Pero aclaran que los más de 2.000 millones de personas en el mundo que forman parte de esta generación son algo diferente. Entre otras cosas, muchos de ellos ya no son niños, los que integraron antes la generación están a punto de cumplir los 40 años y muchos de ellos ya están criando a sus familias. Los expertos indican que “en 2017, la Encuesta Global de Inversores Individuales de Natixis IM descubrió que están desarrollando una perspectiva única de los mercados y la inversión. El sector financiero debe reconocerlos por quiénes son y cómo se diferencian de otros inversores”.

Los resultados de este estudio indican que los Millenials se enfocan en objetivos, son conscientes del riesgo y tienen su jubilación en perspectiva. También están en sintonía con los problemas ambientales, sociales y de gobernanza y creen que su inversión puede contribuir a generar un bien social. Pero incluso con esta visión positiva, la encuesta muestra que necesitan más apoyo si desean alcanzar la seguridad financiera.

Para ayudar a saber en qué nos hemos equivocado, la firma ha encontrado varios errores en los que, en su opinión, incurre la opinión pública:

Los Millennials no son perezosos, pero aún necesitan una guía:  El estereotipo asume que los Millennials están a la deriva, sin rumbo, pero la mayoría de los incluidos en nuestra encuesta demuestran que, en lo referente a sus finanzas, se enfocan bastante en los objetivos. Más de seis de cada diez Millennials (64%) reporta globalmente que tiene metas financieras claras, mientras que poco menos de seis de cada diez (59%) dice tener un plan financiero para lograrlas.

Sin embargo, como inversores más jóvenes, este grupo tiene una perspectiva de inversión a corto plazo. Más de seis de cada diez (64%) afirma que el horizonte de plazo para sus inversiones es de cinco años o menos, mientras que 87% dice que es menor de diez. Es probable que esto refleje su etapa actual en la vida, en la que los sucesos esperados, como casarse o iniciar una familia, o una compra significativa, como un auto nuevo o la primera casa, pueden estar a unos cuantos años de distancia.

A pesar de su perspectiva a corto plazo, los Millennials tienen la atención puesta en sus necesidades a largo plazo y están tomando medidas hacia la generación de un ahorro para la jubilación.

Los Millennials son más conservadores de lo que pensamos: Es fácil suponer que los inversores más jóvenes tendrán una mayor tolerancia al riesgo. No solo tienen el optimismo de la juventud, sino también el tiempo para recuperar posibles pérdidas. Pero los Millennials encuestados están divididos entre su deseo de generar rendimientos a su inversión y su capacidad para asumir riesgo. Este conflicto podría tener un efecto negativo en su retorno de inversión.

 

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Una razón para su visión de inversión más conservadora puede ser que han alcanzado la mayoría de edad en tiempos de incertidumbre. De hecho, solo 64% de los Millennials dicen sentirse financieramente seguros, una cantidad 6% menor a la de Baby Boomers en la encuesta.

Los Millennials son responsables de financiar su retiro, pero muchos recurrirán a su familia para salir adelante: para los menores de 40 años, la jubilación puede ser, en el mejor de los casos, un concepto abstracto. Los primeros Millennials tienen por lo menos 25-30 años de trabajo a futuro antes de poder optar por las prestaciones gubernamentales de la jubilación en muchos países, aunque identificamos que muchos tienen expectativas claras sobre la etapa de retiro.

Los Millennials podrían llegar a confiar más en la gente que en sus teléfonos inteligentes: Una suposición común sobre los Millennials es que prefieren los servicios digitales y confían en recomendaciones de sus iguales para tomar decisiones. Pero estas suposiciones son contrarias a las opiniones de muchos encuestados. Esto se evidencia especialmente en términos de en quién dicen confiar al tomar decisiones financieras.

A pesar de que solo 56% dice que su conocimiento sobre inversiones es sólido, 87% de los Millennials dice confiar en si mismo durante el proceso de toma de decisiones. Esto incluye 40% que dice confiar completamente en sí mismos.

Es aún más sorprendente a quién recurren los Millennials, ya que 86% dice que confía tanto en un profesional financiero como en sí mismo, incluido 36% que confía por completo en su asesor. De hecho, los Millennials confían en los profesionales financieros mucho más de lo que confían en sus familias, amigos cercanos y colegas de trabajo (71%) e incluso en la prensa financiera (58%).

A pesar de sus conceptos erróneos acerca de la inversión pasiva, los Millennials tienen expectativas claras para la gestión activa: Los activos en inversiones pasivas globales han aumentado sustancialmente en los últimos años, y parece que los mitos y las ideas erróneas sobre la indexación han aumentado con los flujos de fondos. No es de extrañar que muchos Millennials tengan ideas erróneas sobre lo que las inversiones pasivas pueden o no lograr. Poco más de dos tercios de los Millennials reconocen que las inversiones pasivas ofrecen rendimientos de mercado (68%), y seis de cada diez reconocen que presentan una alternativa de comisiones más baja.

La inversión de valor puede tener un significado diferente para los Millennials: Parecería que la única parte del mito de los Millennials que cala entre los encuestados es la imagen de activismo social. A nivel mundial, los Millennials están logrando una clara conexión entre sus activos y su perspectiva social. Ocho de cada diez dicen que es importante invertir en empresas que reflejen sus valores personales. Tres cuartas partes dicen que es importante que sus inversiones hagan un bien social. Pero muchos no se percatan de que no todas las inversiones pueden adaptarse a su enfoque ESG. Por ejemplo, solo 58% reconoce que los fondos indexados, que contienen todas las compañías en un solo índice, incluyen aquellas que pueden no ser compatibles con sus valores personales.

Al definir lo qué les importa, a los Millennials les preocupa el impacto ambiental y social de las empresas en las que invierten, pero también creen que es importante invertir en compañías que cumplan con principios y estándares sólidos en su operación comercial. Más de ocho de cada diez afirman que es importante que las empresas en las que invierten actúen de forma ética, mientras que tres cuartas partes quiere invertir en empresas con un impacto social positivo y aproximadamente el mismo número está preocupado por el historial medioambiental de las empresas en las que invierte.