La biotecnología está cambiando nuestra salud y, para muchos inversores, se está convirtiendo además en un parte fundamental de sus carteras. La mayoría de los valores del sector son empresas growth con una alta probabilidad de aumentar sus ratios financieros en los próximos años. En su recorrido bursátil, volatilidad y revalorización son dos términos que, a pesar de parecer contradictorios, resuenan en los mercados cuando hablamos de las biotech.
Por un lado, el hándicap de estas empresas radica en que pueden quedarse atrás de sus competidores en muy poco tiempo. Además, su éxito y beneficio dependen, en gran medida, de que, tras una importante inversión de capital y tiempo en investigación, sus nuevos productos reciban la aprobación de las autoridades competentes, ya que si no es así la compañía puede ver mermada en gran medida su valoración, de ahí la "volatilidad de sus acciones".
Por otro lado, son muchas las empresas biotecnológicas que mantienen un recorrido bursátil al alza -en general y con picos de descenso- desde hace tiempo, a pesar del rango de amplitud de sus títulos. De hecho, si nos fijamos en el Nasdaq Biotechnology Index, el índice acumula una revalorización del 12% en lo que llevamos de 2019 (pasando de los 3.061 puntos del 2 de enero a los 3.455 puntos del 7 de febrero).
Biotecnológicas en las carteras
En este panorama, también hay que resaltar que la biotecnología es considerada por muchos el futuro de la medicina y una parte clave en la evolución del sector farmacéutico. Además, en términos de guerra comercial u otro impasse, el cuidado de la salud y la biotecnología no deberían verse afectados tan directamente como otros sectores, ya que las restricciones a productos destinados a salvar vidas se supone deberían ser las menos por parte de los gobiernos.
En España, si nos atenemos a las cifras de negocio, las operaciones financieras en el sector biotecnológico crecieron un 17% en 2017, cuando alcanzó un volumen de 149 millones de euros, según el informe anual de la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO) presentado en septiembre de 2018.
Además, el impacto en la economía de las empresas con dedicación total a la biotecnología en 2017 fue más que importante. Este tipo de compañías contribuyó de forma directa, indirecta e inducida al PIB en 7.300 millones de euros, lo que supone en torno al 0,7% del PIB con la generación de más de 108.000 empleos, de los que más de 2.000 son empleos directos. Esta actividad aporta 2.600 millones de ingresos a las arcas públicas, según datos extraídos con la colaboración de CEPREDE. La aportación total del sector biotecnológico a la economía, tanto de forma directa como inducida, se eleva hasta el 7,8% del PIB, asegura ASEBIO.
Oryzon, PharmaMar y Biosearch, casos de éxito
Los inversores se hacen eco de ello y son muchos los que apuestan por los valores biotecnológicos en sus carteras. En España, hay varios "casos de éxito" en el sector: Oryzon, PharmaMar y Biosearch son tres ejemplos. Las tres compañías, que resuenan bastante en bolsa últimamente, acumulan subidas al alza desde que comenzó 2019.
Oryzon Genomics es la que más repunta de las tres desde que comenzara el año. En concreto, la compañía biofarmacéutica de fase clínica centrada en la epigenética para el desarrollo de terapias en enfermedades graves para las que no se dispone de tratamientos adecuados, acumula una revalorización superior al 59%, mientras que la de Biosearch se acerca al 48% y la de PharmaMar al 18%.
Pero, ¿quiénes son los grandes beneficiados de forma directa de estos avances en el mercado bursátil?
La hija de Amancio Ortega, segunda accionista de PharmaMar
Precisamente, si nos fijamos en el accionario de PharmaMar, según datos de Reuters, Sandra Ortega, la hija del fundador de Inditex, es la segunda mayor accionista de la farmacéutica, sólo por detrás de su presidente, José María Fernández de Sousa.
Sandra Ortega controla su 5% a través de su brazo inversor, Rosp Corunna Participaciones Empresariales. La hija de Amancio Ortega heredó su participación en PharmaMar tras la muerte de su madre, Rosalía Mera.
Por su parte, el control de la biotecnológica está en manos de José María Fernández de Sousa, accionista mayoritario con el 11,1% del capital, si bien su área de influencia incluye la participación de su mujer, Montserrat Andrade.
También son accionistas de PharmaMar Pedro Francisco Fernandez Puentes; la gestora de activos americana especializada en ETF "The Vanguard Group"; Norges Bank, el gestor del mayor fondo soberano del mundo; y Bankia Fondos.
Los mayores accionistas de Oryzon, sus fundadores
Si nos fijamos en Oryzon, gran parte de su accionariado está en manos de su equipo directivo. Carlos Manuel Buesa Arjol, CEO de Oryzon, y Tamara Maes, directora científica, ambos fundadores de la biotecnológica, controlan más un 9% cada uno de la compañía.
Entre los accionistas de la empresa se encuentran también José María Ventura Ferrero, miembro de una de las familias que controlaron la extinta Nutrexpa (Cola Cao, Nocilla...), y Josep María Echarri Torres, que ejerció como director financiero de Oryzon entre 2003 y 2007, y actualmente es Consejero Delegado de Inveready Asset Management y Presidente del Grupo Financiero Inveready.
Gestconsult; la gestora Renta 4; Santander Asset Management -la gestora de activos del grupo Santander-; y el grupo financiero Solventis, también forman parte del accionariado de Oryzon.
Finalmente, el núcleo duro de Biosearch lo lidera Emmanuel Georges Philippe Besnier, con más de un 29% del capital, seguido de Pescaderías Coruñesas, que ostenta el 10%, y la consultora de inversión americana Bessemer Trust.