Como explicaban recientemente los expertos de Bespoke Investment, “si hay un lugar en el mercado en el que los inversores no podrían ser más bajistas ese no es otro que las compañías minoristas. Con Amazon comiéndose su desayuno, los consumidores cambiando la forma en la que gastan su dinero –eligiendo experiencias sobre productos, en un contexto repleto de compañías, las empresas minoristas están sufriendo la tormenta perfecta y sus acciones están reaccionando de forma oportuna”, afirmaban.
“Las compañías minoristas han estado muy afectadas por el aumento del comercio electrónico y seguirán sufriendo muchas presiones tanto en las ventas como en los márgenes”, afirman los analistas de Goldman Sachs AM en su nota sobre previsiones para 2018. En su opinión “los minoristas necesitan centrarse en la construcción de nuevos canales y crear experiencias en los establecimientos como requisitos fundamentales para sobrevivir mientras persiguen diferentes cadenas de aprovisionamiento y ganan en economía a escala”, afirman en este informe los expertos de la gestora.
Pero la alargada y mortífera sobra de Amazon podría no acabar en las compañías minoristas. En su informe, los expertos de Goldman Sachs AM indican que el próximo en la lista podría ser el sector de consumo básico, lo que los anglosajones llaman Staples. “El comercio electrónico ha cambiado los patrones de consumo creando estanterías sin fin en un proceso que en el que se está dando más cabida a algunas marcas de nicho, al contrario de lo que ocurre con el comercio tradicional, dominado por las grandes marcas”, alertan estos analistas.
Pero, ¿qué sucederá en la próxima década? Los próximos en caer por el yugo de la disrupción podrían ser las compañías automovilísticas. “El 5% de la penetración de los coches eléctricos equivale al porcentaje del comercio electrónico hace una década” y algunas encuestas apuntan a que esta cifra podría elevarse hasta el 30% hasta 2030. “En los próximos diez años, el crecimiento de los vehículos híbridos y eléctricos podrían desencadenar una ola disruptiva en el sector automovilístico e industrial similar al que ha producido el comercio electrónico en el sector consumo en la última década”.
En este sentido, los expertos afirman que “aunque creemos en la temática del coche autónomo y eléctrico, consideramos que las compañías puras de esta industria están cotizando a niveles muy altos para un escenario en el que no hubieran riesgos. Vemos más oportunidades en otras partes de la cadena, como los semiconductores o los componentes de automoción”, afirman en Goldman Sachs AM.
A más largo plazo, los expertos de la firma ven capacidad de disrupción en la tecnología emergente en los países emergentes. Señalan que “con el 86% de los millennials viviendo en los países emergentes, los altos grado de penetración del comercio electrónico han creado oportunidades de inversión. Señalan negocios como las carteras electrónicas, las plataformas de pago… que han sobrepasado a los bancos tradicionales en esas regiones.