Como parte de su movimiento antichino, el Senado de Estados Unidos aprobó el pasado 20 de mayo la Ley de Responsabilidad de las Empresas Extranjeras (Holding Foreign Companies Accountable Act), que tiene por objeto impedir que las empresas chinas coticen en el mercado estadounidense en forma de ADR (American Depositary Receipt o Recibo del Depositario Americano) si no cumplen con las auditorías de la Junta de Supervisión de Contabilidad de Compañías Públicas (PCAOB) durante tres años consecutivos. La condición más crítica que deben cumplir es que la PCAOB tenga acceso a los papeles auditados por los auditores locales en China. Esto va en contra de la ley china, que prohíbe que los documentos de auditoría sean enviados al extranjero, sean cuales sean las circunstancias. Por lo tanto, un punto muerto y una zona gris que no se ha tratado durante años, hasta que los senadores John Kennedy (republicano) y Chris Van Hollen (demócrata) presentaron su proyecto de ley. Éste todavía tiene que ser aprobado por la Cámara de Representantes y respaldado por el presidente Trump antes de que se convierta en ley.
Al hacerlo, la asamblea legislativa estadounidense probablemente ha dado rienda suelta a un efecto en cadena que acelerará el crecimiento de los mercados de valores chinos, Hong Kong, Shanghai y Shenzhen, a expensas de los mercados estadounidenses. Seis meses después de que Alibaba (con una capitalización de mercado de 592.000 millones de dólares) obtuviera la aprobación de una cotización secundaria en Hong Kong, la lista de empresas chinas que actualmente cotizan en Nueva York y quieren conseguir una cotización secundaria en Hong Kong crece casi a diario. En las últimas dos semanas, vimos a Netease (58.000 millones de dólares de capitalización) y a JD.com (91.000 millones de dólares) seguir los pasos de Alibaba. Se rumorea que Yum China (20.000 millones de dólares), Trip.com (15.000 millones de dólares), Huazhu (11.000 millones de dólares), TAL (40.000 millones de dólares) y New Oriental Education (22.000 millones de dólares) están preparándose para el pistoletazo de salida. En total son aproximadamente 250 empresas con una capitalización de mercado combinada de 1,5 billones de dólares que probablemente seguirán el mismo camino y finalmente se retirarán de la Bolsa de Valores de Nueva York en los próximos dos o tres años, si no mucho antes.
Si cotizan en Hong Kong (como lo hicieron recientemente Alibaba, Netease y JD.com), estas empresas pueden reunir los requisitos para unirse a Southbound Stock Connect, que permitirá a cualquier inversor minorista de China continental con 500.000 RMB en su cuenta de valores comprar estas acciones. Hemos visto que últimamente se han modificado las reglas para permitir que las empresas con múltiples clases de acciones y diferentes derechos de voto en Hong Kong, que es el caso de muchas de estas empresas chinas que cotizan en Estados Unidos.
También hemos observado que las dos bolsas de valores chinas de Shangai y Shenzhen de más reciente creación, a saber, la STAR Board y la ChiNext, permiten que las empresas con múltiples derechos de voto, así como las entidades extranjeras y las empresas que utilizan estructuras jurídicas complejas conocidas como Entidades de Interés Variable (Variable interest entity o VIE), coticen en sus plataformas utilizando un proceso de cotización de registro rápido (en contraposición con un proceso de aprobación de cotización mucho más largo que se aplica actualmente en los consejos de las principales bosas).
A medida que más y más empresas chinas solicitan cotizaciones secundarias en Hong Kong y se convierten en elegibles para el programa Southbound Stock Connect, es probable que veamos que los volúmenes de cotización de estas empresas se desplacen de Nueva York a Hong Kong. Aunque estas empresas no sean técnicamente elegibles para el South Connect todavía, prevemos que las reglas serán modificadas muy pronto para que esto suceda.
Es razonable suponer que los principales índices MSCI y FTSE, que actualmente utilizan los ADR estadounidenses de Alibaba, Netease y JD.com para el cálculo de sus índices, seguirán la tendencia y cambiarán su ponderación de ADR a favor de las cotizaciones secundarias en Hong Kong, siempre que la liquidez de las cotizaciones secundarias de Hong Kong se acerque a la liquidez de los ADR. Cuanto antes puedan los inversores de China continental invertir en estas cotizaciones secundarias en Hong Kong utilizando Stock Connect, antes harán cambios MSCI y el FTSE. Esto es aún más cierto si hay una amenaza pendiente de exclusión forzosa de los ADR por parte de las autoridades de EE.UU. A fin de reducir el error de seguimiento relacionado con el hecho de que Nueva York y Hong Kong están en zonas horarias diferentes, todos los ETFs (productos que replican índices) que actualmente tienen ADR chinos dentro de su exposición actual en China estarán preparados para seguir los índices y hacer el cambio a favor de las cotizaciones secundarias de Hong Kong.
Tanto la bolsa China como la de Hong Kong se han preparado en los últimos meses para acoger a las empresas que se exponen a ser expulsadas del mercado de valores de Estados Unidos. Uno de los cambios pendientes es la renovación del principal índice chino, el Hang Seng, que se había vuelto gradualmente irrelevante ya que sus anticuadas reglas impedían que incorporara cotizaciones secundarias y compañías con diferentes derechos de voto. Las reglas acaban de ser modificadas y, finalmente, empresas como Alibaba, Meituan Dianping o JD.com podrán unirse al exclusivo club de miembros del Índice Hang Seng y su conjunto de derivados y contratos de futuros, lo que ocurrirá tan pronto como se realice la próxima revisión, este mes de agosto.
¿Perderán estos gigantes chinos de Internet y de la alta tecnología accionistas como resultado del proyecto de ley Kennedy-Van Hollen? No creemos que sea así. Los inversores institucionales de EE.UU. son perfectamente capaces de invertir en Hong Kong o en China continental a través de Stock Connect o utilizando sus propias cuotas de QFII (Qualified Foreign Institutional Investor o programa de Inversores Institucionales Extranjeros Calificados). Por otra parte, creemos que estas empresas se beneficiarán enormemente al tener acceso a los inversores minoristas del continente que, hasta ahora, no podían invertir en estas empresas líderes de China.
Al presentar su proyecto de ley al Senado, no es seguro que el Sr. Kennedy y el Sr. Van Hollen tuvieran en mente la bola de nieve que desencadenaría y el impacto negativo que podría tener para los corredores y operadores del mercado estadounidense en términos de pérdida de negocio. Desde la perspectiva de Beijing, no cabe duda de que los dirigentes preferirían que sus empresas más importantes cotizaran en la bolsa de su país, en lugar de quedar a merced de los legisladores estadounidenses, especialmente teniendo en cuenta el actual entorno político que no es más que tóxico. Y desde la perspectiva del mercado de Hong Kong, la Navidad ha llegado antes este año.