El BCE ha elevado el crecimiento económico para este 2019 desde el 1,1% al 1,2%, mientras que para 2020 el BCE ha rebajado la previsión de crecimiento del PIB desde el 1,2% al 1,1%, ha mantenido en el 1,4% la de 2021 y ha publicado que en 2022 la eurozona crecerá un 1,4%. La perspectiva de inflación, por su parte, se mantiene en el 1,2% para 2019, se eleva para el ejercicio 2020 del 1% al 1,1%, en 2021 la proyección baja del 1,5% al 1,4% y en 2022 el BCE estima que los precios se elevarán un 1,6% interanual.
"En el medio plazo, se espera que la inflación aumente, respaldada por nuestras medidas de política monetaria, la expansión económica y el sólido crecimiento salarial. Si bien las presiones de los costes laborales se han intensificado en mercados laborales más ajustados, un crecimiento más débil está retrasando su transmisión a la inflación", ha apuntado la presidenta del BCE, Christine Lagarde.
"Los datos apuntan a continuas presiones de inflación silenciadas y una débil dinámica de crecimiento de la zona euro, aunque hay algunos signos iniciales de estabilización en la desaceleración del crecimiento y de un leve aumento de la inflación subyacente en línea con las expectativas anteriores", ha valorado la nueva presidenta que ha llegado a afirmar que los riesgos son menos pronunciados.
Esto lo ha interpretado el mercado como una señal de que los tipos podrían revisarse al alza más pronto de lo previsto: las acciones bancarias han liderado las subidas de los mercados europeos, mientras que las socimis y las energéticas han sido penalizadas por los inversores.
Lagarde ha defendido las medidas de estímulo implementadas por el BCE en septiembre, al afirmar que "el paquete integral de medidas que el Consejo de Gobierno decidió en septiembre proporciona un estímulo monetario sustancial, que garantiza condiciones financieras favorables para todos los sectores de la economía", mientras que también ha avanzado que la revisión estratégica de las políticas del BCE comenzará en enero y espera que este terminada a finales del año.
La francesa ha remarcado que no hay un nivel preconcebido en este momento para el resultado de la revisión estratégica. "En el cuarto trimestre de 2022 la proyección de inflación es del 1,7%. Es direccionalmente positivo, pero ¿es el objetivo que perseguimos? No", ha añadido. Esto supone que el objetivo de inflación podría revisarse a la baja en el cambio de rumbo que quiere poner en marcha el BCE.
Esta revisión estratégica del BCE contemplará el cambio climático según ha confirmado Lagarde, aunque no ha detallado ninguna medida concreta. "Veremos dónde y cómo podemos participar en este esfuerzo particular", ha comentado.