Si ampliamos la perspectiva y observamos la evolución de Bitcoin desde las elecciones que ganó Donald Trump, vemos que su comportamiento sigue siendo positivo, a pesar de la reciente corrección. El precio actual continúa por encima del nivel del 5 de noviembre. 

Lo destacable es cómo ha evolucionado la percepción del riesgo. En episodios anteriores de fuerte tensión —como el colapso de algunos exchanges o el repunte del VIX por el carry trade de Japón—, la volatilidad fue mucho mayor. Hoy, en medio de un contexto geopolítico complejo y con incertidumbre sobre la política monetaria estadounidense, Bitcoin se mantiene con firmeza en niveles superiores a 75.000 dólares. Este comportamiento sugiere una madurez creciente del activo, alimentada por la adopción institucional y el respaldo regulatorio, especialmente en EE.UU. La narrativa está cambiando: Bitcoin ya no se percibe únicamente como un activo especulativo, sino como una reserva de valor al margen del sistema financiero tradicional, similar al oro, pero con características superiores en muchos aspectos.

Aunque el primer trimestre del año ha sido flojo para Bitcoin, el rendimiento desde 2023 es extraordinario. Pasó de cotizar en torno a 16.000-20.000 dólares a superar los 100.000, multiplicando su valor por más de cinco veces en dos años, y alcanzando una capitalización de más de 1,5 billones de dólares, lo que refleja su creciente aceptación. En comparación con otros activos como el Nasdaq, el S&P 500 o incluso el oro, Bitcoin ha mostrado un desempeño superior desde las últimas elecciones.

Por tanto, la corrección actual de Bitcoin debe entenderse como parte del proceso natural en un activo que todavía se encuentra en fase de descubrimiento y consolidación. A largo plazo, Bitcoin tiene un potencial único. Como comentaba Ray Dalio, podríamos estar entrando en un nuevo orden monetario global. Países como China están reduciendo su exposición a bonos estadounidenses, y el dólar está viendo cuestionado su rol hegemónico. En ese contexto, tanto el oro como Bitcoin se perfilan como activos refugio clave. Pero a diferencia del oro, Bitcoin ofrece una transparencia y auditabilidad imposibles en el metal precioso. Esto lo convierte en una pieza estratégica para la reorganización monetaria en curso. No es casualidad que figuras como Larry Fink, CEO de BlackRock, vean a Bitcoin alcanzando los 700.000 dólares en los próximos años. Y si la dinámica de oferta limitada y creciente demanda institucional se mantiene, superar el millón de dólares por unidad hacia 2030 no es una quimera.

Si quieres más información sobre Bit2Me y todas sus ventajas en cripto pincha aquí.