La agencia de calificación Moody’s ha ratificado el rating de Iberdrola en Baa1 con perspectiva estable, subrayando su robustez financiera y su atractivo como activo defensivo dentro del sector energético. La decisión se apoya en la elevada diversificación geográfica del grupo, con un 62% de sus ingresos generados fuera de España, especialmente en economías con elevada calificación soberana como Estados Unidos (Aaa) y Reino Unido (Aa3).
Iberdrola, que se consolida como la segunda utility mundial por capitalización bursátil (superior a los 90.000 millones de euros), mantiene un modelo de negocio orientado a la estabilidad de flujos. La firma gestiona una cartera fuertemente enfocada a negocios regulados y contratos a largo plazo, que representan el 72% del EBITDA consolidado, lo que reduce significativamente su exposición a la volatilidad del mercado spot.
Desde el punto de vista financiero, la compañía destaca por un perfil de apalancamiento contenido, con un ratio FFO/deuda neta cercano al 20%, en línea con las métricas exigidas para mantener el investment grade. Este dato refuerza la percepción de solidez ante eventuales tensiones en los mercados de crédito.
En cuanto a su estrategia de crecimiento, Iberdrola mantiene una clara focalización en geografías con elevada calificación crediticia. Actualmente, el 60% de sus activos de redes se sitúan en EE.UU. y Reino Unido, mientras que el 85% de los proyectos renovables en construcción se desarrollan en países con rating A o superior, lo que garantiza un entorno regulatorio y económico favorable para el desarrollo del negocio a largo plazo.
En términos de resultados, Iberdrola cerró 2024 con un beneficio neto de 5.612 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 17% interanual. El EBITDA del ejercicio se elevó hasta los 16.848 millones de euros, también un +17% respecto a 2023, impulsado por la buena evolución operativa y la aportación creciente de las inversiones en renovables y redes.
De cara a 2025, la compañía ha revisado al alza su guidance, previendo un crecimiento del beneficio ajustado en un rango de un dígito medio/alto, por encima de los 5.530 millones de euros obtenidos en 2024. Esta cifra supera las estimaciones iniciales del Plan Estratégico, que contemplaban un beneficio de entre 5.300 y 5.400 millones, reflejando una ejecución por encima de expectativas.