Ni la tecnología ni el Nasdaq se van a parar

Los que ya somos veteranos recordamos que, en nuestros comienzos profesionales, a finales de los años setenta del siglo pasado, la referencia inequívoca era el Dow Jones Industrial y las empresas “míticas” que lo componían. Con el paso de los años se fue incorporando a nuestros parámetros de seguimiento el índice S&P500, más amplio, más moderno y que daba una visión más real de lo que era la economía norteamericana trasladada a los mercados de valores.

El interés por las “puntocom” a finales del siglo pasado y en los comienzos del actual, nos trajo una nueva referencia, que hoy por hoy se ha convertido quizás en la más seguida en la actualidad. Nos referimos al Nasdaq.

Nasdaq son las siglas de National Association of Securities Dealers Automated Quotations y es un mercado fundado en 1971 como el primer mercado de valores electrónico del mundo. 

La creación del Nasdaq respondió a la necesidad de modernizar y agilizar el proceso de compraventa de acciones, en un momento en que los mercados tradicionales, como la Bolsa de Nueva York (NYSE), operaban de manera más lenta y con sistemas basados en cotizaciones manuales. Antes del Nasdaq, el comercio de acciones en mercados extrabursátiles era un proceso menos transparente y más propenso a errores.

El Nasdaq se distinguió desde el principio por su uso de la tecnología. Mientras que los mercados tradicionales dependían de sistemas de subasta física, el Nasdaq introdujo un sistema electrónico que permitía a los operadores comprar y vender acciones mediante computadoras. Este cambio fue revolucionario y sentó las bases para los mercados financieros modernos.

En sus primeros años, el Nasdaq fue conocido por atraer a empresas tecnológicas emergentes que no podían cumplir con los estrictos requisitos para cotizar en la Bolsa de Nueva York. Esto convirtió al Nasdaq en un semillero de innovación, donde compañías tecnológicas de rápido crecimiento, como Apple, Microsoft e Intel, encontraron un hogar adecuado para su expansión.

Con el paso del tiempo, el Nasdaq se ha consolidado como el mercado preferido para las empresas de tecnología, biotecnología y otras industrias innovadoras y hoy en día es el “hogar” de algunas de las compañías más grandes y valiosas del mundo y por tanto también para los inversores de todo tipo.

Es importante mencionar que el Nasdaq 100 es más volátil que el S&P 500 debido a su concentración en empresas tecnológicas por lo que, para inversores con una mayor tolerancia al riesgo, esta volatilidad puede traducirse en mayores oportunidades de ganancias.

Y precisamente esta semana hemos vivido uno de esos episodios de extrema volatilidad y que ha generado mucho interés en este índice, algo que hemos podido comprobar tanto desde la ventana privilegiada que nos ofrece nuestro trabajo en iBroker, como por las preguntas que nos han llegado desde los medios de comunicación en los cuales intervenimos, entre ellos, Estrategias de Inversión.

¿Hay que preocuparse por las fuertes caídas experimentadas por el Nasdaq-100 en los últimos días? ¿Estamos ante un cambio de ciclo en las empresas tecnológicas?

Hacer un análisis individualizado de las 100 empresas componentes del Nasdaq-100 sería complicado, y especialmente más incluirlo en un artículo como éste, pero podemos hacer unas consideraciones generales.

Se dice que estas empresas cotizan a un PER elevadísimo. Se dice que hay factores que pueden limitar su crecimiento futuro… Pero tanto en cuanto las empresas tecnológicas sigan obteniendo resultados positivos, crecientes en tasas interanuales, mientras sigan generando caja de forma sustancial hasta el punto de que no necesiten financiación ajena para abordar nuevas inversiones - tan necesarias en el sector - porque disponen de liquidez suficiente, entendemos que el sector seguirá creciendo.

Otro asunto es establecer cómo evolucionará la Inteligencia Artificial y esto realmente no lo sabe nadie. La clave será determinar qué aplicaciones pueden darle, no solo las empresas denominadas “tecnológicas”, sino empresas convencionales que sean capaces de aplicar a sus negocios y a su actividad los procesos de Inteligencia Artificial.

Creemos que la demanda subyacente de IA generativa se encuentra en sus primeras etapas. Si la Inteligencia Artificial generativa proporciona ahorros de costos tangibles y una mejor retención de empleados y clientes, las empresas seguirán invirtiendo en esta tecnología y esta inversión corporativa podría impulsar el negocio de la IA durante años.

La clave, como siempre, será invertir en acciones de calidad, acciones de empresas con una rentabilidad sobre el capital alta y fiable y un balance sólido. Pero como hacer un seguimiento pormenorizado del día a día de las empresas sería muy complicado ¿por qué no invertir en el índice que las agrupa?

Lo normal es que, con la propia evolución económica y tecnológica, haya empresas que vayan mejor y se consoliden y que algunas vayan mal e incluso se eclipsen, por lo que invertir en el índice que agrupa a las empresas que siempre van a estar más en vanguardia parece una buena alternativa.

¿Es momento para hacerlo ahora? 

Aunque mi formación y mi desarrollo profesional está en el ámbito del análisis fundamental, en muchas ocasiones “toca tirar” de análisis técnico y esta vez es una de ellas, por lo que creo que vale la pena echar un vistazo al gráfico del Futuro E-mini Nasdaq, en el que observamos que, desde enero de 2023, el índice se encuentra en una clara tendencia alcista, desarrollada dentro de una línea de tendencia de 30 grados de inclinación, lo que implica una revalorización de más de un 70% hasta los precios actuales.

Como se aprecia, la línea de tendencia no ha sido perforada en momento alguno, pese a haber tenido correcciones de más de un 10% en dos ocasiones. 

Pese a la fortaleza mostrada, en la actualidad cotiza levemente por debajo de la media móvil de largo plazo (100 periodos).


Si focalizamos en el corto plazo, comprobamos que el índice registró en julio de este año sus máximos históricos, en los 20.983 puntos, nivel que se ha convertido en la resistencia relevante a superar.

Una vez registrados los máximos históricos comentados, el índice está realizando una importante corrección de casi un 15% hasta detenerse en niveles de 17.800, los cuales son el soporte clave en el corto plazo a vigilar.

En la actualidad, y desde principios de agosto, se está gestionando un rebote, que no parece querer consolidarse ya que en las últimas sesiones conjuga sesiones alcistas seguidas de sesiones bajistas de una mayor profundidad.


 

Parece por tanto que, aunque nos encontramos en niveles a vigilar, no corre peligro la tendencia alcista experimentada hasta ahora, con lo que visitas a las zonas de soporte, pueden suponer una buena oportunidad.

Desde luego, no deben tomar esta reflexión como una recomendación. Ustedes deben de tomar sus propias decisiones y lo bueno que tiene la inversión en un índice con productos como un futuro es que la opinión contraria también se puede operar.

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