Una oferta limitada
El Bitcoin se introdujo en 2009 con el propósito de descentralizar el mercado de divisas. Antes del Bitcoin, un banco central regulaba el precio de cada divisa, lo que le concedía el control del valor de la divisa permitiéndole manipularlo según la situación del banco en el país. Sin embargo, cuando se introdujo, el Bitcoin ofreció un nuevo modelo en el que los usuarios tienen el control total y lo que mueve los precios es el puro equilibrio entre la oferta y la demanda.
Los creadores del Bitcoin establecieron un límite fijo en la cantidad de fichas emitidas, introduciendo nuevas monedas en la circulación a un ritmo decreciente. El número definitivo de 21 millones de fichas debería alcanzarse en el año 2140. Se estableció este sistema para controlar la inflación y evitar que haya un exceso de oferta en el mercado y, con una oferta de fichas decreciente, también podría contribuir a aumentar la capitalización de mercado del Bitcoin a largo plazo. En la actualidad, hay más de 16 millones de Bitcoin en circulación.
La referencia del Bitcoin
Han pasado varios años y el Bitcoin ya no juega en solitario en el espacio de las criptodivisas. Nuevas divisas, como el Ethereum, el Ripple y el Litecoin, se han hecho un nombre por sí mismas y la capitalización de mercado general de las criptodivisas alcanzó los 100.000 millones de $ en 2017. No obstante, el Bitcoin sigue liderando con holgura la competición, puesto que su capitalización de mercado conforma más del 40% del total. Debido a que es mucho mayor que la mayoría de las otras divisas, en ocasiones, si se muestra volátil, puede afectar a todo el mercado.
Es importante recordar que la tecnología del Bitcoin no permite transacciones instantáneas. Cada transacción tarda 15 minutos como mínimo, pero con la demanda tan alta registrada últimamente podrían tardar horas y a veces días. Por tanto, cuando se produce una repentina subida de la demanda, los precios también han podido aumentar y, como resultado, la demanda de criptodivisas alternativas ha podido crecer. Por ejemplo, cuando los precios del Bitcoin registraron un máximo hace poco, se produjo un repentino aumento de la demanda del Litecoin, lo que catapultó su precio hasta un máximo histórico.
El críptico futuro
Hay varios escenarios posibles para el futuro del mercado de divisas en su conjunto y el modo en que las criptodivisas entrarán a formar parte de él. Es muy improbable que las criptodivisas se impongan, ya que mientras existan países y bancos centrales, estos mantendrán sus propias monedas. El otro extremo, que contempla la posibilidad de que las criptodivisas sean abolidas, es también muy improbable, ya que numerosas instituciones financieras convencionales están descubriendo los beneficios de su tecnología de cadenas de bloques subyacente.
Es lógico suponer que la forma final de los mercados de las divisas y las criptodivisas será una especie de híbrido. Pese a que no todas las criptodivisas, de las 850 que existen hoy en día, perdurarán a largo plazo, se puede asumir con certeza que muchas sí lo harán. El Ripple, por ejemplo, ya ha sido asimilado por muchos bancos importantes, y con una capitalización de mercado acumulada tan grande, no pueden pasarse por alto estas divisas. Por tanto, seguramente se convertirán en una parte cada vez mayor de los mercados de divisas globales, donde algunas criptodivisas se quedarán tal como están ahora, mientras que otras podrían ser usadas por las instituciones financieras o incluso ser adoptadas como una divisa oficial de ciertos gobiernos.
En cualquier caso, el futuro de las criptodivisas parece fascinante, y solo estamos ante el inicio de este fenómeno económico global que cambiará todo lo que sabemos sobre el mercado de divisas. eToro, la red de Trading Social más importante del mundo, está lista para afrontar el futuro del mercado de divisas con una amplia selección tanto de divisas convencionales como de criptodivisas disponibles para operar en su plataforma que es, además, muy fácil de usar.
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