Banco Santander registra una revalorización en lo que va de año de más de un 15%, con la capitalización bursátil por encima de los 52.200 millones de euros. Sin embargo, si se pone el foco en las sesiones transcurridas desde que publicó sus resultados del primer trimestre la foto es más preocupante.
El 24 de abril, un día antes de publicar sus cuentas del primer trimestre del año, las acciones de la entidad que preside Ana Botín cerraron en 3,477 euros. 13 jornadas después, la cotización se sitúa en los 3,17 euros, con una caída acumulada de un 8,7%.
No obstante, los analistas mantienen su confianza en un rebote, con un potencial de más de un 45% a 12 meses. Según datos recopilados por Reuters, de media los analistas dan a las acciones de Banco Santander una recomendación de ‘comprar’ y un precio objetivo de 4,6 euros que está un 46% por encima de la cotización actual.
El banco que preside Ana Botín alcanzó un beneficio atribuido de 2.571 millones de euros, un 1% más en euros corrientes con respecto al mismo periodo de 2022, apoyado en el fuerte crecimiento de la actividad comercial, una buena calidad de los activos y el control de costes. El impacto anual íntegro del gravamen temporal en España se contabilizó en el primer trimestre (224 millones de euros). Excluido este efecto, el beneficio atribuido sería de 2.795 millones de euros, un 8% más (+10% en euros corrientes).
“Las cifras muestran una evolución de los ingresos recurrentes sólida (+12% i.a. en euros constantes), con un margen de intereses que crece (+14% i.a.) en línea con la guía de crecimiento de doble dígito para 2023 y unas comisiones netas apoyadas por el buen comportamiento de los negocios de pagos, seguros, gestión de activos y banca de inversión”, destaca Nuria Álvarez, analista de Renta 4.
No obstante, el mal resultado de Brasil frente a las estimaciones hizo que el mercado no acogiera precisamente con entusiasmo sus cuentas.
Un factor a tener en cuenta es que a las dudas que han planteado sus cuentas se suman además los temores, más generalizados, sobre la salud del sector financiero mundial, y especialmente el estadounidense.
En ese sentido, la ratio de cobertura de liquidez (LCR) al cierre del primer trimestre fue del 152%, la misma que al cierre de 2022. La LCR es una de las ratios más fiables para medir la liquidez de una entidad y se calcula como el porcentaje que resulta de dividir el fondo de activos de alta calidad del banco (en el que se incluyen las reservas depositadas en el banco central, los pagarés de empresa o los bonos garantizados) entre las salidas netas de efectivo totales estimadas en una situación de estrés durante los siguientes 30 días naturales.
Este coeficiente, que forma parte de los acuerdos de Basilea III, tiene que ser de al menos un 100%, asegurando que el perfil de riesgo de la entidad es adecuado para soportar un mes entero en el ojo del huracán.