La gestora hace hincapié a la búsqueda de compañías de calidad en los diferentes sectores, ya que el 10% de las firmas más importantes cosechan el 80% de los beneficios económicos. Compañías con reducidas necesidades de capital y con altos ROIC, de innovación disruptiva.
En cuanto a la demografía, solo hay que echar un vistazo al crecimiento exponencial del que hemos sido testigos en Asia, donde el número de personas definidas como de «clase media» es ahora superior al 50%, o a la distribución por edades, en regiones donde las sociedades están envejeciendo y cambiando la demanda de productos y servicios.
En Estados Unidos, la renta variable resulta más cara que en otras regiones, pero con un mayor potencial de crecimiento. Mientras la barata RV europea, con un sistema bancario en dificultades y en Japón con tendencias demográficas poco propicias para que nos beneficiemos en 2020.
En cuanto a emergentes, China muestra un crecimiento ralentizado pero sostenible, donde el consumo podría seguir siendo atractivo y motor estable del PIB, como lo ha sido en los últimos años. El resto de mercados emergentes muestra mayor crecimiento a largo plazo, impulsado (como ha sido hasta ahora) por la creciente clase media.
En cuanto a renta fija, las oportunidades también serán difíciles de encontrar, aunque los activos refugio deberán volver a ser una prioridad para inversores. La gestora sigue sobreponderando el crédito.
De este modo, entre los fondos destacados para posicionar las carteras se encuentran 3 fondos:
- Threadneedle (Lux) Global Focus Fund: un fondo con 5 estrellas y alto rating de sostenibilidad de Morningstar, con unos activos de 890 millones de euros, una historia que parte del año 1995, y gestionado desde 2013 por Dave Dudding (con rating A de Citywire). Es un fondo que al menos dos tercios de sus activos se invierten en acciones de empresas en todo el mundo de gran capitalización, incluidos emergentes y desarrollados, pero en una cartera concentrada, como lo muestran sus 43 posiciones al cierre de octubre. Su proceso de inversión hace hincapié al modelo de negocio y estructura del sector, además de crecimiento a largo plazo con valoración razonable. Su índice de referencia es el MSCI ACWI. Es una estrategia que a lo largo de su historia se ha ubicado en los primeros lugares del ranking de fondos de su categoría, tanto por rentabilidad como por menor caída. En 2018 tuvo una rentabilidad negativa de tan sólo 2% a pesar del incremento en la volatilidad y correlación de los activos, cuando fondos similares cayeron más del 10%. En lo que va de 2019 la rentabilidad es del 24,9% (datos oficiales a cierre de octubre).
El fondo tiene un sesgo a EE.UU, con un peso algo superior al 70% y una sobreponderación respecto al índice de referencia (55%). Le sigue India, Francia y UK con un peso entorno al 5%, Japón con 3,5%, Alemania y Hong Kong con c.2% y 1,4% en liquidez. En cuanto a sectores, sólo dos sectores están sobreponderados: Tecnología (cercana al 20% y que ha contribuido significativamente a los resultados) y salud (~6% pero que ha restado al rendimiento total relativo aunque la selección de valores ha contribuido positivamente), mientras que la mayor infraponderación es en energía, bienes de consumo y materiales. Entre sus 10 principales posiciones (que representan casi el 44% de los activos) se encuentran las conocidas Microsoft, Mastercard, Adobe, Alphabet, Visa, S&P Global, entre otros.
Cabe reconocer, que de las fichas comerciales es una de las más completas. Contiene información muy útil, entre la que destaca el análisis de atribución (del inglés atribution analysis) donde se observa que lo que realmente contribuye a los resultados finales es el efecto de selección de valores y no tanto la asignación (sectorial o regional).
Ahora bien, en cuanto a estadísticos a tener en cuenta, es un fondo con una volatilidad alta (por tratarse de renta variable) del 11,9 a un año y algo mayor a 5 años (pero menor a la media de sus competidores), pero al observar el ratio de Sharpe y sortino a 3 años es muy superior a sus competidores (1,3 y 2,1 respectivamente), con lo que es una opción muy atractiva para aquellos inversores con mayor aversión al riesgo y cuyos resultados pasados han sido muy positivos.
- Threadneedle (Lux) European Strategic Bond Fund: este otro fondo insigna de esta gestora se lanzó en 1999 y Ryan Staszewski es su gestor desde 2016. A diferencia del anterior, tiene 3 estrellas y no tiene rating de sostenibilidad de Morningstar, y su tamaño es menor, con 139 millones de euros de patrimonio y una cartera algo más amplia, constituida por 265 emisiones. Es un fondo que puede tomar posiciones largas y cortas en valores de renta fija europea emitidas por empresas y gobiernos, y con parte importante de sus operaciones en Europa. El proceso de inversión incorpora una visión más top down (macro, tipos de interés y divisas), aunque también análisis fundamental para la selección de crédito. Tanto a 1 como a 3 años el fondo se ubica entre segundo y tercer cuartil por rentabilidad.
El 48% de la cartera está en bonos BBB (vs. 26,6% del índice de referencia) que es lo que más contribuye a la duración efectiva del fondo de 2,3 años, un 16,7% en BB (infraponderado vs. 27,2% del índice), e infraponderado también en AAA/AA/A.
Es tan diversificada la cartera en cuanto a emisores, que las 10 mayores posiciones tan sólo representan el 14,5% del patrimonio. En cuanto a sectores, es la Banca, bienes de consumo y soberanos los que tienen una mayor contribución a la duración efectiva.
El fondo tiene una volatilidad algo superior a su índice, pero en la media de un fondo de esta clase de activos, pero un sortino bastante alto de 3,5 a 3 años y una caída máxima de -1,9% a 3 y 5 años vs -2,2% del índice.
A pesar de ser una alternativa con gran potencial, a día de hoy hay otras opciones en el mercado más recomendables como el de Morgan Stanley, Muzinich o Lombard Odier - con unos estadísticos destacados, que respaldan sus resultados.
- Y para cerrar la terna, el fondo Threadneedle (Lux) Global Smaller Companies : gestionado por Scott Woods, desde abril de este año, pero que se integró a la gestora en 2015 como analista de empresas de pequeña capitalización. El fondo se lanzó en 2011 y alcanza unos activos de 477 millones de euros. Es un 5 estrellas y rating medio de sostenibilidad por Morningstar. En su proceso de inversión utilizan el marco de Michael Porter, así como un proceso bottom up. Su índice de referencia es el MSCI World Small Cap. La cartera está compuesta por 77 posiciones, entre las 10 mayores (que representan el 20% de los activos) se encuentran las industriales norteamericanas SiteOne Landscape Supply (distribuye suministros de jardinería), MSA Safety (fabricante de elementos de protección personal y seguridad industrial), y Nordson (multinacional que diseña y fabrica equipos de dispensación para adhesivos, selladores y recubrimientos industriales y de consumo), la canadiense Cargojet (aerolínea de carga). El fondo tiene casi 50% de exposición a dólar americano y 24% a euro al tener exposición a Alemania, Francia, Italia y Países Bajos. Hasta hace 3 meses tenía exposición a Cellnex. En cuanto a sectores, destaca la sobre exposición al sector industrial, tecnología, salud y bienes de primera necesidad. Prácticamente está 100% invertido, ya que tan sólo tiene 0,2% en liquidez.
Desde noviembre de 2014, son más los meses con rentabilidad positiva que negativa, y donde la máxima caída ha sido del 11,6%, en noviembre de 2018. Es un fondo que compara espectacularmente bien respecto a sus competidores, ubicándose en el lugar uno tanto a 1,3 y 5 años por rentabilidad, situándose en algo menos de la media en volatilidad.
De los tres fondos analizados, recomendaríamos fuertemente el último, ya que es una estrategia interesante. Cabe recordad que la implantación de Mifid II ha hecho que el análisis de estas compañías de pequeña capitalización haya sido abandonada dado los costes que implica y que, favorecerá aquellas gestoras que cuenten con equipos de análisis propios, como es el caso de Columbia Threadneedle.