Desde el principio, Musk había dejado clara su intención de convertir a Twitter en una empresa privada, que a diferencia de las cotizadas tienen menores obligaciones de facilitar información sobre sus movimientos y su desempeño y son objeto de menor escrutinio por parte de los reguladores.

Se confirma la fusión entre Twitter y X Holdings, el vehículo creado por Musk para ejecutar la operación y que será oficialmente el propietario de todos los títulos de la red social.

Según algunos de los principales medios de prensa de Estados Unidos, la primera medida de Musk tras hacerse con las riendas de la empresa ha sido despedir a algunos de sus máximos directivos, entre ellos el consejero delegado, Parag Agrawal; el director financiero, Ned Segal, y la máxima responsable de políticas y asuntos legales, Vijaya Gadde.

Además, varias fuentes apuntan que Musk tiene planes para deshacerse del 75 % de la plantilla que trabaja en Twitter, que actualmente asciende a unas 7.500 personas, hasta dejarla en unos 2.000 trabajadores.