El pasado viernes, tras conocerse el dato de empleo de enero, la rentabilidad del bono americano a diez años repuntó hasta situarse en 2,84%, en máximos desde 2014. Un momento que coincide con una clara de situación de sobrecompra para la renta variable, indican en BofA Merrill Lynch.
En una reciente nota a sus clientes explican que “el ritmo de subida de la renta variable no es sostenible y estamos viendo señales de sobrecompra en muchos de los indicadores que leemos”, afirman estos expertos. Por ejemplo el indicador semanal RSI, o el indicador Bull & Bear que elabora la propia entidad y que está en 7,9. El ocho marca señal de compra.
“Mientras tanto, ya exceden los 400 días sin una corrección de un 5%, el máximo histórico. En este entorno nuestro analista técnico Stephen Suttmeier, apunta que el S&P500 se ha disparado técnicamente, rompiendo por encima su canal de tendencia”, explican en el banco. Recuerdan que la sobrecompra no es solo aplicable a Estados Unidos, que también se observa en algunos países emergentes. Y, sobre todo, los bonos y el dólar, que no estaba tan sobrevendido desde hace doce años”.
Desde un punto de vista técnico en la firma apuntan que “aunque el dólar aún tiene que romper su soporte, los treasuries ya han roto los máximos del año pasado y nuestros analistas técnicos de renta fija piensan que hay riesgos de que la rentabilidad del bono a 10 años comience a subir más rápido que el S&P500. Esto significa que posiblemente estemos entrando en un territorio por el que nos habíamos estado preocupando, en el que las subidas de los bonos se convierten en un riesgo para las alzas de la renta variable”, alertan en la firma.
Con todo, en la entidad no se sienten cómodos señalando el inicio de una corrección. Explican que “adivinar el techo de cualquier rally es un peligro, pero reconocer que la ecuación rentabilidad-riesgo se ha deteriorado y que es momento de soltar algo de riesgo es algo más fácil”, indican. Por eso apuntan que están cubriendo sus posiciones.