La palabra Bolsa debe su origen a una familia de la ciudad de Brujas llamada Van Der Buërse. Esta familia noble habilitó un edificio de su propiedad con la única finalidad de organizar reuniones de carácter mercantil y facilitar encuentros entre hombres de negocios que cerraban allí sus acuerdos y transacciones.
Con el paso del tiempo la gente comenzó a llamar a aquel lugar Buërse (Bolsa). Posteriormente, en 1602 se funda la Bolsa de Valores de Amsterdam, la primera en operar con intercambios en forma de acciones y bonos para poder así financiar viajes mercantiles a las Indias Orientales. Con este sistema, los empresarios importadores y exportadores que necesitaban cubrir el presupuesto de sus viajes, vendían previamente parte del beneficio que iban a conseguir en sus viaje para poder así reunir el dinero suficiente par zarpar.
A esto se unieron poco a poco muchos otros activos y la bolsa tal y como la conocemos hoy día comenzó a tomar forma.
Era tal su actividad que se vieron obligados a publicar semanalmente un pequeño boletín en el que se actualizaban los valores de los mercados convirtiéndose este boletín en el referente de los agentes inversores a la hora de ejecutar acciones de compra/venta.
En 1801 se funda la London Stock Exchange en Londres (Inglaterra) que se convierte en la más importante bolsa de valores del momento, relevando a la de Ámsterdam.
Hoy día los mercados de valores se encuentran interconectados por Internet lo cual facilita el acceso a la bolsa a cualquier persona del mundo con un dispositivo conectado a la red. Como puedes ver, los mercados no son un juego y antes de entrar a formar parte del mundo bursátil hay que buscar la formación adecuada para blindar nuestro dinero y asegurarlo todo lo posible.
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