Fundada en 1990, Arm Holdings es una empresa de tecnología que se centra en el diseño de núcleos de unidades centrales de procesamiento (CPU) con su arquitectura patentada. Los diseños de la empresa son de bajo coste y energéticamente eficientes, lo que los hace populares en productos de consumo como los teléfonos inteligentes, donde tiene una cuota de mercado del 99% en la categoría premium. Arm fue privatizada por la japonesa SoftBank en 2016 por 32.000 dólares. El gigante japonés quiso, posteriormente, vender la compañía a la empresa estadounidense NVIDIA, pero los requisitos de los reguladores hicieron descarrilar la operación.

Este año, en concreto en septiembre de 2023, la empresa volvía a debutar en Wall Street, buscando aprovechar el revuelo de la IA. Su propietario, Softbank, sacó a Bolsa el 10% del capital. Los títulos de Arm arrancaron en 56,10 dólares, un 10% por encima del precio de oferta, lo que le daba una capitalización de casi 60.000 millones de dólares. Según Bloomberg la compañía tiene como objetivo lograr una valoración de 80.000 millones de dólares en el mercado financiero.

Con décadas de experiencia en el diseño y desarrollo de chips que alimentan una amplia gama de dispositivos, Arm se ha convertido en una potencia global en el mundo de la electrónica y la informática. El éxito en el mercado tecnológico también ha sido impulsado por su modelo de licencias, que ha permitido a la compañía expandir su alcance a través de una amplia red de socios y fabricantes de chips. Esta estrategia ha sido fundamental para la adopción generalizada de la arquitectura Arm en una variedad de dispositivos, incluidos smartphones, tablets, wearables y dispositivos IoT.

Con sede en Reino Unido, presumió en su folleto de salida a Bolsa de contar con el apoyo de Apple, Google, Intel, AMD, Nvidia, Samsung, MediaTek, Synopsys, TSMC y Cadence Design Systems, que habían manifestado su interés en adquirir hasta 735 millones de dólares en acciones en la operación. Estos gigantes tecnológicos buscan sacar provecho del pujante mercado de los semiconductores, en gran parte ligado al impulso de la inteligencia artificial. Pocas veces se ha visto a tantos gigantes de la tecnología juntos atraídos por una misma salida a bolsa, pero, de momento, se desconoce las cantidades invertidas por cada uno.