La comunicación entre empresa e inversores es una pieza fundamental para conocer el valor real y potencial de las cotizadas. Además, una comunicación abierta y constructiva con todos los participantes en los mercados de capitales, así como un contexto de transparencia en lo que respecta a la evolución de la compañía, es un medio efectivo para conseguir la confianza y credibilidad de los accionistas.
Precisamente Transparencia y Honestidad han sido las dos palabras más repetidas en la mesa redonda organizada por Estrategias de Inversión y ATREVIA sobre el valor de la acción y las relaciones con inversores.
"Tratamos de adaptarnos a cualquier tipo de entorno y ser lo más transparentes y rápidos posible. Eso es lo primordial y, desde el departamento de relación con inversores, trabajamos muy directamente con el departamento de comunicación de la compañía para que sea así", explica Alberto Gárgoles, director de relación con inversores de Sacyr.
Una opinión que comparte Silvia Morcillo, MFIA de Estrategias de Inversión, al asegurar que "una parte primordial para los accionistas es que todos los departamentos de una compañía sepan transmitir con claridad y sinceridad", además de que "trabajen para dar un mensaje que todo el mundo interprete igual". "Trasparencia, honestidad, alinear los objetivos de empresa y accionistas, tener claro lo que quieres transmitir y cuál es la audiencia a la que te quieres dirigir es la clave", remarca.
Además la llegada de las RRSS ha revolucionado la relación con inversores, “ha hecho que nos paremos a escuchar”, cuenta Elías Rodríguez-Viña, director general de Renta4 Corporate Finance. “Las compañías tienen que tener una estrategia con objetivos claros para conectar con todos sus accionistas, grandes y pequeños; tienen que saber comunicar, escuchar y recoger feedback para actuar mejor”, y es que "los accionistas son muchas veces los clientes del equipo gestor, porque son los que te dicen lo que estás haciendo bien o mal", asegura el director de general de Renta4.
"Tratemos a los accionistas como clientes y a los clientes como accionistas, porque los accionistas son un tesoro como los clientes", asevera en este sentido Alberto Blanco, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros IEB. Además, el profesor del IEB remarca que comunicar no es informar, sino algo más: "es trasladar a la sociedad lo que la compañía es y además trasladarlo con una buena imagen". "Además de informar sobre balances y resultados, la sociedad exige a las empresas diálogo, saber qué somos y cuáles son nuestros valores”.
Respecto a los diferentes tipos de audiencia, aunque todos coinciden en que el contenido del mensaje a trasmitir tiene que ser el mismo, la forma de hacerlo no. En este sentido, "uno de los principales retos es llegar y conectar con todos los públicos. Tratamos de adaptarnos al nuevo entorno, ser transparentes y rápidos para comunicar todas las noticias relevantes de nuestra compañía y que lleguen al mismo tiempo a todos los grupos de interés”, asegura el director de relación con inversores de Sacyr. "En nuestro caso, tenemos mucho peso de accionista minoritario, por eso trabajamos en dar la misma información pero hacerla más entendible para él; es clave que se genere entendimiento y confianza", añade.
Así, la clave está en ganarse y mantener la confianza de inversores y accionistas. "En algunas ocasiones no tenemos en cuenta los sesgos que tiene la gente a la hora de invertir: el miedo es a veces superior a la confianza. Tenemos que trabajarla para poder gestionar nuestra reputación y atraer inversores", explica Santiago Cortezo, Director de grandes cuentas en Cobas Asset Management.
Pero lo cierto es que muchas veces ese miedo viene ante la falta de información y conocimiento. "Muchas veces no existe ese análisis de pequeñas compañías, por lo que desde los medios de comunicación no podemos justificar determinada información, y el mayor problema es que esas pequeñas compañías tienen mucho miedo a exponerse antes los inversores y medios de comunicación", cuenta Silvia Morcillo.
En este sentido, los cambios regulatorios con MiFID II no han ayudado demasiado. "BME cuantificó en torno a 60 compañías del Mercado Continuo y 40 del MAB las que se quedan y no tiene actualmente coberturas de analistas. Esto es un reto", cuenta la MFIA de Estrategias de Inversión.
"MiFID I atacó ya el modelo de relación entre compañías, inversores e intermediarios financieros: fue un misil que se cargó el modelo de mercado de bolsas. Y MiFID II es un misil que se ha cargado el modelo de brokerage clásico, es decir, la separación de servicios ha roto la cadena de valor que le ofrecía el intermediario financiero a los clientes, fundamentalmente institucionales, y el hecho de que el análisis ya no vaya dirigido al inversor a través de la distribución ha hecho que el canal de intercomunicación que existía entre el inversor y las compañías se rompa. El análisis es un producto que se vende, ya no forma parte de la relación de los brokers con las compañías, y eso genera un problema de comunicación y transmisión de información hacia el inversor clarísimo", detalla Alberto Blanco.
En este sentido, Alberto Gárgoles explica que MiFID II ha hecho que cambien las reglas del juego, primero porque desde el lado de fondos o gestoras están creando ellos sus propios análisis. "Hemos tenido que incrementar el trabajo para dar servicio tanto a accionistas minoritarios como a las gestoras. Y, por otro, las pequeñas y medianas empresas son las que más sufren con la regulación, ya que su cobertura que antes era de 2 ó 3 analistas, ahora está en 1 o ninguna. ¿Los efectos de ello? No hay noticias, la gente no te conoce y, además, tus acciones pierden liquidez", explica.
¿Cómo se puede avanzar en este escenario? Con iniciativas como Lighthouse, de BME, para empresas que no tienen cobertura. "Que haya alguna fuente de información para que se cubra esa primera inquietud de un inversor", asegura Gárgolas. "Van a surgir más figuras de este tipo, analistas independientes… pero en la línea de más dar a conocer una compañía que una recomendación".
Por otra parte, el MAB juega un papel clave para la buena evolución de estas compañías. "Hay que potenciar el MAB, que es el semillero de las nuevas compañías. El MAB debería ser la puerta de entrada del inversor al mundo de las empresas y, para ello, las empresas tienen que saber comunicar de forma fácil, rápida y transparente", concluye Alberto blanco.