Ayer tras el cierre de mercado, Almirall inició una colocación acelerada con ampliación de capital por 200 millones de euros entre inversores institucionales cualificados. Estos fondos estarían destinados a “oportunidades de crecimiento inorgánico (incluyendo adquisiciones complementarias así como acuerdos de licencias) que se encuentran actualmente bajo análisis”.
Esta misma mañana, la compañía ha anunciado el cierre de la colocación a un precio de 8,20 euros por acción., un descuento del 5,7% sobre el cierre de ayer. Las acciones nuevas representan aproximadamente el 13,18% del capital social de la sociedad antes del aumento de capital y aproximadamente el 11,65% tras la operación.
La familia Gallardo, principal accionista de Almirall, ha suscrito la parte proporcional a su participación de aproximadamente el 60%.
Las acciones de Almirall se desploman en la jornada de hoy por debajo de los 8,2 euros de la ampliación. A media sesión, las acciones caen ya un 9,95% hasta los 7,83 euros dentro del Mercado Continuo.
“Nuestra valoración es negativa”, explica Pedro Echeguren, analista de Bankinter. “No hay información sobre las posibles adquisiciones, algo que la compañía viene mencionando hace varios trimestres, pero sin dar mayor concreción”.
El endeudamiento neto antes de la ampliación eran 217 millones de euros, equivale a tan sólo 1,1x EBITDA. En la práctica, la ampliación supone la práctica eliminación de la deuda neta.
“Creemos que además de la posibilidad de hacer adquisiciones, una parte de los fondos se destinarán a necesidades de circulante asociadas al lanzamiento de lebrikizumab (bajo licencia de Eli Lilly), previsto para el cuarto trimestre de 2023 y, que competirá contra el Dupixent de Sanofi”, explica Echeguren. “Este movimiento modifica la composición del capital empleado y, eleva el WACC”.