España tendrá su propio banco malo. Eso, a estas alturas no es noticia. Quedan pocas horas para que conocer si será hoy o la próxima semana cuando se apruebe su creación. Sin embargo, todavía quedan muchas incertidumbres pendientes de resolver en el sector. ¿La última? La posibilidad de que el FROB pueda liquidar los bancos que no sean viables y salvar sólo los que se puedan “reconducir” en un plazo razonable.
Liquidación de bancos, la mejor solución
El borrador propone que el Banco de España pueda intervenir de urgencia aquellas entidades que, pese a cumplir los requisitos de solvencia y liquidez, presenten elementos objetivos que hagan pensar que no pueden seguir cumpliéndolos. “No se pueden seguir manteniendo con dinero público bancos que no son viables, es un coste y un riesgo porque estamos trasladando los problemas de la banca hacia el estado”, reconoce
Soledad Pellón, estratega de mercados de IG Markets. Una medida que se ha considerado muy negativa pero que es, a juicio de los expertos, la mejor pues “si lo que queremos es dar confianza debemos tener un sistema financiero sano”, explica José María Luna, director de análisis de Profim EAFI. Tal y como adelantamos en Estrategias de Inversión, la liquidación no es un drama. (Ver: Bancos Inviables I: ¿un drama dejarlos caer?)
En España, los inversores (bonistas y accionistas) pueden asumir las pérdidas que se generen en una liquidación. De hecho, Francisco Viyuela, director de Independent Advisor EAFI reconoce que “los inversores de las entidades españolas podrían asumir unas pérdidas de hasta 700.000 millones de euros”. Eso sí, de las entidades con problemas por el momento Bankia está excluída de liquidación, por considerarse sistémica. Viyuela responde admitiendo que ahora en España no hay entidades sistémicas “ya que tienen tanto dinero de inversores privados que se pueden cubrir todas las pérdidas sin tener que llegar a los depositarios”.
En este caso, créditos, depósitos y todos los productos contratados con una entidad en liquidación “se traspasan de una entidad con problemas a una sana, para mayor satisfacción de los ahorradores”. Un proceso que, como mínimo, suele durar entre 5 -10 años. (ver: Bancos Inviables II ¿y si hay que liquidar? )
Banco malo sí. Pero ¿Qué y cómo se gestionará? De momento, la forma que tendrá será la de sociedad de gestión de activos. Tal y como adelantó a Estrategias de Inversión José de Ohoa, seniro director de Instituciones Financieras de Alvarez & Marsal España y Portugal – asesor contratado para, junto a gobierno, Banco de España y Comisión Europa, poner en marcha dicha entidad- “la opción más factible es la creación de un organismo independiente, al que se transfieran todos los activos problemáticos para gestionar su liquidación ordenada pues permitiría a los bancos limpiar sus balances, delegar la gestión de estos activos problemáticos en profesionales experimentados en tales procesos, optimiza su retorno y centrarse en la gestión de la entidad”.
Tenemos el qué y el cómo pero ¿y el cuánto? Es otra de las claves que queda sin resolver. Todo lo que sea limpiar de los balances de los bancos “que puedan tener problemas de liquidez a corto plazo, pero que son viables, son buenas medidas”, explica Luna. Pero la duda está en cómo se van a valorar esos activos, inmobiliarios en su mayor parte. El propio ministro Luis de Guindos resaltaba recientemente se buscará una menara “de que el precio al que sean traspasados los pisos y suelos de los bancos no genere una pérdida para el contribuyente, o incluso, se pueda ganar dinero”. Y De Ochoa asegura que “cuando se aplican las estrategias adecuadas en el tiempo, determinando el momento óptimo de inversión y/o enajenación, se maximizan los rendimientos más allá de las previsiones iniciales, generándose incluso beneficios extraordinarios”. Todo es posible.
El experto de Alvarez & Marsal reconoce que los descuentos que suelen aplicarse a los activos de los bancos en liquidación suelen variar dependiendo de muchos factores pero en su experiencia considera que normalmente están “entre un 93-95% para carteras de préstamos de consumo fallidos, o un 90% en casos de determinados suelos en zonas con muy escaso atractivo, a descuentos mínimos e incluso nulos en el caso de activos inmobiliarios en zonas prime”.
Irlanda y Alemania, modelos ¿a seguir?
En Europa hay dos precedentes recientes de bancos malos. El de Irlanda en 2009, la entidad que se denominó NAMA – Agencia Nacional de Administración de Activos, por sus siglas en inglés- que optó por tasar activos inmobiliarios a precios anteriores al boom inmoibiliario generado en el país. Sin duda, fue un proceso novedoso, tajante que pretendía limpiar los balances de golpe pero cuya consecuencia, al tratarse de ventas reales de activos por parte de los bancos y con grandes descuentos, fuer la cristalización inmediata de grandes pérdidas que quebraron el sistema irlandés en su cuasitotalidad, obligando a su recapitalización y posterior nacionalización. Eso si, tan sólo dos años después el banco malo dio beneficios.
Ese mismo año, Alemania optó por crear un modelo diferente de banco malo que, en un plazo de 20 años, iría vendiendo los activos. Hypo Real State y WestLB aportaron activos al 90% de su valor, asumiendo las pérdidas que originaran la venta de los mismos.