La liquidez inyectada por los bancos centrales ha tenido un efecto en las carteras de los inversores: el activo libre de riesgo no paga (e incluso cotiza en negativo) y, por lo tanto, las inversiones más conservadores no sólo no incrementan el rendimiento de la cartera sino que en muchas ocasiones lo merman. Esto no es nuevo. Desde que Draghi pronunciara sus famosas palabras “Whatever it takes….” la renta variable y las carteras con algo más de riesgo se han erigido como las alternativas para aquellos inversores necesitados de rentabilidad. Ocho años después de aquellas palabras, los fondos que más dinero siguen captando son los de renta fija y los fondos monetarios.
A cierre de octubre, “los primeros han conseguido atraer 530.000 millones de dólares mientras que las suscripciones en fondos monetarios se acercaron al billón de dólares. Sin embargo, los fondos de renta variable sufrieron reembolsos a nivel mundial por valor de unos 150.000 millones de dólares”, asegura Fernando Luque, Editor de Morningstar.
La foto si nos fijamos en Europa no es muy diferente aunque, en este caso, los fondos de acciones también lograron captaciones netas de unos 90.000 millones de euros. Y si la imagen la acercamos a España, hacia aquellos fondos registrados a la venta en España, las mayores captaciones netas hasta el 23 de noviembre “se han canalizado hacia categorías, en general, bastante conservadoras como Renta Fija Euro Largo Plazo y Deuda Privada Euro”, asegura Paula Mercado, responsable de análisis de VDOS.
Los inversores siguen invirtiendo en lo más conservador a pesar de que no sean las alternativas más rentables para su cartera. Un ejemplo, dicen desde Morningstar, son las fuertes entradas en fondos monetarios “cuando es complicado que esa categoría de fondos presente rentabilidades positivas”.
Juan Rodríguez, Customer Success Managers para Investment and Advisory de Refinitiv asegura en este punto que depende de qué medida utilicemos como rentabilidad. “Si usamos la rentabilidad pura y dura del período los fondos de renta variable son los únicos con rentabilidad media positiva, seguidos de bonos y activos mixtos con rentabilidades medias ligeramente por debajo de cero. Si tomamos como referencia el alfa, los fondos de renta variable siguen siendo los que de media han generado mayor alfa en el período pero esta vez seguidos de los fondos alternativos y de renta fija”.
Ahondando algo más dentro de la renta variable sectores como el de tecnología y ético “están presentes entre las categorías más rentables y las que mayores aportaciones netas reciben en el año, con TMT en primera posición del ranking. Renta Fija Internacional Global Convertibles es la segunda más rentable, pero no aparece entre las doce con mayores aportaciones netas”, asegura Mercado.
Y es que, si ha habido un sector ganador este año sin duda han sido aquellos que se han visto reforzados con la pandemia: salud, tecnología, ético…. Categorías sectoriales (como tecnología o salud) que se han posicionado entre las diez más rentables desde enero y que son las que mayores captaciones netas han recibido. Pero además cada vez son más gestoras las que están promocionando la “sostenibilidad” de sus fondos a tenor de una mayor demanda por parte de los clientes. A nivel de fondos sostenibles, “el año 2020 está siendo particularmente positivo en la industria europea ya que casi la mitad de las suscripciones netas han procedido de fondos con una vocación de sostenibilidad. A nivel gestoras, las que más dinero captaron fueron BlackRock, Amundi, UBS y Nordea”, asegura Fernando Luque. En España, Santander AM encabeza el ranking por aportaciones netas, con Geescoperativo y BBVA AM a continuación, según los datos de VDOS.
Federico Rincón, Customer Success Managers para Investment and Advisory de Refinitiv asegura que 2021 será el año del ESG en términos de captación de forma transversal a cualquier tipo de activo “pudiendo alcanzar globalmente los 10.000 fondos y activos bajo gestión próximos a los €3.36 Bn de euros, según la tendencia de los últimos años”. Arropados por el auge de emisiones de deuda vinculadas a criterios sostenibles (€598.4 Bn*) y los reguladores con el pie en el acelerador, “podríamos encontrar un alto número de suscripciones netas entre los clientes HNWI, retail y corporate buscando un mayor retorno a largo plazo, especialmente en Europa y renta variable de acuerdo con los gráficos inferiores”.
En el sector creen que si hay algo que ha cambiado respecto a los fondos categorizados como éticos es que “además son rentables y dan buenos resultados. Los fondos éticos registrados a la venta en España han obtenido de media un alfa de 2,65 y una rentabilidad anualizada media del 4,05% mientras que los fondos registrados a la venta en España que no tienen ese componente ético han obtenido un alfa del 0,08 y una rentabilidad anualizada media del -0,26%”. En cuanto a patrimonio, el de los fondos éticos ha crecido un 3,63% mientras que el de los no categorizados como éticos ha caído un 0,26%. Da la impresión de que esta tendencia ha venido para quedarse y va a continuar”, dice Rodríguez.
Y ¿qué pasará en 2021? Pocos cambios, a juicio de los expertos. “En la primera parte del año, posiblemente sean prácticamente las mismas categorías las que reciban mayores aportaciones netas, aunque podemos ver una ligera rotación ya hacia sectores como el turístico y hacia activos considerados value. A medida que la disponibilidad de la vacuna sea un hecho, habrá una mayor certidumbre en los mercados y el apetito por el riesgo aumentará”, admite Mercado.
Retornos y oferta de productos, diferencias entre gestoras nacionales e internacionales
Según datos de INVERCO, se observa una diferencia notable entre el patrimonio de los fondos nacionales (que hasta octubre han sufrido reembolsos) y los internacionales (que la mayoría de categorías han visto cómo ha entrado dinero). Desde el sector creen que hay temas como la oferta de fondos o el propio rendimiento de los mismos como el gran reto que tiene la industria española. “La oferta de fondos españoles es más conservadora que la de fondos extranjeros. O, por lo menos, el inversor tradicional en fondos nacionales es más conservador que el que invierte en fondos de gestoras extranjeras. Y este año ha sido complicado para el inversor tradicional conservador que se ha asustado mucho con la caída de principio de año”, dice Luque. Desde VDOS creen que, gracias a la presencia global de las gestoras internacionales se pueden apoyar en sus equipos de análisis local o en especialistas en sectores o temas muy concretos. Consecuentemente pueden permitirse una oferta más diversa, capaz de satisfacer las necesidades cada vez más sofisticadas de los inversores. Además, se han visto también beneficiadas por una creciente oferta de arquitectura abierta”.
En este sentido, los retos que tienen las gestoras nacionales pasan por “diversificar la oferta de productos, contando con analistas especializados por sectores o por zonas geográficas. O bien conseguir esa especialización a partir de alianzas con gestoras locales”. Un ejemplo muy claro es la inversión en China, un país en el que difícilmente se puede invertir si no se cuenta con analistas conocedores del funcionamiento de las compañías y de la sociedad y la economía china; Y hay muchos sectores en los que sucede lo mismo, como en el tecnológico, por ejemplo, en el que se necesita un equipo muy especializados para invertir en redes 5G.
En Refinitiv apuntan al mero retorno de los fondos. “Mientras que el alfa medio de los fondos domiciliados en España es negativo (-1.42) y la rentabilidad anualizada media también lo es (-1,03%), para los fondos registrados a la venta en España, pero no domiciliados aquí, el alfa medio es de 1,04 y la rentabilidad anualizada media es de 1,2%”, dice Juan Rodríguez, desde Refinitiv. En este sentido, las gestoras nacionales tienen que ser capaces de ofrecer al inversor español resultados atractivos para los partícipes. Un tema que alude directamente a los costes pues “las gestoras nacionales tendrán que competir cada vez más con las extranjeras, especialmente a nivel de costes”, asegura Luque.
Y cuando se habla de costes es inevitable hablar de la gestión pasiva cuyo crecimiento ha jugado un papel poco relevante en la industria española ya que sigue siendo un producto muy desconocido por el inversor particular. De hecho, si se miran las aportaciones netas, porcentualmente los reembolsos netos fueron menores en fondos de gestión activa que en las IICs que replican un índice y puede verse “cómo la evolución de las aportaciones netas a lo largo de las diferentes etapas, desde que se declaró la pandemia, ha sido más suave que en el caso de la gestión pasiva”, dice Mercado.
Aunque en nuestro país, según Morningstar, las gestoras no están apostando por este tipo de gestión, de una selección de los diez mayores grupos financieros por patrimonio, las mayores aportaciones netas en el año corresponden a Amundi con 92 millones de euros, seguida de Santander AM con 76 millones y Caixabank AM con 46 millones a continuación, según los datos de VDOS.
La gestión pasiva crece aunque podría tener el cierre más alto de este tipo de productos desde el año 2000
Un producto que a nivel global ha participado activamente de la actividad de 2020 como vehículo de inversión colectiva tanto por su accesibilidad, menores comisiones y reducción de costes en la gestión, así como su variedad geográfica, sectores y estilos de inversión. Desde el inicio de año los activos bajo gestión en la industria europea de ETFs han aumentado hasta los €874.3 Bn (+0.50%) hasta cierre noviembre. “Un incremento pequeño para una industria en crecimiento debido a la rentabilidad de sus subyacentes (€-46.2 bn)”, dice Detlef Glow, director de REFINITIV Lipper Research - frente al 9.2% de crecimiento estadounidense con una estimación de ventas netas de €379.03bn frente a los €50.5 bn en ETFs europeos” Si bien la industria dispone de buena salud, este dato contrasta con lo que se espera sea a final de año: “el dato más alto de cierre de este tipo de vehículos desde el lanzamiento de la industria en el 2000, debido a la falta de rendimiento de muchos de ellos”, asegura Rincón.
Durante este año “salieron al mercado 1016 nuevos instrumentos que suponen una representación aproximada del 9% del universo actual. De acuerdo con REFINITIV Lipper, la distribución tiene una representación del 50.76% en Equity, 14.83% para bonos, 5.5% en alternativos y 2.9% para commodities, mixtos con un 1.47% y monetarios y otros con una representación inferior al 3%. “En el caso de los fondos registrados para la venta en España, si bien los ETF representan un 15% del universo comercializado, estos no han batido a las IIC en rentabilidad desde el 96,14% hasta el 145,95% ya que 8 de los 10 top performers pertenecen a este grupo”, dice Federico Rincón.
Sin duda, la gestión pasiva trasnsformará la industria a nivel global pero no será a corto plazo. Fernando Luque asegura que no ve grandes cambios “sino más bien una continuación de las tendencias que hemos visto en los últimos meses y años: aumento de la gestión pasiva, reducción de costes y emergencia de los fondos sostenibles”. Por su lado, Paula Mercado cree que la tecnología cada vez va a ser más importante “y veremos cómo la aplicación de IA (Inteligencia Artificial) para la gestión y la oferta de herramientas tecnológicas para la consulta y contratación de productos para los inversores, por parte de las gestoras, irá creciendo cada vez más”. Parece también que continuaremos viendo movimientos de consolidación, tanto por la consolidación de grupos bancarios, como también por la posibilidad de encontrar sinergias y, sobre todo, optimizar costes.