El plan estratégico contempla multiplicar por diez el resultado bruto de explotación (ebitda) en los tres próximos años hasta los 40,6 millones desde los 4 millones de 2017 y espera que los ingresos también se multipliquen por cinco hasta los 349 millones de euros. En 2018, la compañía estima que sus beneficios lleguen a los 10,7 millones, multiplicando esta cifra por diecisiete.
Para ello, Amper prevé crecer gracias a su negocio de tecnología, industria y su presencia en Latinoamérica, además de posibles adquisiciones e integraciones y un ambicioso programa de innovación que contempla la aplicación del ‘big data’ aplicada a redes o el desarrollo de nuevas soluciones para control de emisiones.
La compañía con sede en Pozuelo de Alarcón (Madrid) apunta en su plan estratégico que "se encuentra en proceso de análisis y selección de diversas oportunidades de inversión e integración en cualquiera de las líneas de negocio y generación de nuevas unidades productivas” y añade que dichos análisis se realizan en función de criterios “basados en las oportunidades de mercado, nichos de negocio escalables, startups y tecnología avanzada aplicada a uso industrial".
En su negocio tecnológico la compañía que dirige Clemente Fernández espera la apertura de nuevos sectores como la logística, la infraestructura industrial y la energía. Mientras que para línea industrial explica que el crecimiento va a a llegar vía energías renovables gracias a la adquisición de Nervión, nuevos proyectos en seguridad Medioambiental (Fivemasa) y nuevas soluciones en tecnología aplicada industrial (Amper Robotics).
En América Latina, Amper espera integrar de soluciones globales de comunicación en instituciones como hospitales, centros penitenciarios o universidades, y también llegar a alianzas estratégicas locales con ingenierías para proyectos llave en mano y el desarrollo y formación de fuerza comercial local.
Sin embargo, Amper ha vendido en los últimos años sus filiales en Ecuador, Panamá, Brasil, Argentina y Venezuela y espera el cierre definitivo en los próximos meses de sus negocios del Pacífico Sur.
En cuanto a financiación de estos nuevos proyectos, Amper contempla el uso de excedentes de tesorería (cash flow positivo), la normalización de líneas de crédito y el desarrollo de líneas de comercio exterior y avales. Sin deuda sindicada, Amper tiene una posición de caja neta positiva superior a 30 millones, lo que según apunta la compañía “le permitirá acometer el crecimiento inorgánico accediendo a nuevas estructuras de recursos financieros de todo orden”.
Además contempla el desarrollo del plan fiscal “para el aprovechamiento de bases imponibles negativas y deducciones sin plazo de caducidad, al cierre de 2017 por valor de 177 millones”.
Las acciones del grupo se dejan un 12% en los últimos doce mesesy se mantienen planas desde que comenzase el año. La compañía madrileña capitaliza 207,85 millones de euros en el mercado continuo.