En términos generales, las crisis desafían o inspiran a los líderes y, de manera similar, dividen o estimulan a sus partidarios. En este momento, la pandemia mundial del coronavirus parece estar desafiando los pilares de la campaña de reelección de Trump. Se suponía que su campaña se basaba en dos aspectos: en representar a su contendiente demócrata como socialista con connotaciones muy negativas o posiblemente peligrosas y en lo bien que le ha ido la economía bajo su gobierno. Este último pilar se ha derrumbado de forma catastrófica y, como resultado, sus posibilidades de reelección se han visto ciertamente perjudicadas. Si volvemos la vista atrás, encontramos numerosos ejemplos de presidentes que se han enfrentado a un situación de contracción económica en el momento de su reelección.
Por supuesto, no podemos descartar el "efecto rally de la bandera", por el que los presidentes tienden a disfrutar del apoyo popular en tiempos de crisis. Vimos cómo se producía esto con mucha fuerza con George W. Bush, cuyos índices de aprobación aumentaron después del 9/11 y la invasión de Irak. John F. Kennedy experimentó un rebote similar de apoyo después de la crisis de los misiles en Cuba. Los recientes índices de aprobación sugieren que esto ha ocurrido en Estados Unidos en las últimas semanas, ya que el índice de aprobación general del residente Trump aumentó considerablemente, aunque sólo en unos pocos puntos (gráfico 1). Sin embargo, parece que esta tendencia se hubiese paralizado después de las actuaciones del presidente para terminar el bloqueo en Semana Santa. En consecuencia, no es de extrañar que haya tenido que dar marcha atrás con esta medida, por lo que será interesante ver si su aprobación recibe otro impulso por parecer que se toma la crisis más en serio.
La tasa de aprobación del presidente Trump aumenta
Estamos viendo cómo se produce este efecto "rally" de forma más fuerte en Francia, donde Emmanuel Macron se ha ganado los aplausos por su liderazgo durante la pandemia. Incluso Italia, un terreno fértil de insatisfacción política en los últimos años, ha visto mejorar el apoyo popular a sus líderes.
Vemos dos razones principales por las que el presidente Trump tendrá que actuar con más cautela respecto a las políticas a seguir: el efecto del rally puede tener corta duración y podría haber tocado ya techo, y en Estados Unidos la pandemia está lejos de haber alcanzado su punto máximo, por lo que el daño económico sólo está en sus inicios…
Además, mientras que los índices de aprobación general han aumentado, el presidente ha caído aún más en desgracia con los demócratas, que desaprueban cada vez más la forma en que está manejando la situación del coronavirus en EE.UU. (Gráfico 2).
Gráfico: La aprobación de la gestión del coronavirus por parte del presidente Trump
Queda por ver si la pandemia ayudará u obstaculizará políticamente al presidente Trump. Ha estado trabajando para culpar de esta crisis a otros - intentos que probablemente serán bien recibidos por su base más leal y, por supuesto, afianzarán aún más a sus detractores.
Sabe que cuanto peor esté la economía, peores son sus posibilidades de reelección. Sin embargo, si hubiera puesto fin al confinamiento antes de tiempo, el daño económico podría haber sido aún mayor y corre el riesgo de que la actual crisis de salud pública se agrave de forma catastrófica. El presidente se enfrenta a una gran cantidad de riesgos para la economía y para la salud humana en el futuro que requerirán una destreza que no hemos visto nunca antes.