De hecho, el motor de crecimiento mundial ha cambiado y ahora se asienta en las economías desarrolladas, asegura el FMI. De hecho, la organización afirma que “aunque el crecimiento de los países emergentes seguirá siendo fuerte, será inferior a lo que se había estimado en junio de este año”.   

Esto se debe, afirman, al natural enfriamiento del crecimiento que ha seguido a una época de expansión acelerada por los estímulos monetarios de los principales bancos centrales del mundo. En el FMI señalan al mercado laboral, las infraestructuras y la inversión, como los principales cuellos de botella para el crecimiento de estos países.



Para Estados Unidos el FMI ha hecho unas previsiones que asumen que no se producirá un default de su deuda y que el shutdown tendrá una duración muy limitada en el tiempo. De hecho, hoy se celebra la primera semana de cierre parcial de la administración sin muchos visos de acuerdo.

Pero en cualquier caso, los expertos de la organización han advertido que si Republicanos y Demócratas no llegan a un acuerdo, las consecuencias para la economía global serían muy serias. (Ver: Cuenta atrás para el default en Estados Unidos)

Entre tanto, sin tener esto en cuenta, los economistas del FMI han rebajado en 1 décima las previsiones de crecimiento para la economía del país, hasta el 1,6%. La economía del país se apoya en el aumento del consumo de los consumidores.

Además, en la institución hacen referencias al posible inicio del tapering los próximos meses y sus posibles efectos en las economías globales. Así, afirman que “una política monetaria estadounidense menos acomodaticia, combinada con las vulnerabilidades de los países emergentes podría llevar a un mayor ajuste global”.

Así, piden a la Reserva Federal más cuidado a la hora de normalizar su política económica y que tenga en cuenta las previsiones de crecimiento, inflación y la situación financiera.



Tanto a Estados Unidos, como a Japón, les señala la necesidad de llevar a cabo ajustes fiscales a medio plazo y de reformas sus programas sociales.

Además, se mantienen los riesgos que existían anteriormente. Es decir, se necesitarán más reformas en el sector financiero europeo, dificultades en la trasmisión de las políticas económicas y aumento de los niveles de deuda de los gobiernos y algunos riesgos financieros. También resalta los riesgos geopolíticos de los últimos meses.

(Ver: FMI España)

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