?
Tendríamos que distinguir entre bancos comerciales con negocio fundamentalmente doméstico -Bankinter, Banco Sabadell, Caixabank y Unicaja Banco) y los dos grandes bancos globales -BBVA y Banco Santander-. Para los primeros, a nivel de cotización, 2023 seguirá siendo un buen año, mejorando las excelentes cifras de 2022, aunque no cabe esperar unos crecimientos tan excepcionales. La clave de ello va a seguir siendo la evolución de los tipos de interés, con un euribor que ha pasado del -0,477% en enero de 2022 al 3,018% en diciembre pasado, y con una previsión de que alcance el 4% en diciembre de 2023. Por lo tanto, seguirá inyectando fuerza a los ingresos de la banca y aumentando sus márgenes. Por ello, quizás será mejor para los bancos domésticos que los globales, que tienen otra serie de circunstancias, pero creo que, en cualquier caso, BBVA y Santander en algún momento del año van a incorporarse a este movimiento de subidas. Por tanto, va a ser un buen año para la banca en general.
La temporada de resultados de la banca española comienza este jueves 19 de enero con Bankinter. También en enero presentan Sabadell y Unicaja, y en la primera semana de febrero lo hacen BBVA, Santander y Caixabank. ¿Qué previsiones hacéis de las cuentas que presentará la banca española? ¿En qué medida y cómo van a afectar la subida de tipos en los margen de intereses de los bancos?
Según el consenso de mercado, el beneficio neto de los bancos en 2022 va a significar crecimientos muy importantes: Bankinter subirá en el entorno de un 40% su beneficio neto, Sabadell un 50%, Caixa un 26%, Unicaja un 129% (incluye los datos de Liberbank), BBVA un 21%, y Santander será más flojo un 3 o 4% de incremento. Por lo tanto, el balance parece muy positivo y, tal y como hemos dicho antes, se aprecia mayor crecimiento en las entidades con perfil más doméstico que en los grandes bancos globales como Santander o BBVA. A destacar también que en estos incrementos CaixaBank ha tenido que digerir la fusión con Bankia y quizá por ello, además de que tiene un balance muy grande, el crecimiento no ha sido tan fuerte. En cuanto al efecto del impacto de la subida de tipos de interés en el margen para 2023, se calcula entre un 20% y un 25%.
¿Prevéis un incremento de la tasa de morosidad en estas cuentas en concreto? ¿Y para el resto de 2023?
Creo que en 2022 no vamos a ver especialmente un aumento destacable de la tasa de morosidad; por lo menos hasta el tercer trimestre pasado no se ha visto y es lo que nos dicen los bancos en su presentación de resultados. En el conjunto, los últimos datos hablaban de una mora del 3,7% actual y para todo el sector (está prácticamente en mínimos), y lo que se prevé en el consenso es que la mora llegue la 4,5% en 2023, una cifra perfectamente asumible porque los bancos que están muy bien preparados desde la crisis anterior y tienen las estructuras muy sólidas. A los bancos no les va a suponer un problema y se van a beneficiar más de la subida de tipos que del aumento de la mora u otros costes generales por la inflación o el aumento de las provisiones. Va a ser mucho más positivo el efecto del aumento de tipos de interés que todos estos aspectos negativos.
¿Qué riesgos y retos son los que tendrá que enfrentar la banca a medio y largo plazo?
El propio Banco Central Europeo, en su Informe de Estabilidad financiera, alerta de un aumento de los riesgos de estabilidad financiera debido al empeoramiento de las condiciones económicas y financieras en un entorno de escalada de los precios de la energía, una inflación elevada y un bajo crecimiento económico. Además, el riesgo monetario es evidente, con la combinación del aumento de los tipos de interés y la inflación, con políticas monetarias restrictivas que seguirá impactando a los consumidores y generando incertidumbre en los mercados de capitales. Y los grandes bancos van a tener que bastante cuidado con los problemas que pueda generar un aumento de la prima de riesgo… especialmente en países europeos como Italia y España.
Pero además de los riesgos puramente monetarios y financieros la banca tiene que abordar otros aspectos técnicos, tecnológicos, como por ejemplo seguir avanzando en la digitalización, lo que les va a obligar a seguir realizando fuertes inversiones en este proceso, y lógicamente estas inversiones hay que financiarlas, y en un entorno de tipos altos (aunque sean bancos) cuesta más.
Otro asunto es enfrentarse a una regulación que combinará exigencias tradicionales (capital, riesgos, etc.) con requerimientos en otros campos que no son tan puramente financieros y bancarios (cambio climático, fraude, ciberseguridad, etc.). Las entidades bancarias europeas y españolas deberán cumplir con estos requisitos sin lastrar la generación de negocio.
También tendrán que abordar la disrupción que suponen las “finanzas descentralizadas” y su capacidad de eliminar al intermediario en servicios que ofrece actualmente la banca y que ahora ofrecen muchas fintech.
En el caso concreto de España, ¿los bancos no domésticos BBVA y Santander sufrirán más que el resto?
Hasta ahora se ha argumentado (y es verdad) que el efecto positivo de la subida de tipos de interés en los márgenes no compensa la caída en ingresos, por ejemplo, del negocio de banca de inversión, o la presión salarial y de gastos generales que se exigen a estas grandes entidades, por ejemplo, para mantener las estructuras tan enormes que tienen con unos equipos más grandes y mejor preparados.
Pero también habría que empezar a considerar que los bancos globales, con su diversificación por negocios y geográfica, con mucha presencia tanto de BBVA como Santander en los mercados emergentes, son más defensivos que los domésticos, porque tienen más diversificadas las fuentes de ingresos. Y quizás a partir de algún momento de 2023 este negocio diversificado puede ser un punto a favor de BBVA y Santander. Además, habría que considerar que, a medio plazo (no durante 2023), el deterioro económico por la desaceleración de la actividad económica debería ser más negativo para los bancos domésticos; se pedirán menos créditos, por ejemplo, con lo que el negocio les va a bajar, y esto lo notarán menos los grandes bancos.
También es previsible que los bancos pequeños tengan que aumentar las dotaciones a provisiones para cubrir esos riesgos, y esto se debería ver más diluido en los bancos globales… Y también habría que considerar que bancos como Santander o BBVA operan en mercados emergentes, en los que se esperan crecimientos importantes, mientras en España es posible que caigan a lo largo del año.
Por lo tanto no descartaría que, mientras que en la primera parte del año sigamos viendo vientos de cola muy importantes para la banca doméstica, en la segunda sean los bancos globales los que se incorporen a los primeros puestos del rango de atención por parte de los inversores, más teniendo en cuenta que cotizan a un PER inferior al del resto de bancos… (BBVA 6,6x; Santander 6x; Bankinter 9,9x; CaixaBank 9,2x; Unicaja 8,3x y Sabadell 7x). Es decir, el mercado está valorando mucho más los bancos pequeños pero llegará en un momento en que esto se llegue a estabilizar-