Tras la firma de la primera fase del acuerdo comercial entre EEUU y China el pasado 15 de enero, Wall Street ha experimentado un nuevo impulso alcista que ha llevado tanto al SP500 como al DJ30 a superar los 3300 y 29400 puntos respectivamente, marcando nuevos máximos históricos el pasado viernes, en una tendencia alcista que parece no tener fin.  

Esto ha llevado a ambos índices a cotizar lejos tanto de sus líneas de tendencia alcista como de sus medias móviles de 200 sesiones pese a los abultados niveles de sobrecompra que podemos observar en los osciladores. Este movimiento de precios se puede observar en la plataforma de trading de cualquier broker online.

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Según Admiral Markets, si nos centramos en el Hang Seng chino (HSI50), podemos observar cómo en la jornada del mismo día 15 de enero este descendió ligeramente debido a la incertidumbre generada en torno a la firma del acuerdo, pero en la sesión del día 16, retomó su tendencia alcista tras rebotar en la media móvil de 18 sesiones en la zona cercana al nivel del 38.2% de Fibonacci para formar un doble techo en los 29197.50 puntos, el cuál puede llevar al índice chino a buscar de nuevo a su media móvil de corto plazo.

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Como se puede observar, estas subidas fueron más bien tímidas ya que como en el caso de Wall Street este tan solo subió un 0.32%, debido a que aunque era un evento muy esperado, la incertidumbre en torno a la guerra comercial no se despeja completamente con esta firma ya que aún quedan las negociaciones de la fase 2 y éstas van a ser especialmente complicadas.

La guerra comercial aún no ha terminado

Aunque parece que en el corto plazo la firma de este acuerdo podría relajar las tensiones comerciales entre estas dos potencias, tal y como indicó recientemente la expresidenta de la FED Janet Yellen, "la guerra comercial aún podría estar lejos de terminar" ya que aún no es un acuerdo total debido a que todavía queda por delante la negociación de la segunda fase, donde entraran en juego diferentes problemáticas relacionadas con la tecnología. 

Por otro lado, también queda pendiente la retirada progresiva de los aranceles ya vigentes, los cuales tienen un valor de 360.000 millones de dólares y se irán retirando en función del cumplimiento de los acuerdos ya firmados y de la evolución de las negociaciones de la conocida fase 2.

En realidad, esta guerra comercial transciende del marco económico al marco geopolítico, ya que esta no es más que una consecuencia del cambio en la política exterior de los Estados Unidos desde Europa hacia Asia-Pacífico, Esto tan solo puede realizarse a través de imposición de aranceles o de sanciones económicas.

En principio, el acuerdo parece bastante beneficioso para los intereses de Washington, ya que como han indicado diversos asesores de la Casa Blanca, este acuerdo mejorará el PIB norteamericano en un 0.5% y tendremos que ver si China está dispuesta a cumplir con lo acordado para la progresiva retirada de los aranceles. 

roberto_rojas_admiralmarketsRoberto Rojas, analista de Admiral Markets, concluye diciendo: "En un corto plazo es posible que China acepte los términos de este acuerdo, aunque para ello, deberá emitir exenciones y realizar diversos ajustes para cumplir con los compromisos alcanzados de compras de productos americanos, pero en el medio y largo plazo, es posible que no pueda asumirlos si quiere seguir creciendo al ritmo de años anteriores y seguir peleando por la hegemonía a nivel internacional. Como dijo Napoleón Bonaparte: “Dejad que China duerma, porque cuando despierte, el mundo temblará”.