Repsol obtuvo un resultado neto de 2.785 millones de euros entre enero y septiembre, un 14% menos que en el mismo período de 2022. En los nueve primeros meses del año continuó adelantando el cumplimiento de sus objetivos estratégicos, mientras hacía frente a un entorno internacional marcado por la volatilidad.
El resultado ajustado, que mide específicamente el funcionamiento de los negocios, alcanzó 3.816 millones de euros. El desempeño de las áreas Industrial y Cliente fue fundamental para lograr estos sólidos resultados, a la vez que la compañía progresaba en su transformación para ser cero emisiones netas.
“2023 está siendo un año de profunda transformación para Repsol, con avances firmes en descarbonización y en la consolidación de nuestro perfil multienergético”, ha señalado Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol. “En un entorno volátil como el actual estamos obteniendo resultados sólidos, aumentando la retribución a nuestros accionistas y apoyando a nuestros clientes”.
El EBITDA fue de 2.891 millones de euros, un incremento de un 1,7% respecto al mismo período del año pasado. La deuda neta de la empresa se situó al final del tercer trimestre en los 1.855 millones de euros, con una liquidez que alcanza los 10.650 millones de euros, suficiente para cubrir más de cinco veces los vencimientos de deuda bruta a corto plazo.
Las inversiones hasta septiembre fueron de 4.362 millones de euros (+82%), principalmente en España y Estados Unidos y en consonancia con la intención de destinar un 35% del total invertido en el año a proyectos bajos en carbono. Por otro lado, la contribución fiscal alcanzó los 10.890 millones de euros.
Repsol acelera el dividendo
La solidez financiera que la compañía demostró en los primeros nueve meses del año permitió cumplir por anticipado con los objetivos de retribución a sus más de 520.000 accionistas, que “en su gran mayoría son minoritarios y localizados en España”, recuerda Repsol. Sumando dividendos y reducciones de capital, supondrá la distribución de cerca de 2.400 millones de euros en el conjunto de 2023.
En el mes de julio, tras su aprobación por la Junta General, la compañía abonó un dividendo complementario de 0,35 euros brutos por acción −con cargo a los beneficios del ejercicio 2022− que se añadió a la retribución pagada en enero. Con ello, el dividendo en efectivo aumentó un 11% respecto al ejercicio anterior, hasta los 0,70 euros brutos por acción.
Adicionalmente, los accionistas percibirán en enero de 2024 una retribución de 0,4 euros brutos por acción, lo que supone un incremento del 14% respecto a lo pagado en enero de 2023.
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