El reciente giro de 180 grados que han dado los principales bancos centrales, pasando de la normalización monetaria a nuevas medidas acomodaticias, superó las expectativas del mercado. En concreto, del acta de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), que tuvo lugar a finales de enero, se desprendía la posibilidad de que la reducción del balance finalizara ya en los últimos compases de 2019. Por consiguiente, los mercados de renta fija podrían prolongar su trayectoria alcista con el apoyo de los bancos centrales, en especial porque la inflación sigue viéndose lastrada por los efectos de base de la energía. Ahora bien, si resulta creíble, este impulso monetario podría traducirse en una tendencia bajista más pronunciada de la curva del Tesoro.
En nuestra opinión, el tramo corto de la curva del tesoro reviste mayor atractivo que el tramo largo. No obstante, nuestra posición global en renta fija sigue siendo defensiva tanto en la zona euro como en Estados Unidos tras el reciente descenso, si bien este retroceso no parece exigente en comparación con los datos pasados. Creemos que los riesgos para el rendimiento del bund alemán a 10 años son asimétricos a los niveles actuales (inferiores a los 10 p.b.).
Por ahora, los inversores en momentum están disfrutando de los vientos favorables. El componente de seguimiento de tendencias (Trend Following) va por buen camino para generar su mejor rentabilidad mensual desde agosto de 2018 según un índice de referencia (el SG Trend). Nuestros propios grupos de homólogos, que se componen de 31 estrategias UCITS, indican que la mayoría de las estrategias (80%) se hallan en territorio positivo en lo que llevamos de febrero. Tanto el rally del mercado de bonos como la apreciación del dólar estadounidense resultaron beneficiosos. Su posicionamiento largo neto en bonos se ha incrementado considerablemente durante los últimos meses, mientras que el posicionamiento neto en renta variable ha vuelto a cero después de haber mantenido una posición corta neta. Sin embargo, es probable que los inversores necesiten más que un mes positivo para ampliar sus posiciones en la estrategia tras las dificultades afrontadas el año pasado.
De cara al futuro seguiremos apostando por estrategias como Merger Arbitrage y Fixed Income Arbitrage. Esas estrategias han demostrado su capacidad para generar alfa a lo largo del tiempo con una reducida volatilidad de la rentabilidad y una escasa correlación con los mercados de renta variable. Nuestra posición en CTA se mantiene neutral. Sin embargo, parece que los inversores perdieron las esperanzas respecto de las estrategias CTA el año pasado. Según eVestment, la estrategia sufrió en 2018 las salidas de capitales más abultadas. Los inversores deberían recordar que, durante los 20 últimos años, las estrategias CTA han generado una rentabilidad superior a la renta variable, y que sus pérdidas máximas se han limitado al 20% (donde se mantienen ahora) frente al retroceso máximo del 55% registrado por la renta variable.