¿Qué nuevos riesgos plantea el segundo semestre del año?
Pensamos que 2016 será un año complejo. Trabajamos con muchos riesgos que permanecen en el sistema, cosas como un precio más bajo de las materias primas o un escenario de crecimiento global más débil. Pensamos que Europa en sí misma se enfrenta a importantes riesgos a corto plazo. El más importante que está ahora en boca de todo el mundo es el Brexit, la votación en Reino Unido para decidir sobre su pertenencia a la UE. Esto crea un clima preocupante e incierto y tenemos que ver a través de las ramificaciones de todo esto. En España tenemos un año de cambios políticos que está provocando cierta incertidumbre en el mercado doméstico. Creemos que en el corto plazo hay varios riesgos, pero a largo plazo somos muy positivos con las perspectivas para el mercado europeo.
Ustedes viven en Londres… ¿cuál es el sentimiento que se aprecia en la calle con respecto al Brexit?
Es una situación realmente confusa. El ciudadano medio de la calle piensa que la información que está recibiendo de los políticos es bastante confusa. Es muy difícil saber si esto va a suponer algo positivo para Reino Unido a largo plazo. No creo que nadie conozca la respuesta a esta pregunta. En el corto plazo, los mercados financieros han sido muy buenos descontando estos riesgos, como ya hemos visto con la depreciación de la libra. En cierto sentido, los mercados han descontado esta incertidumbre, pero si va a ser bueno para Reino Unido en el largo plazo es muy difícil saberlo. Creemos, o quizás, yo creo que es improbable que Reino Unido vote a favor de salir de la UE. La gente suele preferir el statu-quo. Creo que el nivel de incertidumbre sobre qué traerá (la salida de la UE) o qué va a significar para las finanzas personales o para el futuro crecimiento económico de Reino Unido es algo que potencialmente podría hacer que la gente prefiera quedarse con lo que ya tiene.
También en España tenemos las elecciones generales en junio pero, ¿cómo ven al mercado español, ven oportunidades de inversión aquí?
Hemos estado varios días en España, reuniéndonos con muchas compañías españolas y quizá sorprendentemente el feedback y las previsiones han sido cautas, aunque realmente son más positivas de lo que habíamos previsto. La situación política ha generado incertidumbre en la población sobre qué puede esperar, sobre qué pasará con el gasto público, las compañías tienen dudas sobre cómo deberían invertir en los dos próximos años. Creemos que la economía española está en buena forma. Cuenta con varias características de crecimiento y la mayor cautela en general responde a que todo el mundo está esperando a ver qué pasa. Consideramos que en términos generales las condiciones subyacentes son más positivas que cuando visitamos el país hace siete u ocho años. Eso es muy bueno.
Pese a la bajada del precio de las materias primas, ustedes tienen a Royal Duch Shell en la cartera del fondo Aberdeen UK Equity con un peso de un 4%. ¿No temen el riesgo de estas empresas?
Royal Dutch Shell es una compañía que lleva tiempo en el UK Equity Fund de Aberdeen. Conocemos bien el negocio y hemos seguido su desarrollo en diferentes ciclos. Es una compañía grande y necesita invertir pensando en el largo plazo. Recientemente ha realizado la adquisición de BG Group, lo que aporta algunas capacidades interesantes a la entidad resultante, un gran conocimiento en aguas profundas, buenas operaciones en Australia y Brasil y creemos que la combinación de ambos grupos va a llevar a la entidad a una posición más fuerte. También existen una serie de sinergias de costes de las que se va a beneficiar Royal Dutch Shell tras la compra de BG. Somos muy positivos con el potencial de esta compañía. Es una compañía con bastante peso en el fondo, también tiene una fuerte presencia en el índice, pero no nos fijamos en el peso en el índice, porque pensamos que el potencial de crecimiento y la naturaleza global de las operaciones de Royal Dutch Shell justifican su sobreponderación en nuestro fondo.
¿Cuál es su consideración sobre el sector financiero en Europa?
El sector ha atravesado un período muy complicado en los últimos años. Tenemos la impresión que ya hemos dejado atrás la etapa más dura en cuanto a regulación, que ahora empieza a normalizarse y reducirse y estamos llegando al final de esta etapa. El sector se enfrentaba a una situación complicada de cara a 2016, siendo la principal preocupación que el retorno ofrecido por los bancos no era tan atractivo como lo había sido en el pasado y esto generó mucha preocupación entre los inversores. Y también el hecho de que los bancos, muchos de ellos, ya no pagan dividendos; los dividendos era una característica atractiva del sector que ha desaparecido. Dicho esto, hay que tener en cuenta que hay empresas muy diferentes unas de otras dentro del sector financiero europeo, incluso dentro del segmento de los bancos. Muchos de ellos tienen exposición a los mercados emergentes, lo que los ha penalizado en el corto plazo, pero a largo plazo creemos que es un posicionamiento muy interesante debido al efecto de red de estos mercados y a las oportunidades de crecimiento potencial que ofrecen a largo plazo. El otro aspecto positivo es que tras reunirnos y evaluar al equipo directivo de estos bancos, creemos que son las personas correctas para gestionar estas entidades en el momento complicado al que se enfrentan.
¿Dónde ven las oportunidades de inversión más atractivas de cara al segundo semestre?
En Aberdeen somos stock-pickers bottom-up. Nos fijamos en las compañías, analizamos sus modelos de negocio, cómo se posicionan a nivel global, cuáles son sus características más atractivas a nivel individual, su poder de fijación de precios, cómo están de diversificadas en términos de operaciones… Afortunadamente en Europa se pueden encontrar muchas empresas de calidad. En términos de sectores, seguirá siendo complicado para las empresas que tienen mucha exposición a las economías emergentes, algunas empresas industriales con mucha exposición a países como China, por ejemplo. Pensamos que seguirá siendo complicado en la segunda mitad del año. Sin embargo, creemos que probablemente ya hayamos tocado suelo en la presión de los beneficios para algunas de estas empresas. Por ello, a largo plazo, vemos potencial de crecimiento a medida que estas regiones se recuperen y que las empresas que tienen gran exposición a estas regiones se empiecen a recuperar de nuevo. Somos bastante optimistas en este sentido.
Las empresas europeas, y las de Reino Unido en particular, suelen tener bastante exposición a estas regiones y esta es la razón por la que los mercados y las compañías se han visto afectadas por la ralentización en estas regiones. Otra cosa que nos gusta de Europa es que, a diferencia de Estados Unidos, está en una etapa muy temprana de su recuperación.
Si se puede adoptar un punto de vista a largo plazo, y nosotros podemos hacerlo, es una región muy interesante en la que invertir. Otro aspecto positivo es que el Banco Central Europeo todavía seguirá respaldando la economía del continente. Creemos que esto podría ayudar a estimular las economías domésticas también. Por tanto, existe un abanico de razones por las que pensamos que Europa es una región interesante para invertir a largo plazo.