Casi todos coincidían en que los 2.000 puntos que ha alcanzado el índice de referencia en Estados Unidos son un espejismo de aquí al término del ejercicio. Eso es lo que se deduce en relación a lo que explicaban las principales firmas de análisis y sus expertos más destacados a principios del vigente ejercicio en relación al comportamiento que tendrá Wall Street en los meses que están por venir. (
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El primer de ellos David Bianco, de Deutsche Bank, considera que el S&P 500 comenzará el 2015 en torno a los 1.850 puntos. “Creemos que hay que ser prudentes y no asumir más riesgos en cuanto termine el QE y se sepan más novedades en cuanto a la situación de los tipos de interés”, comentaba. (¿Cómo invertir en la OPV de Alibaba?)
Brian Belski, de BMO, situaba el objetivo del selectivo norteamericano en los 1.900 puntos. “Entramos en 2014 menos optimista de lo que hemos sido en los últimos años”, indicaba. “Esperamos que las acciones suban con fuerza el primer semestre”, rezaba en su análisis. Algo, que finalmente se ha producido. Sin embargo, explicaba que “se desvanecerían en el segundo semestre”. Está por ver. (Ross: Tesla es la mejor acción para comprar… Sin duda)
En esta líena también se manifestaba Tobias Levkovich, de Citigroup, que veía al S&P 500 en los 1.975 puntos a finales de 2014. “En general, podemos llegar a los 1.975 puntos, pero también podríamos ver modificaciones en los indicadores fundamentales y de volatilidad que nos podrían preocupar”, aportaba.
Para Barry Knapp, de Barclays, el índice estadounidense llegaría a los 1.900 puntos. “Las acciones han mostrado una relación inusualmente estrecha con el sentimiento desde 2009 y, por tanto, estamos viendo el momento de estar precavidos”, indicaba.
Para mostrar este sentimiento generalizado por parte de los analistas, está el punto de vista de David Kostin, de Goldman Sachs, que auguraba que este índice cerraría el ejercicio en los 1.900 puntos. “La clave de nuestro pronóstico de mercado es el crecimiento y esperamos que el crecimiento mundial sea del 3,6%”, argumentaba.
Los únicos analistas que veían que el S&P 500 cerraría el año por encima de los 2.000 puntos eran Adam Parker, de Morgan Stanley, con un objetivo de 2.014 puntos; y Tom Lee, de JP Morgan, con una meta de 2.075 puntos. ¿Quién terminará acertando?