El programa de prehabilitación multimodal (PreMO), es un protocolo puesto en marcha por el Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo que tiene por objeto la optimización de las condiciones del paciente durante el tiempo transcurrido desde el diagnóstico hasta la intervención quirúrgica. El programa cuenta con la participación de médicos, cirujanos, nutricionistas, enfermeras y entrenadores.
La finalidad última es disminuir las complicaciones derivadas de la cirugía, al minimizar el efecto catabólico (destructivo) ocasionado por la intervención, evitando la resistencia periférica a la insulina y favoreciendo una fase anabólica (reconstructiva) precoz. Existe evidencia de que a partir de una adherencia al protocolo PreMO del 70-80%, se produce una mejoría significativa en los resultados postoperatorios.
Según explica el Dr. Juan Carlos Meneu Díaz, Jefe de Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo, “el programa PreMO se basa en tres pilares fundamentales: la mejora en la condición física del paciente, la mejora de la situación nutricional y una intervención cognitiva para reducir el estrés y la ansiedad.”
Y, adicionalmente, pueden introducirse otras medidas como la deshabituación tabáquica, la mejora preoperatoria de la anemia y la conciliación farmacológica.
Para la valoración de la condición física, se realiza una prueba de la marcha, mediante un recorrido de 6 min (6WT), a la máxima velocidad que el paciente pueda. Si la longitud recorrida es menor a 250 metros, se relaciona con un aumento significativo de la morbimortalidad y de la estancia hospitalaria, y por ello se imponen medidas para contrarrestar el déficit de condición física.
Aunque no existe un programa de entrenamiento totalmente definido, la práctica de ejercicios sencillos, durante los máximos días posibles antes de la cirugía (como andar 30 min al día, añadido a ejercicios respiratorios), ha demostrado tener una adherencia alta, generando una mejoría significativa en el resultado de la 6WT.
La incidencia de la desnutrición en cirugía varía entre un 23% y 33% según el tipo de cirugía y la herramienta utilizada para evaluación nutricional. Numerosos estudios han demostrado una clara asociación entre la desnutrición preoperatoria y peores resultados quirúrgicos, incluyendo mayor duración de la estancia hospitalaria, el retraso en la cicatrización de las heridas y el aumento de complicaciones infecciosas.
Para valorar el estado nutricional y detectar a pacientes desnutridos o en riesgo de desnutrición, PreMO utiliza la herramienta denominada Malnutrition Universal Screening Tool (MUST), un test rápido y sencillo que analiza el IMC, la pérdida de peso en los últimos 3-6 meses y el efecto de enfermedad aguda sobre la ingesta en los últimos 5 días.
La ESPEN (European Society for Clinical Nutrition and Metabolism) aconseja realizar una suplementación nutricional previa a una cirugía en pacientes con riesgo nutricional grave, durante un periodo variable de entre 7 a 14 días. Se debe garantizar un aporte proteico diario mínimo entre 1,2 y 1,5 g/kg de peso, para combatir la sarcopenia (pérdida degenerativa de la masa muscular).
Finalmente, la indicación de una cirugía genera una situación de incertidumbre y ansiedad en los pacientes derivada del procedimiento en sí mismo y de los acontecimientos relacionados con el propio entorno familiar y social.
El papel del Mindfulness -Mindfullness-based stress reduction (MBSR)- como método de intervención cognitivo frente al estrés está en auge, con beneficios demostrados en la enfermedad inflamatoria intestinal y la artritis reumatoide, sospechando que ejercen también un papel inmunomodulador de la respuesta inflamatoria.