En una mesa redonda organizada por Estrategias de Inversión bajo el título “Gases renovables y descarbonización industrial” con Nuria de Lucas, directora de la Transición Energética de la DG Gases Renovables de Naturgy; Verónica Rivière, presidenta ejecutiva de GasIndustrial y Laureano Álvarez, socio de consultoría estratégica de Energía en Monitor Deloitte, hemos discutido sobre las ventajas, desafíos y el potencial de estos gases para la transición energética.
Los gases renovables, especialmente el biometano, ofrecen múltiples ventajas en el contexto de la transición energética, tanto en su producción continua y gestionable como en su capacidad para integrarse en la infraestructura de gas existente. "Los gases renovables son una palanca fundamental para la descarbonización y la transición energética en 2030", ha afirmado Nuria de Lucas. Sobre el papel del biometano, ha destacado que esta tecnología permite almacenar energía de manera eficiente y contribuir a reducir el impacto ambiental al aprovechar los residuos orgánicos.
A nivel europeo, España cuenta con un gran potencial para liderar la producción de biometano debido a su abundancia en residuos agrícolas y ganaderos. Sin embargo, los expertos han señalado que nuestro país aún enfrenta el reto de escalar esta tecnología para alcanzar a países como Dinamarca, Francia o Alemania, donde los marcos regulatorios han facilitado su desarrollo. "El biometano es una tecnología madura y disponible, pero en España aún llevamos un retraso respecto a otros países", ha indicado Laureano, consultor en energías renovables. "Necesitamos políticas que apoyen su escalabilidad para aprovechar todo el potencial que tenemos."
En cuanto al papel de los gases renovables en la descarbonización económica, han coincidido en su potencial para reducir la dependencia de los combustibles fósiles en sectores de difícil electrificación, como la industria pesada. “El biometano permite que nuestras industrias sigan operando sin modificar procesos productivos, lo cual es crucial en un mercado globalizado y competitivo. Sin embargo, una industria tendrá que cambiar toda la fábrica si utiliza el hidrógeno. Los costes operativos son muy altos ", ha señalado Verónica Rivière. Además, ha recordado que la industria consume el 60% del gas natural del país, por lo que una transición a gases renovables podría marcar una diferencia significativa en su competitividad, siempre y cuando el precio sea viable para evitar la deslocalización de la producción.
La carrera por los gases renovables se ha intensificado en los últimos años. España tiene la oportunidad de posicionarse como un líder en este ámbito, aprovechando su potencial en biomasa y su compromiso con la transición energética. Sin embargo, para lograrlo, es necesario un marco regulatorio favorable que incentive la inversión y la innovación, así como una mayor colaboración entre los agentes implicados. La decisión de apostar por los gases renovables marcará el futuro energético del país.