Llevaba muchas semanas Donald Trump si abrir un nuevo agujero en el complicado equilibrio de la geopolítica internacional. El presidente había avisado hacía días de que el martes era el día en el que el país decidiría qué hacer con Irán, una de las muchas obsesiones del presidente. Es más, Nitesh Shah analista de ETF Securities señala que esta decisión se produce sin razones aparatentes. Explica que “no hay evidencias de que se haya violado el acuerdo anterior. La evidencias publicadas por Israel la semana pasada no dejaban nada claro”, señala.
Ese acuerdo, que fue firmado por el antecesor de Trump en la Casa Blanca, Barak Obama, levantaba las sanciones a Teherán a cambio de que el país limitara su acuerdo nuclear con el objetivo de que el país no desarrollara la bomba nuclear. Algo que el presidente americano no aprueba ya que considera que no resuelve el problema. Además de los problemas que genera al país árabe y la posible reacción de los precios del petróleo, la decisión de EEUU también aumenta la tensión con Europa. Los líderes del Reino Unido, Francia y Alemania dijeron ayer en una declaración conjunta que la decisión de Trump es lamentable y preocupante.
Europa es uno de los principales clientes de Irán, por lo que además de pisar algún pie en el baile diplomático, Donald Trump, también está interfiriendo en la economía del Viejo Continente.
Los expertos consideran que el impacto total de la decisión de Donald Trump de abandonar el acuerdo nuclear con Irán aún no está muy claro. Eso sí, el presidente de Estados Unidos afirmó que Estados Unidos restablecía “al máximo nivel” y de forma inmediata las sanciones contra el régimen. Con todo, Shah comenta que “Estados Unidos puede intentar convencer a los mayores importadores de Irán como China, India y Turquía que restrinjan las exportaciones, en cualquier caso no pensamos que se haya producido el necesario trabajo diplomático para que esto se produzca”.
De ponerse totalmente en marcha, estas medidas recortan la producción del tercer mayor miembro de la OPEP en alrededor de 1 millón de barriles al día, con todo lo que eso va a significar en el nivel de oferta de petróleo en el mercado.
El analista de ETF Securities, afirma que “la oferta de crudo ya se había tensionado por los problemas de Venezuela y el fuerte compromiso de los países de la OPEP para reducir la producción. Aunque las sanciones no van a cambiar el equilibrio de la demanda inmediatamente, la prima geopolítica sobre el precio del petróleo no se va a desvanecer de forma inmediata”, asegura el experto.
En estos momentos, el barril de Brent sube más de un 2% y cotiza en el entorno de los 77 dólares. Un nivel que podría seguir subiendo, según los expertos de UBS que afirman que “a pesar de las posibles medidas correctoras que tome la OPEP en la reunión del 22 de junio, esperamos que continúe cierta presión alcista en los precios en consonancia con una incertidumbre más alta”.
Para los analistas de la firma “un panorama de una subida modesta del precio del crudo es asumible por los mercados. El impulso de las valoraciones de las petroleras (que suponen el 7% del MSCI All Country Index), debería compensar el impacto que sufrirán otras compañías por el aumento de costes y la renta disponible de los consumidores”, afirma Mark Haefele, economista jefe de UBS.
Aunque en el medio plazo las bolsas se pueden seguir beneficiando del crecimiento económico global, el banco suizo está alerta del efecto de una subida del petróleo sobre la inflación y las políticas monetarias de los bancos centrales. Una aceleración de las medidas restrictivas de la Fed podría intensificar los riesgos para los países emergentes que, a su vez, seguirían esa senda y restringiendo el crecimiento. Con todo, el escenario base sigue siendo una subida gradual de tipos en EE.UU.