¿Qué escenario de mercado ven más probable de cara a 2023?
Para poder ver las opciones que podemos tener de cara a 2023 es importante desgranar dos componentes principales: por un lado la inflación y por otro, el crecimiento económico. la inflación, si miramos sus componentes podemos ver cómo tanto el CPI como a nivel oferta, delivery o los salarios, parece que la presión inflacionista está mermando. Es verdad que seguimos teniendo cifras bastante altas pero la presión no es la que teníamos. Y no sólo eso, además el mercado está descontando que de cara a uno o dos años la inflación estará en línea con lo que piden los bancos centrales, 2.5-3%, por tanto sí creemos que por ahí está dando signos de más debilidad pero luego tenemos que mirar el crecimiento económico. tenemos claro que en 2023 no tendremos un crecimiento económico positivo, tendremos un decrecimiento económico o crecimiento negativo y, si miramos las distintas fases del crecimiento económico podemos ver cómo estaríamos más en el entorno de una recesión, que no debería ser muy fuerte, donde veríamos algo más afectada a Europa que EEUU y que dejaría el escenario algo más complejo de cara a los próximos trimestres.
¿En función de ese escenario que activo de renta fija podría funcionar mejor?
Si vemos una recesión leve en el mercado lo que puede ocurrir es que determinados activos de renta fija se puedan ver afectados por riesgo de impago o default, que dependerá de la calidad crediticia en la que estés entrando. Creemos que dentro de renta fija los activos que mejor pueden funcionar son los activos seguros con mayor calidad crediticia, y ahí apostamos por la cédula hipotecaria europea que cuenta con doble garantía: la de la entidad financiera que emite esa cédula hipotecaria y la garantía de todas las hipotecas que hay dentro. Una garantía en el sentido de que, independientemente de cómo se gestione ese activo, una hipoteca que no esté siendo pagada saldrá de esa cesta y será reemplazada por otra. Eso ha hecho que en 200 años que tiene de historia el activo no haya habido ninguna quiebra o insolvencia, y nos deja un activo con calidad crediticia de AA y que en un momento de estrés y recesión podría sufrir mucho menos que cualquier otro activo de renta fija con calidad crediticia más baja.
Además dependiendo de la visión del inversor, que tiene miedo a que siga habiendo tipos al alza, contamos con duraciones flexibles y una gestión en la que generamos alfa. Y para aquellos que crean que no veremos subidas de tipos mucho más agresivas, contamos con un fondo de cédula hipotecaria europea de cinco años donde cogeríamos una exposición a duración y con un potencial de rentabilidad bastante atractivo.
¿Y en renta variable, veis algún estilo de inversión con más sentido para el escenario que planteas?
Creemos que seguir apostando por la renta variable de bajo riesgo tiene sentido porque si vemos el entorno de recesión vemos como el entorno de mercado estará marcado por correcciones todavía. Poder proteger las carteras y no tener todo expuesto a aquello con más sensibilidad al ciclo tiene sentido. Dentro de la renta variable de bajo riesgo apostamos por un estilo mixto, es decir, tener una mezcla de estilos de inversión, apostamos por un value de calidad con baja volatilidad. Ahí tenemos la estrategia Global Stable Equity que lo ha estado haciendo muy bien con exposición a renta variable pero de forma muy conservadora. Buscamos tener â
de la volatilidad que tiene el mercado ofreciendo un 80% de la rentabilidad cuando éste sube y captar en torno al 60% de su caída. Con esto damos una rentabilidad bastante estable en cualquier entorno de mercado, porque por un lado la parte value nos protege de subidas de tipos y además tenemos unas compañías con poder de fijación de precios muy atractivo, empresas estables a 5-10 años y esto nos lleva a tener un muy buen comportamiento en un año que ha sido muy complejo.