El economista ruso Nikolai Kondratieff piensa que el mundo ha sido testigo de cinco largas olas de crecimiento, desde la invención de la máquina de vapor hasta las tecnologías de la información. Estos superciclos han afectado enormemente a todas las áreas de la economía y a nuestras vidas. Ahora, la tendencia hacia una mayor sostenibilidad está transformando nuestras economías y marca el inicio de la sexta ola.
Se cumplen todos los criterios clave para una nueva ola: la utilidad de las "innovaciones básicas" anteriores se agota y la productividad está disminuyendo. Los inversores están buscando desesperadamente retornos y hay un exceso de capital disponible para financiar nuevas innovaciones clave y desarrollarlas aún más. Las controversias sobre digitalización y políticas ambientales están poniendo de relieve cambios en la sociedad.
En este contexto, está surgiendo un factor clave: el cambio climático se está convirtiendo en el que, según Kondratieff, facilitará el desarrollo de nuevas innovaciones básicas y desencadenará el proceso de transformación. El economista ruso cree que la innovación por sí sola no es suficiente para un cambio fundamental si no satisface una determinada necesidad. El cambio climático es la última llamada de atención para que gestionemos la transición del crecimiento parasitario al simbiótico. El crecimiento y la innovación son indispensables para detener el calentamiento global y luchar contra el hambre y la pobreza.
La sostenibilidad solo es posible si nos apoyamos en la innovación, ya que el autocontrol no será suficiente. Si aproximadamente 1.000 millones de personas de Europa y América del Norte emiten menos dióxido de carbono porque renuncian al consumo, los aproximadamente 6.500 millones de personas restantes de África, Asia y América del Sur todavía no podrían vivir una vida más cómoda. Y la población mundial sigue creciendo. Las estimaciones de la ONU sugieren que, para 2100, llegará a 11.000 millones de personas.
El medio ambiente en sí se ha convertido en un recurso escaso. Según cálculos de Global Footprint Network, en este momento, estamos consumiendo 1,7 veces la biocapacidad disponible, y la tendencia sigue apuntando al alza.
El Acuerdo de París no ha tenido un impacto importante en las emisiones de carbono y el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático pronostica que las temperaturas medias globales aumentarán entre 3º y 5°C para 2100. Para evitar que esto suceda, la transición hacia una mayor sostenibilidad costará dinero. Las Naciones Unidas estima que las inversiones globales necesarias si se quieren alcanzar los 17 ODS para 2030 serían de 5 a 7 billones de dólares por año.
Este total (una cantidad asombrosa de dinero) incluye tanto la inversión pública como la privada. Aun así, no parece completamente fuera de su alcance. Debemos recordar que los 3.038 signatarios de la iniciativa Principios de Inversión Responsable (“PRI”) gestionan un total de 103 billones de dólares. Estos gestores de activos se han comprometido a tomar sus decisiones de inversión en base a criterios de sostenibilidad.
Se cumplen las condiciones previas para una nueva ola de "crecimiento verde" y según Allianz GI, debemos invertir para combatir el cambio climático y apoyar la sostenibilidad.