Estas son algunas de las principales ideas del informe “Un sistema gasista net-zero. Una pieza clave en un modelo energético descarbonizado a 2050”, elaborado por Deloitte y publicado por Fundación Naturgy (Gas Natural).
Este documento señala que cada sector de actividad hace un uso muy diferente de la energía para cubrir sus diversas necesidades. Así, mientras en el sector residencial la mayor parte del consumo energético se destina a mantener el confort térmico, el sector servicios o el industrial tiene usos heterogéneos. Estas diferencias implican que, para lograr un sistema energético de cero emisiones eficiente, sean necesarias todas las soluciones disponibles.
Además, no solo tiene impacto la diferencia en la utilización de la energía por parte de los distintos sectores, sino que también existen necesidades muy diferentes entre los países europeos. En este sentido, España presenta particularidades muy relevantes, ya que su clima más templado reduce las necesidades térmicas en diversos sectores, limitando los consumos de energía.
Las necesidades energéticas presentan, por tanto, una elevada variabilidad, tanto horaria, como diaria y estacional. Este fenómeno tiene un gran impacto a la hora de configurar un sistema energético eficiente, siendo especialmente relevante la variabilidad estacional en los edificios.
Por otra parte, las fuentes de energía de cero emisiones netas tienen diferentes características en términos de seguridad de suministro, coste y licencia social y su capacidad de ser gestionadas para adaptarse a la demanda es diferente. Actualmente existen diferentes fuentes de energía primaria que pueden ser transformadas en vectores de energía final de cero emisiones netas, entre las que destacan la energía solar, la eólica, la hidráulica, la nuclear, la biomasa, los residuos y los hidrocarburos con un sistema de captura y almacenamiento de carbono. En este contexto, el biometano se presenta como una forma eficiente de descarbonizar parte de los consumos actuales de gas, aprovechando la infraestructura y equipos existentes.
La heterogeneidad de usos energéticos y los diferentes condicionantes existentes en relación con las distintas fuentes de energía implican que no exista una solución única que permita ser implementada universalmente para lograr un sistema de cero emisiones netas. Por lo tanto, es necesario poner a disposición de los consumidores las mejores soluciones posibles para que, en función de las condiciones particulares de cada usuario, pueda escoger aquella que se adapta mejor a sus propias necesidades.
Para evaluar las soluciones en la transición energética hacia la neutralidad climática, existen dos criterios principales: el coste para el consumidor y la facilidad de implementación. Partiendo de estas variables, el análisis detecta que:
- En el sector residencial, la caldera de condensación con biometano es la solución más económica siempre que no haya necesidades de refrigeración en el hogar. En el caso de que existan necesidades de refrigeración, la caldera de condensación y la bomba de calor se presentan como alternativas económicamente competitivas.
- En el sector servicios, existe una gran variabilidad en los establecimientos. La caldera de condensación y los compactos verticales son una solución competitiva en consumos bajos de energía, como los de pequeñas oficinas y comercios. Las bombas de calor son una buena alternativa en inmuebles con altos consumos.
- En el sector industrial, también con necesidades muy variables, el metano de cero emisiones netas es un vector con un menor coste energético en su rango bajo (biometano) y con menores necesidades de inversión y más fácil implantación. El precio de la electricidad puede ser también competitivo en determinadas circunstancias.
- En el sector transporte, la mejor alternativa es la combinación de la electricidad, los biolíquidos, el metano de cero emisiones netas y el hidrógeno renovable, para lograr un sector descarbonizado a 2050.
En definitiva, el documento plantea que es el consumidor final quien debe determinar la solución más adecuada para vehicular las fuentes de energía de cero emisiones netas (electricidad, metano de cero emisiones netas, hidrógeno y combustibles líquidos sostenibles) hacia los usos finales.
Los gases renovables, clave en un sistema energético de cero emisiones
En este contexto, los gases renovables son una pieza imprescindible para lograr un sistema energético de cero emisiones netas que cubra, de forma eficiente, las necesidades de los consumidores manteniendo la seguridad de suministro. Como consecuencia, el sistema gasista se presenta como una pieza necesaria para el cumplimiento del objetivo de alcanzar un sistema neutro en emisiones para el año 2050 técnicamente viable, resiliente y eficiente.
Esto es así por varios motivos. Por una parte, la existencia de una infraestructura de metano establecida e interconectada que permite el movimiento eficiente de biometano y metano sintético en Europa y España.
Por otra parte, el potencial de la Unión Europea para cubrir aproximadamente el 60% del consumo actual de gas natural con la producción de metano de cero emisiones netas en formato de biometano y metano sintético producido con dióxido de carbono capturado en plantas de biometano. En España, este potencial de metano de cero emisiones netas podría llegar a cubrir el 85-90% de toda la demanda de gas actual.
Además, el documento resalta que la capacidad de almacenamiento de metano es imprescindible para satisfacer la estacionalidad de la demanda energética y aportar resiliencia al sistema en Europa y España, aportando flexibilidad. La infraestructura de almacenamiento permite amortiguar las variaciones en la oferta y demanda de gas al almacenar metano durante periodos de excedente para luego liberarlo en momentos de escasez. El gas renovable es, en la actualidad, el único vector de cero emisiones netas que ofrece este grado de almacenamiento para la cobertura de las necesidades energéticas variables características de los usos térmicos.
Por último, la producción de biometano contribuye a la economía circular, genera empleo de calidad y es clave para evitar la despoblación rural. Las plantas de biogás y biometano se encuentran distribuidas a lo largo del territorio ya que utilizan y gestionan residuos orgánicos generados con elevada capilaridad, impulsando el desarrollo económico de toda la geografía y, en especial, de las zonas rurales.
En definitiva, el documento concluye que un sistema energético con emisiones netas cero tiene en los gases renovables una pieza clave que permite atender demandas estacionales, y ajustarse a las necesidades de determinados consumidores en todos los sectores de una forma eficiente, aprovechando una infraestructura ya disponible, haciendo uso de recursos autóctonos y abundantes, y contribuyendo a la cohesión social.