Endesa ha comunicado hoy al mercado su nuevoplan estratégico 2025-2027, que llega en un momento clave en la senda de la transición energética y que pretende aprovechar todo lo posible las oportunidades y afrontar los retos derivados de este proceso. José Bogas, consejero delegado de Endesa, ha resumido así los hitos clave del plan, de la empresa y del momento que vive el sector energético: “Nos encontramos en un momento clave para la consecución de los objetivos de la transición energética marcados para 2030. La regulación debe de apoyarnos para lograrlos. Este nuevo plan estratégico contiene las bases para aprovechar las mayores oportunidades posibles en este contexto. Y proporciona a Endesa una amplia capacidad financiera para acelerar e incrementar las inversiones necesarias para ello. Estamos, en definitiva, en el mejor sector y en el mejor momento posible.”
En concreto, el plan de Endesa prevé un aumento global del 8% en la inversión, hasta 9.600 millones de euros, lo que supone un récord histórico para la empresa desde que en 2014 pasó a operar en su actual perímetro geográfico (Península Ibérica). Ello da una idea de la ambición con que Endesa afronta los próximos años y las amplias oportunidades que identifica en el sector energético ibérico.
Endesa, que cumple 80 años, pivota sobre un eje clave de cara a 2027: el impulso a la electrificación limpia, basada en fuentes de generación libres de emisiones, como palanca para encauzar los principales retos del sector energético en toda Europa. Con ella se logrará un sistema energético competitivo para los clientes, más seguro al reducirse la dependencia energética exterior, y sostenible gracias al descenso de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El Plan Estratégico 2025-2027 recoge una previsión de inversión de 308.000 millones de euros, de los que el 82% deberá ejecutarse por el sector privado. Fundamentalmente, este nuevo PNIEC destaca por su foco y mayor ambición en la electrificación de la economía (que absorberá el 17% de esa inversión, diez puntos más que en el PNIEC anterior); un crecimiento agresivo de la nueva capacidad solar y eólica, así como del almacenamiento; y una apuesta sólida por una red eléctrica de más capacidad y mayor cobertura. Todo ello exige, a juicio de la empresa, un proceso de aprobación administrativa más ágil y un esfuerzo con medidas concretas por incrementar la electrificación y la demanda eléctrica, así como la aprobación de mecanismos de pago por capacidad.
Más en detalle, los 55 TWh de nueva demanda eléctrica que recoge el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) hasta alcanzar 307 TWh en 2030 (excluyendo la demanda para producir hidrógeno verde) están sustentados en dos grandes ejes. Primero, multiplicar por cuatro el consumo eléctrico del sector de transporte, para lo cual hay que apostar por desarrollar una red de recarga sólida. Y, segundo, un crecimiento previsto del 48% en la demanda industrial que también debe venir acompañado del necesario desarrollo de la red eléctrica para darle soporte.
Principales objetivos financieros y actualización del dividendo
En cuanto a las principales métricas financieras contenidas en el plan, estas pasan por lograr un crecimiento anual acumulado del 4% en el ebitda (resultado bruto de explotación), hasta alcanzar entre 5.600 y 5.900 millones en 2027. Situar el resultado ordinario neto en la horquilla de los 2.000-2.200 millones al final del periodo, lo que supone una tasa de crecimiento anual acumulado del 7%. Y en situar la deuda neta entre los 10.000 y 11.000 millones, un 10% más debido al incremento de las inversiones y el pago de dividendos que se verá compensado por el sólido flujo de caja y la aportación de socios externos que se sumen a proyectos renovables.
En cuanto a la política de dividendo, la compañía extiende el compromiso de 70% de pay-out (porcentaje del resultado neto ordinario destinado a remunerar al accionista) hasta 2027, garantizando un mínimo de 1 euro por acción y el pago en efectivo. Con cargo a los resultados de 2024, Endesa estima un dividendo de 1,2 euros por título, un 20% más que en 2023 y un 9% más que la previsión anunciada hace un año. Un primer pago de 0,5 euros se abonará el próximo 8 de enero. La expectativa es alcanzar los 1,5 euros/acción en 2027. Con ello, la rentabilidad por dividendo en el conjunto del plan oscilará entre el 6% y el 7%.
En cuanto al margen eléctrico, se mantendrá estable en el periodo desde los 55 euros/MWh de cierre de 2024 hasta los 56 en 2027. En cuanto a la cobertura de las ventas a precio fijo con la producción inframarginal de la compañía (nuclear, hidroeléctrica y renovable), está crecerá hasta el 90% al final del plan desde el 80% en 2024 gracias al crecimiento del parque generador renovable.
Por su parte, el negocio del gas verá crecer su margen unitario desde 3 euros/MWh hasta los 6 euros. La base de clientes del mercado libre se prevé incrementar un 8% hasta los 1,4 millones. Las ventas totales de gas decrecerán un 34%, tras el fin de los contratos con dos proveedores internacionales, así como la normalización del uso de las centrales de ciclo combinado y un reequilibrio del mix de ventas.
La red, columna vertebral de la transición energética
Profundizando en los ejes vertebradores de esta nueva estrategia a 2027, sobresale que el 42% de la inversión prevista se destinará a la red de distribución. Esto supone 4.000 de los 9.600 millones de euros, con un crecimiento del 45% respecto a la inversión destinada a esta infraestructura en el plan anterior 2024-2026. De esos 4.000 millones, a su vez, un 45% se destinará a cumplir los objetivos del PNIEC y atender la creciente demanda de nuevas conexiones, que actualmente se pueden ver rechazadas por falta de capacidad. Otro 25% se empleará en mejorar la calidad del servicio, optimizando la estructura de la red e incrementando la operativa en remoto de las líneas de media y baja tensión. Y el 30% restante a la digitalización y modernización, mediante la renovación de componentes, la actualización de la flota de contadores inteligentes y la monitorización y control remotos. Con todo este relevante esfuerzo inversor se elevará hasta los 12.100 millones de euros, un 6% más, al final del periodo.
En cuanto a la tasa de retribución financiera, y a la espera de una propuesta por parte del regulador, Endesa ha reiterado que la comparativa con otros países donde ya se ha actualizado muestra que los reguladores de Alemania, Italia, Reino Unido, Dinamarca o Finlandia han aplicado un diferencial superior a los 500 puntos básicos sobre la rentabilidad de los bonos soberanos de esos países a 10 años.
Junto a ello, la compañía ha recordado en su presentación a inversores las guías enviadas recientemente por el Ministerio de Transición Ecológica a la CNMC para la actualización de esta tasa: la existencia de una competencia global por los recursos destinados a la transición energética; la necesidad de fomentar las redes de transporte y distribución para atender a las nuevas demandas de consumo y las peticiones de conexión de nuevas plantas de generación renovables; y la necesidad de establecer una remuneración adecuada que encauce los retos de la transición sin comprometer las tarifas que paga el cliente final.
Giro hacia activos de mayor valor
El negocio de generación es el otro gran pilar del plan estratégico, absorbiendo el 39% del total: 3.700 millones de euros. El criterio que guiará a la empresa estos tres próximos años es el de reequilibrar la apuesta entre tecnologías reduciendo la exposición al negocio solar (15% de la inversión), para reforzar el eólico (37% del total) y el hidroeléctrico (otro 37%). El 11% restante se destinará a almacenamiento con baterías.
La inversión en los activos hidroeléctricos incluye ya los mil millones destinados a la reciente adquisición del 100% de Corporación Acciona Hidráulica, que se prevé cerrar en el primer trimestre de 2025. Esta operación supone sumar, a los 4.700MW de potencia hidroeléctrica actuales, otros 626MW ubicados en Aragón, Soria, Navarra y Valencia (de los que un 87% es gestionable). La vida útil promedio de estos activos es de 30 años.
Esta transacción es estratégicamente significativa, ya que es conforme con el compromiso de Endesa de ampliar la cartera de energías renovables y está alineado con el esfuerzo de la empresa por la sostenibilidad. Al integrar estos activos hidroeléctricos, no sólo se diversifican las fuentes de generación eléctrica, sino que también se fortalece el negocio verticalmente integrado del conjunto de la compañía.
Con todo ello, es decir, la adquisición y la inversión en nuevos activos, la producción renovable crecerá un 32% al final del periodo, situándose en 25 TWh. Se añadirán hasta 3GW de nueva potencia, incluidos los 626MW comprados la semana pasada, lo que situará la capacidad instalada renovable total en 13,1GW en 2027.
Cabe destacar además la apuesta por la repotenciación, tanto en eólica como en hidro, que permitirá aumentar la eficiencia de estas plantas y reducir los costes de generación. En este sentido, hay ya proyectos en ejecución como el del parque eólico de Aldeavieja (Ávila) o el del embalse de Bárcena (Ponferrada), entre otros.
Endesa seguirá igualmente aplicando una política selectiva a la hora de invertir en activos renovables y mantendrá el modelo de compartir con socios estos nuevos proyectos.
Adicionalmente, Endesa invertirá en el período del plan aproximadamente 1.000 millones de euros (10% del total) fundamentalmente para mantenimiento de los activos de generación nuclear, sistemas no peninsulares y ciclos combinados.
Base de clientes
El negocio de comercialización de energía y servicios de valor añadido absorberá otros 900 millones de euros en los tres próximos años. Con ello se pretende recuperar el crecimiento de la base de clientes para que concluya 2027 en los 7,1 millones en el mercado libre, un 6% más respecto a los 6,7 millones actuales.
Las ventas de electricidad se mantendrán estables a lo largo del periodo en torno a los 84TWh, con un reenfoque estratégico en las ventas a precio fijo (fundamentalmente al segmento residencial) frente a la venta a precios indexados al pool.
La estrategia de foco en el cliente, incentivando la electrificación de sus usos energéticos, pasará por focalizarse en los de mayor valor para la compañía promoviendo su permanencia a largo plazo. Se apostará por el fortalecimiento de los canales comerciales, potenciando su digitalización, y por ofrecer servicios de alto valor adaptados a las necesidades cada vez más sofisticadas derivadas de la transición energética.