Las declaraciones de Antonio Carrascosa, director del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, la semana pasada han dado el pistoletazo de salida a todo tipo de hipótesis. Según sus palabras, el proceso de desinversión del Estado en BFA-Bankia será “intenso” de cara a los próximos meses y espera tenerlo culminado en un periodo de dos años
. Actualmente el 68% de Bankia está en manos públicas vía BFA del que el Estado controla el 100%. La idea que se maneja actualmente es sacar a venta un 17% del accionariado de la entidad para así seguir manteniendo el control de la entidad nacionalizada con el 51% del capital.
Los expertos aseguran que para llegar a realizar esta desinversión el Estado puede emplear tan sólo dos fórmulas: la de la ampliación de capital sin derecho de suscripción preferente o la colocación de títulos a inversores institucionales. Esta última es la opción que suena en las quinielas sobre el futuro de Bankia y se haría, en principio, bajo un precio de antemano pactado.
Javier Flores, responsable del Servicio de Estudio y Análisis de ASINVER, considera que sería “prematuro” iniciar este proceso de desinversión sin que antes se comunique “a la ciudadanía cómo se va a realizar”. En el caso concreto de la desinversión del Estado británico en Lloyds Group el pasado mes de septiembre, los dirigentes políticos hablaron incluso de colocar entre sus ciudadanos acciones del grupo porque, a fin de cuentas, eran los contribuyentes los que habían ‘rescatado’ a la entidad.
Por el momento, se conoce que el FROB está buscando a un ‘asesor externo’ para que llevara, dado el caso, el proceso de desinversión. Uno de los nombres que se barajan es el de la entidad JP Morgan, una de las colocadoras de Lloyds en el Reino Unido.
El ejemplo británico
El pasado 16 de septiembre de 2013, el conocido como UKFI (UK Financial Investments Limited) anunciaba vía comunicado la “exitosa colocación” del 6% del accionariado de Lloyds Group por valor de unos 3.835 millones de euros entre inversores institucionales, considerando el bajo precio que tienen las acciones de la entidad dentro del footsie londinense. Las entidades colocadoras fueron Bank of America Merril Lynch, JP Morgan y UBS.
La historia entre ambas entidades nacionalizadas puede considerarse muy similar a pesar de los años que separan un proceso de otro. El Gobierno británico decidió intervenir en el año 2008, en pleno estallido de la crisis subprime, después de Lloyds –incentivada por Downing Street- se hubiera hecho con la entidad HBOS, plagada de activos tóxicos en una cartera hipotecaria que acabó siendo garantizada por el Estado por valor de 290.000 millones de euros, unos 260.000 millones de libras.
Bien es cierto que, a diferencia de la entrada fulminante del Estado en Bankia, el Reino Unido aumentó progresivamente su control dentro de la entidad hasta llegar al 65% en el año 2009 dentro de su Programa de Protección de Activos.
Actualmente, el Estado británico controla el 32,7% de Lloyds Group con un total de 23.326 millones de acciones, según la UKFI. Actualmente tiene una participación de 22.000 millones de euros aproximadamente.
El diario británico The Telegraph se hacía eco la semana pasada de la intención del Gobierno británico de salir totalmente del capital de Lloyds. El culmen de todo este proceso, según el rotativo, tendría lugar en octubre cuando se podría producir una venta combinada entre inversores institucionales y minoristas. Cabe recordar que el Estado británico ha terminado siendo el propietario de prácticamente la mitad del sistema financiero de su país, pues controla también a las entidades RBS, por supuesto Halifax, Bank of Scotland, Natwest y Northern Rock.
Lloyds dio a conocer la semana pasada un nuevo ‘ajuste’ de su plantilla en cerca de 1.000 trabajadores que se incluye dentro de un plan estratégico para la entidad. Desde el año 2008, momento en el que entró el Estado en su accionariado, la entidad ha despedido a más de 35.000 personas. Las cifras para Bankia no son tan abultadas. Dentro del plan presentado por su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, en 2012, se contempla el despido de 6.000 profesionales con el cierre de 1.140 sucursales.
En cualquier caso, el futuro de Bankia podría ser muy similar al vivido por Lloyds en el Reino Unido. “Resulta difícil que se pudiera hacer un único paquete. Debería ser algo escalonado en el tiempo para rentabilizar al máximo la operación”, sostiene Flores.
La venta depende obviamente del precio de cotización en el mercado puesto que no se contempla que un inversor institucional pudiera aceptar una oferta superior. Con los títulos cotizando a 1,29 euros por acción, según el cierre del mercado del viernes pasado, las perspectivas de los expertos pasan porque la buena senda bursátil continúe.
Bankia ha dejado atrás los turbios momentos de dilución del accionariado y desplomes históricos a un año tan sólo de haber saltado al parqué madrileño. En los últimos seis meses acumula una revalorización del 92%, mientras que en el 2014 sus títulos suben más del 10% con un mercado plano.
Lloyds Banking Group, por su parte, es de los títulos más alcistas del último año con una subida del 62%, lejos de Royal Bank of Scotland o HSBC con resultados negativos en el mismo periodo de cotización. La justificación es la que se está empleando también dentro de España: el retorno de la confianza de los inversores. El mismísimo The New York Times consideró en sus páginas a Bankia con “el emblema de la recuperación española” a mediados de enero. El rotativo estadounidense aseguraba que Bankia se asemejaba "a una versión de Lehman Brothers: una gran y compleja entidad que amenazó con desplomar un país", pero “llegando ahora a ser un símbolo de lo que podría ser el comienzo de una recuperación a nivel nacional".